La Comunidad de Madrid no aplicará confinamientos perimetrales desde este lunes tras considerar que ninguna de las zonas básicas de salud de la región cumple con los criterios epidemiológicos negativos que obligarían a aplicar restricciones.

21 días después de las críticas al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso por desconfinar el área sanitaria de Eloy Gonzalo, en la que se encuentra la sede del Partido Popular y donde se celebró la victoria electoral de la candidata del PP sin cumplir con las distancias de seguridad.

Desde este lunes Madrid no tiene ninguna zona básica confinada, a pesar de los pasos contradictorios que ha tomado la Consejería de Sanidad y la falta de controles en todas las zonas que habían sido confinadas perimetralmente.

El Gobierno madrileño pasó de apostar por las medidas quirúrgicas de las que Ayuso sacaba pecho a acusar al Ministerio de Sanidad de aplicar normas que aumentaban los contagios locales, debido a los cierres autonómicos que se produjeron en navidades y otros puentes nacionales.

El proyecto de las zonas básicas de salud dejó algunas dudas sobre la objetividad de la Consejería de Sanidad en algunas zonas básicas, la falta de control policial en cada área sanitaria y la aplicación de algunas medidas contradictorias respecto a la apertura de algunos centros comerciales en zonas con una alta tasa de incidencia acumulada.

Falta de controles de la policía

El Gobierno de Ayuso ha dejado dudas de la eficacia de los confinamientos perimetrales en la región ante la falta de controles policiales que impidieran la movilidad entre diferentes áreas sanitarias.

Desde que se aplicaran estas medidas en el pasado mes de septiembre, la incoherencia con respecto a las restricciones han centrado las críticas contra el Ejecutivo regional. Muchos madrileños no entendían que en una calle haya una acera que pertenece a una zona confinada y en la otra acera se permitiera la libertad de movimientos.

Unas dudas que una periodista francesa mostró durante la rueda de prensa de la Consejería de Sanidad del pasado 8 de enero al cuestionar a la directora de Salud Pública, Elena Andradas, la falta de eficacia en las zonas básicas.

La comunicadora gala aseguró que "conozco las zonas de Andrés Mellado y Guzmán el Bueno y yo veo que no hay ninguna indicación en ningún sitio que diga que estamos en una zona con restricciones. El Corte Inglés está en zona confinada y nadie tiene interés en indicarlo. Entonces, ¿no haría falta más información?”.

Una cuestión a la que Elena Andradas contestó pidiendo "colaboración por parte de las corporaciones locales y por parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado". "Es razonablemente fácil, no solo informar, como se está informando, sino marcar y perimetrar fácilmente, con señales, las zonas básicas que están restringidas”, añadió.

La periodista francesa, lejos de aceptar la respuesta, volvió a preguntar a la directora de salud pública, criticando los confinamientos perimetrales: “No entiendo el sistema de control perimetral. Es algo que está puesto en marcha desde septiembre, me parece. Entonces, ¿todavía estáis pensando en cómo lo vais a marcar en el terreno? Es que, de verdad, no funciona este perimetraje. Es totalmente ficticio”.

Aplicación de restricciones en barrios obreros

La Comunidad de Madrid fue objeto de críticas, durante los primeros meses en los que aplicó los confinamientos perimetrales en zonas básicas, por el criterio que tenía la Consejería de Sanidad para anunciar el confinamiento de zonas pertenecientes a barrios obreros, como Vallecas y barrios del sur de Madrid, mientras evitaba tomar medidas en algunas de alto poder adquisitivo con mayor incidencia, como Pozuelo o Majadahonda.

El pasado 30 de octubre, el Ejecutivo regional decidió no aplicar restricciones de movilidad en el área sanitaria de Valdezarza. Una zona que, además de contar con una parte de población obrera en dicha área, pertenecía a algunas zonas de alto poder adquisitivo de la región, como la zona residencial de Puerta de Hierro.

Dentro del límite perimetral de Valdezarza también se encontraba el Hipódromo de la Zarzuela y el Club de Campo Villa de Madrid. Pero, a pesar de los 974,06 casos por cada 100.000 habitantes de tasa de incidencia que registró, la Consejería de Sanidad no adoptó medidas en dicha zona.

Desconfinamientos de centros comerciales y cierres de mercadillos

Otra de las medidas que pusieron en duda la objetividad de las medidas que el Gobierno de Ayuso aplicaba fue la de la apertura de los centros comerciales y el cierre de los mercadillos municipales.

La Consejería de Sanidad decidió cambiar su criterio en el mes de octubre y con algunos municipios confinados de forma perimetral, permitió que los madrileños visitaran cualquier centro comercial, a pesar de que este estuviera en una zona con restricciones de movilidad.

Tal decisión se tomó en un centro comercial de Majadahonda, Gran Plaza 2, después de aplicar medidas en todo el municipio y obligando al Ayuntamiento de Majadahonda a anunciar la suspensión del mercadillo municipal "hasta que las condiciones sanitarias lo permitan".

La Moraleja, desconfinada con más incidencia

El barrio más rico de Madrid, La Moraleja, tuvo que ser confinado durante más de tres meses, aunque la falta de controles de policía y la movilidad de los vehículos particulares impidieran que la incidencia se rebajara durante los más de 100 días que estuvo confinado.

La Consejería de Sanidad decidió suprimir las restricciones la zona de alto poder adquisitivo, el pasado 6 de marzo, a pesar de que la tasa de incidencia acumulada era peor que la que dicha zona tenía antes de sufrir las restricciones: de los 404 casos, del pasado 23 de noviembre, a los 505 casos por cada 100.000 habitantes del día en el que se eliminaron las restricciones.

A pesar de no disminuir la ratio de incidencia, el Gobierno de Ayuso decidió no quiso seguir aplicando medidas en un área sanitaria que presentaba un elevado número de contagiados de coronavirus.