Está siendo una mala semana para la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en materia de residencias. A las actas que ha publicado la Cadena Ser y ElPlural.com que muestran el horror que se vivió durante lo peor de la pandemia en los centros de mayores, se suman episodios concretos y que apuntan a otra dirección. Eso sí, igualmente recurrentes porque no es la primera vez que ocurren.

En este caso se trata de la alimentación en las residencias. Otra vez comida en mal estado. Y nuevamente, la misma empresa responsable detrás: la Plataforma Femar. La información que ha visto ahora la luz obedece a los meses de verano, en la residencia pública para personas mayores Colmenar Viejo.  En concreto, durante los días 22 y 26 de junio se sirvieron melones y sandía en mal estado, los días 12 y 19 de julio cajas de huevos con mal olor y moscas, y el 10 de ese mismo mes piñas que tuvieron que ser desechadas porque estaban negras por dentro.

La Comunidad multa, pero mantiene contratos

La Comunidad de Madrid ha multado a la empresa. La cantidad ha sido de 10.415,26 euros, tal y como emite el documento al que ha tenido acceso este medio, pero los hechos no se han conocido hasta este momento porque ha sido ahora cuando la Consejería de Asuntos Sociales ha publicado en el Portal de Contratación Pública la sanción interpuesta a la compañía.

Sin embargo, la compañía mantiene hasta el 4 de marzo el contrato para suministrar comida a varias residencias de mayores y, lo que es más llamativo, ha conseguido renovar el de suministro de comida de todas las residencias infantiles, donde la comida que se ha enviado en los últimos meses también ha desatado las críticas al contener gusanos o estar caducada.

ElPlural.com ha preguntado a la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos sociales si va a rescindir el contrato con la empresa después de unos episodios que no es la primera vez que ocurren. Fuentes de Sol ponen el foco en la pena penalidad económica impuesta a Femar defienden mantener contratos: “La ley de contratos no impide que una empresa pueda volver a contratar”. En la misma línea, exponen que la comida no se llegó a servir, sino que el estado de la misma “se detectó en los controles de la recepción, se retiraron y se abrió el correspondiente expediente”.

“Es una subasta”

También en declaraciones a este medio, la diputada socialista que lleva los temas relacionados con residencias, Lorena Morales, hace hincapié en que se han enterado en este momento por la sanción que aparece en el Portal de Contratación, pero que esta se encuentra poco menos que camuflado. “Parece que lo hacen para que no te enteres”, lamenta.

En términos generales, afea que el contrato para dotar de alimentos a las residencias obedece a una “subasta”. Así, el procedimiento, subraya, es el mismo para todas las compañías, aunque las otras “parecen más dignas”, mientras que Femar “lleva ya muchas sanciones”. “Y aun así el pliego nuevo es de vergüenza (…) Dejan entregar a Femar la comida en mal estado, sin asegurar la cadena del frío ni que se entregue en condiciones, mientras la empresa se queda toda la red de centros de menores”, apostilla.

Excusas de Femar

La Plataforma Femar, por su parte, trata de justificar lo ocurrido diciendo que la calidad de los productos se debe a las malas cosechas consecuencia de las sequías y que el mal olor y la presencia de moscas no afectaban al consumo de los huevos. Como se ha señalado, no es ni mucho menos la primera vez que la compañía sirve o está a punto de hacerlo, comida en mal estado, y es que hace poco envió huevos podridos con gusanos, fruta podrida y gelatinas caducadas a una residencia infantil.

Una empresa reincidente: de patatas podridas a chorizo con listeria

El pasado mes de noviembre, la Plataforma Femar también era multada -entonces con 4.313,81- euros por enviar a centros de menores comida en mal estado y romper de algunos envíos la cadena del frío. Los hechos obedecían a episodios del 11 de julio, cuando envió huevos podridos y agusanados, así como una lata de atún perforada con pérdida de aceite a la residencia infantil Las Azaleas de Colmenar Viejo.

Unos días después, el 21 de ese mismo mes, llegaron huevos con suciedad en la superficie, color oscuro y mal olor a la residencia infantil Nuestra Señora de Lourdes; y previamente, el 4 de mayo, se recibieron dos cajas de 25 kilos de mandarinas en “condiciones no adecuadas” al centro de primera acogida Isabel Clara Eugenia, según aquel acta de denuncia de la Consejería de Asuntos Sociales. A ellas hay que sumar nectarinas y piña en mal estado a la residencia infantil Arganda del Rey o gelatinas caducadas a la residencia de primera infancia El Valle de la capital. Algunos de estos hechos les costaron multas de 2.853, 01 o 374, 22 euros.

También se vieron afectados varios centros de menores de la capital, de Arganda o de Leganés al romper la Plataforma la cadena del frío en varias ocasiones, por lo que se enfrentó a multas de 703  o 383, 16 euros.

Pese a todos estos episodios, la empresa conseguía renovar el contrato para suministrar la comida a las 22 residencias públicas, en las que comen entre 600 y 800 menores. Las justificaciones de la Consejería entonces fueron las mismas.

Las residencias de mayores, también afectadas

La empresa mantiene asimismo el contrato hasta el próximo 4 de marzo para suministrar comida a varias residencias de mayores, donde también ha enviado en el pasado coliflor con moho o patatas podridas, entre otros.