La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, mantiene una relación muy estrecha con Ana Millán Arroyo. Alcaldesa de Arroyomolinos, se ha postulado históricamente como una de las personas de confianza de la lideresa madrileña. Esto no debería suponer un problema si no fuera por los precedentes de la máxima mandataria municipal, quien está imputada en un caso de corrupción.

El hecho, tal y como ha explicado ElPlural.com en otras ocasiones, obedece a un fleco suelto del Caso Púnica y deriva de la trama que se extendió por diferentes municipios de la región. En lo que respecta a Arroyomolinos, la actual número tres del PP está siendo investigada por adjudicar 670.000 euros al empresario Vicente Roselló, que le pagaba el alquiler de un piso al doble de precio de mercado. Con el paso del tiempo se descubrió que el mismo año que comenzó a pagar la renta, el empresario contrató a la entonces pareja de la edil primera, Juan Pedro Santos (hoy marido), y a la hermana de alcaldesa, Beatriz Millán.

Fuera de alejarse, la presidenta madrileña ha ido premiando a la alcaldesa dentro de la formación. Tanto es así, que ahora suena para integrar su equipo de gobierno en el caso de que la líder regional revalide el puesto, según explica eldiario.es.

Vinculada a Púnica

El nombre de Millán apareció vinculado a la trama Púnica por primera vez en el año 2016. El nuevo Gobierno municipal que accedió a la alcaldía descubrió que el equipo saliente de la entonces Concejalía de Juventud trataba de deshacerse de información en bolsas de basura, dentro de las cuales se encontraron correos y extractor bancarios que venían a demostrar la relación entre el empresario de Neverland y la responsable de los festejos de la localidad. En concreto, como explicaba la Guardia Civil y rescataba ElPlural.com, la compañía habría recibido 630.510 euros en contratos municipales entre 2006 y 2011.

En lo que respecta a la pareja de la involucrada, quien también tendría que ver con las mordidas, “declaró percibir rendimientos de trabajo y de actividades económicas un importe total de 37.578,04 euros, de una UTE conformada por las mercantiles GE Escuela de OCIO SL y GE Escuelsa Urbanas SL. En ese sentido, cabe hacer constar que Francisco Roselló es el administrador único y socio de las mercantiles anteriores”.

Caso Millán

En 2022, y después de una investigación en solitario, la UCO se registra el Ayuntamiento de la localidad madrileña y la sede de Neverland. En marzo de ese año, el titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Navalcarnero dictó un auto en el que citaba a la alcaldesa y al empresario a declarar en calidad de investigados; siendo este el punto en el que comienzan a revelarse las cifras de las mordidas.

Así las cosas, entre 2008 y 2012 Millán habría recibido 44.462,67 euros de la empresa y entre 2006 y 2011, cuatro empresas de Roselló hicieron lo propio con 660.915,21 euros en contratos de la Concejalía de Juventud. A ello hay que sumar más de 6.000 euros que obtuvo en 2012 por motivos que están por esclarecer y que cuando se cambió el equipo de Gobierno ya no se contrataron los servicios de la empresa de Roselló.

La alcaldesa se negó a colaborar en enero del año pasado con la autoridad, aunque sí respondió un empleado del empresario que vivió en el chalé de Millán entre 2010 y 2012 y que pagaba 500 euros a su jefe, mientras éste entregaba casi el doble a la alcaldesa. El argumento dirimido por el empresario y la primera edil pasaban porque el dinero de la cuantía se doblaba porque se trataba de un alquiler con derecho a compra, aunque la última nunca llegó a ejercerse. Finalmente, el asunto del alquiler resultó ser solamente una de las patas del caso, pues se supo que mientras tanto Roselló contrató a la hermana de Millán y también a su actual marido.

Amistades peligrosas

Previamente, cuando el nuevo equipo municipal entra al Consistorio la preocupación primera reside en las anotaciones que relacionaban a Millán con otro empresario, José Luis Huerta Valbuena, conocido en el momento por protagonizar una de las piezas separadas del caso Púnica. Este último falleció en septiembre de 2020, por lo que no llegó a ser juzgado.

Amigo de Francisco Granados, Huerta Valbuena y su empresario Waiter Music, fueron habituales en la contratación de conciertos y otros eventos en las fiestas de las localidades madrileñas que supusieron grandes prestaciones con dinero público. Para hacerse una idea del montante, las compañías de Valbuena facturaron más de 602.000 euros en adjudicaciones por parte del Ayuntamiento en los años en los operaron juntos, desde 2004.

Cuatro años más tarde, el juez Manuel García Castellón concluyó que la manera de llevar a cabo las contrataciones resultaba sospechosa y se refería también a contratos de menor tamaño que “ni tan siquiera estaba prevista la retención del crédito con anterioridad a su contratación”.

Los hechos investigados arrancarían en la Nochevieja de aquel año y terminarían con un expediente de 2008, por lo que su prescripción impedía investigar la relación entre Millán y Valbuena, algo que no ocurrió igual con la relación de ésta y Roselló, siendo aquí donde nace el caso Millán. Con todo, las relaciones empresariales de la exconcejala siempre han sido, cuanto menos, dudosas.