El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, continúa con su intención de alzar la bandera del medio ambiente contra la izquierda. Tras presumir de haber logrado el cumplimiento de los mínimos europeos en lo que a calidad del aire se refiere en la ciudad, gracias principalmente a los efectos de Madrid Central y la coyuntura de la pandemia, el Ayuntamiento de la capital ha presentado Calle 30 Natura, una iniciativa para forrar las paredes de hormigón de la M-30 con jardines verticales con el objetivo de "naturalizar" tanto la principal carretera madrileña como la localidad. Y es que este plan contempla un gasto inicial de cuatro millones de euros para cubrir unos 400 metros de esta vía como proyecto piloto con la intención de extenderlo a toda la autovía. En total, un gasto público de cerca de 30 millones de euros.

"Es una mejora medioambiental"

"Este proyecto de renaturalización y regeneración de una vía tan emblemática permitirá mejorar nuestras políticas de sostenibilidad para hacer compatible el crecimiento de la ciudad con la mejora de nuestra calidad de vida y nuestra calidad del aire", ha asegurado este martes Almeida en la presentación de Calle 30 Natura, un proyecto para "naturalizar" la autovía de circunvalación así como ahorrar en limpieza de los graffitis que en estos muros de hormigón se acumulan. Pero no solo eso, también para dar un paso más en la lucha contra la polución, de la que ya ha hecho su estandarte en las últimas semanas. Y es que a su juicio "esta intervención no es solo una mejora estética, sino una mejora medioambiental" con el que "adoptar medidas más eficaces para paliar la contaminación".

Así, el Consistorio madrileño ha dado luz verde a este plan para cubrir las paredes de la M-30 con jardines verticales que comenzará esta misma semana con un plazo de ejecución de seis meses en un tramo a modo de proyecto piloto. El enclave elegido ha sido la Avenida de la Ilustración a lo largo de unos 400 metros de longitud, entre la glorieta de Mariano Salvador Maella y la glorieta de Nueva Zelanda, y forma parte de "los compromisos del actual equipo de Gobierno de incrementar la infraestructura verde en la ciudad para contribuir a mejorar la calidad del aire y adaptar la capital los escenarios previstos de cambio climático", afirma el área de Movilidad y Medio Ambiente del ejecutivo madrileño.

30 millones de euros

Este estudio de viabilidad para comprobar su efecto va a tener un coste de casi cuatro millones de euros, tal y como ha afirmado Almeida durante la presentación y figura en la adjudicación del contrato, que se produjo el pasado 29 de diciembre con Lantania, Azul y Padecasa como beneficiarios. Con todo, la intención del Consistorio con este experimento medio ambiental es ampliar estas plantaciones verticales al resto de los muros de la vía durante el año que viene, es decir, si repite en el cargo tras las elecciones municipales del próximo 28 de mayo. De esta forma, ha prometido continuar "transformando en vegetal 100.000 metros cuadrados de hormigón" con un coste, como ya ha avanzado el primer edil, de unos nada baladí 30 millones de euros.

Jardines verticales de 'Calle 30 Natura'. Ayuntamiento de Madrid

Hasta ahora, el proyecto -que comenzará esta misma semana- contempla la instalación de "sensores de contaminación" en los propios jardines verticales para detectar y medir cuál es la captación de contaminación de los paneles, "especialmente para las personas que viven cerca o utilizan el entorno como peatones", señala el Ayuntamiento. Estos estarán construidos por paneles abatibles para poder acceder a las estructuras para su revisión y mantenimiento mientras que la vegetación estará compuesta de "especies funcionales" de "alta resistencia, bajo consumo de agua y adecuadas para las condiciones del entorno". Además, contarán con un sistema de riego automatizado y monitorización para "conocer las condiciones de los jardines en tiempo real y mantener la vegetación en estado óptimo".

Todos los madrileños lo van a agradecer

Preguntado por el mantenimiento tanto de estos sistemas como de las plantas, Almeida ha admitido que "va a ser un reto y un desafío" al tiempo que ha prometido que "se han redactado los proyecto de fijación y de conservación adecuada". El edil ha insistido en que no es solo "estético" y ha reincidido en el trasfondo medioambiental. "Todos los madrileños van a agradecer que haya cubiertas vegetales que nos permitan mejorar la calidad de vida", ha asegurado ante los medios de comunicación en el acto.

Un Madrid "sucio" o sin árboles

Esta apuesta encarnecida por apropiarse de la defensa del medio ambiente y la lucha contra la polución que ha emprendido el primer edil en los últimos meses chocan con la realidad de la localidad, donde miles de vecinos acumulan quejan por la falta de limpieza de las calles de los distintos barrios. Ante esto, y para salir al paso de las críticas, Almeida puso el foco en el anterior gobierno y afirmó que "Madrid está mucho más limpia" desde su llegada a Cibeles. "La limpieza de la ciudad ha mejorado considerablemente. No es la ciudad sucia que heredamos del equipo anterior y ya no es el primer problema de los madrileños", aseguró el pasado mes de octubre. Sin embargo, los habitantes continúan pidiendo al Consistorio medidas inmediatas para acabar con el "estercolero" en el que dicen están viviendo.

A esta situación hay que sumar asimismo la masiva tala de árboles en toda la capital, como en la plaza del Carmen; el soterramiento con cemento de parte de la vegetación del Parque del Retiro y otras áreas, como Alameda de Osuna; la no compensación de los árboles caídos por Filomena; así como la falta de incentivo del vehículo eléctrico en beneficio del transporte convencional.