Una “anomalía” pintada con la cálida paleta de Joaquín Sorolla. Así ha sido el acto para conmemorar el aniversario de la Constitución Española que celebrado el Gobierno de España, para desquitarse del veto de la Comunidad de Madrid, que 24 horas antes celebraba un evento similar, pero diseñado a la medida, y la ideología, de Isabel Díaz Ayuso. Frente a los “garrotazos” del Ejecutivo regional, que por primera vez ha prohibido al delegado del Gobierno hablar en la Puerta del Sol, Francisco Martín ha defendido la “concordia”que inspiró la Carta Magna y la “justicia social” que la vértebra y que se ha visto atacada por aliados internacionales de Ayuso, como el argentino Javier Milei. 

Frente al escenario del Real Palacio de Correos que acogió el acto de Ayuso -sede en disputa entre las dos administraciones por el intento del Gobierno de declararlo lugar de Memoria por su papel en la represión franquista-, el Gobierno de España ha elegido las recién estrenadas Galerías de las Colecciones Reales. Un marco pintoresco que estos días acoge la exposición Sorolla, cien años de modernidad. 

Una ocasión a medida para recordar a los afectados de la DANA y reivindicar la asistencia del Ejecutivo nacional, que en Madrid ha sido vehiculado por la Delegación del Gobierno. “Joaquín Sorolla unió a los pueblos madrileños y valencianos. Madrid y Valencia se ligaron y se entendieron y Sorolla siempre encontró una casa en Madrid para trabajar”. 

Pero más allá de las pinturas marineras de Sorolla, buena parte de las miradas estaban puestas en la numerosa delegación de socialistas madrileños que han acudido al acto. En tiempos de marejada interna -si es que alguna vez ha habido calma chicha en la sede socialista de Buen Suceso- el acto ha servido como escaparate para dejar ver nuevas lealtades y para intentar ocultar alguna que otra cara larga

No estaba el retirado Juan Lobato, pero sí su sucesor como portavoz, Jesús Celada. También la portavoz en el Ayuntamiento, Reyes Maroto, que ha acaparado buena parte de la atención de los reporteros del futuro Caiga Quien Caiga. Y prácticamente todo el grupo parlamentario en la Asamblea, quitando excepciones que han justificado su ausencia en la labor parlamentaria de las comisiones, en la víspera del primer pleno en el que no hablará Lobato. Y no estaba el futuro inmediato de la Federación, el ministro Óscar López, quien el día antes de anunciar su candidatura a liderar el PSOE de Madrid ha acudido a Valencia a fotografiarse con la delegada del Gobierno local, Pilar Bernabé, la nueva estrella del socialismo. 

La cartera ministerial presente corría a cargo del canario Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y Memoria Democrática. Fiel a su cargo, el ministro ha alertado de los riesgos de volver al precipicio de la historia, que ha ejemplificado en el “sorprendentemente joven diputado de Vox”, Manuel Mariscal, que “nos escalofrió” defendiendo la dictadura franquista desde su tribuna hace unos días. 

Torres ha alertado de cómo crece el porcentaje de jóvenes, más hombres que mujeres, que apoyan “autoritarismos y dictaduras, acercándonos al precipicio”. Por ello, también ha verbalizado el reproche a Ayuso y a su censura al Gobierno en los actos de la Constitución, criticando “el desprecio al adversario y la falta de respeto institucional”. “Defendamos lo que hoy somos para que nuestra Constitución siga siendo garante del progreso. Que la libertad no acabe en una zanja y España no acabe de nuevo en el precipio”, ha reclamado el ministro. 

Paralelismos

El acto de Ayuso y el del Gobierno ha tenido algunos paralelismos. Tras el discurso de Joaquín Leguina el año pasado, Ayuso volvió a invitar a un socialista retirado y rebotado con el sanchismo, el exembajador Francisco Vázquez, y a un padre que inició una ofensiva para que su hija estudiara en castellano en Cataluña. Al margen de ello, Ayuso tuvo una orquesta de “exiliados venezolanos” y en las Galerías reales ha hablado una venezolana recién nacionalizada, Yasuri Romero, que ha defendido la conciliación entre pueblos. Ayuso también contó con una banda de rock integrada por “músicos con discapacidad intelectual”. Y el Gobierno nacional ha contado con una invitada con discapacidad, Lola Sora, del CERMI, que ha celebrado la reforma constitucional que elimina el término “minusválidos”. La misma reforma que ha defendido el delegado del Gobierno que se extienda al estatuto de autonomía, frente a la negativa del PP de Ayuso.