La Revuelta de la España Vaciada se ha dejado ver en las plazas de los pueblos de Castilla y León este sábado al grito de “Yo paro por mi pueblo”,  una jornada durante la que repicaron a fuego las campanas y se guardaron minutos de silencio por las víctimas de los incendios de este verano, reivindicando un nuevo modelo de gestión forestal sostenible, bajo el lema “La despoblación es la llama que quema nuestros montes”.

Las plataformas y entidades que forman parte de la Revuelta han sumado en sus concentraciones en las plazas de los pueblos a todo aquel que quería acercarse para apoyar el mantenimiento del sector forestal en estos territorios, respaldando las reivindicaciones de los bomberos y  agentes forestales, y para denunciar una situación que consideran que está agravando la propagación los graves incendios sufridos este verano, especialmente en Castilla y León, donde se quemaron cerca de 100.000 hectáreas y se desataron 16 de los 54 GIFS, grandes incendios forestales, es decir, el 30% de los de todo el país, especialmente en las provincias de Zamora, Salamanca, Ávila, Segovia, Burgos y León.

Pero no sólo la superficie de la tierra los ha sufrido. Los incendios de este verano causaron en España tres muertes, -las tres en Castilla y León-, provocaron heridas a 58 y obligaron a evacuar a casi 24.000 entre el 8 de junio y el 7 de agosto, según el informe de la Dirección General de Protección Civil, al que posteriormente a esa fecha se sumaron muchos más.

Burgohondo  Avila

Desde la Revuelta de la España Vaciada defienden que la correcta gestión de las masas forestales es “el mejor instrumento para prevenir incendios”, pero también para hacer frente al cambio climático y a otros retos que tiene España, entre ellos la despoblación, que es la principal causa del crecimiento desordenado de los bosques y la gran acumulación de material  seco  y  altamente  combustible, sin presencia del ser humano.

Clara relación entre despoblación e incendios

Afirman que la relación entre despoblación e incendios forestales es clara, puesto que, en las zonas con muy poca población, el fuego se hace dueño del hábitat de forma descontrolada, arrasando montes y edificios.

En opinión de Nieves Trigueros, portavoz de Palencia Vaciada, desde un pueblo palentino, Meneses de Campos, de poco más de cien habitantes, la gestión de los montes es fundamental para prevenir este tipo de incendios. Los montes siempre han sido fuente de riqueza y de trabajo, afirma, en base a los aprovechamientos forestales tradicionales (madera, leña, resina, micología, caza..), compatibles con la silvicultura, agricultura y ganadería extensiva, además de que tienen un enorme potencial para el desarrollo de actividades turísticas, recreativas, deportivas  y sociales, que en muchos casos están permitiendo dinamizar económicamente pequeños municipios.

Palencia Vaciada en Meneses de Campos

Desde el municipio de Porto, Zamora, Ramiro Tomás, de la Plataforma 102, recuerda que durante el incendio de la Sierra de la Culebra de junio, “vivimos cinco días viendo caer cenizas, aunque estamos a 60 kilómetros en línea recta, -y más por carretera-, de aquella zona, pero era nuestra tierra, y me duele como si fuera mi pueblo, porque hoy les ha tocado a ellos, pero nos puede tocar a nosotros, que también somos un espacio natural”.

“Los incendios de este verano han sido un golpe muy gordo”, añade, “y cuando ves que tus vecinos están ardiendo, se te ponen los pelos de punta, porque los bomberos más cercanos a Porto los tenemos a una hora y media, si yo viera quemándose mi pueblo, me pondría a llorar”.

Los portavoces de la España Vaciada en las provincias de Castilla y León afirman que “sólo un medio rural vivo e implicado en la gestión de su entorno, será capaz de llevar a cabo esta tarea” y claman el apoyo de las Administraciones a todas estas iniciativas y actividades  económicas que fomentarían una gestión efectiva  y eficiente de los montes, reduciendo así el riesgo de incendios. 

Las campanas repican a fuego

A las doce del mediodía, en muchos pueblos de la Comunidad de los que llevan décadas perdiendo vecinos, se leyó un manifiesto reivindicativo y se guardó un minuto de silencio por esas vidas perdidas, las tres en el incendio de Losacio, en Zamora.

En Porto, en esa misma provincia, a esa hora, las campanas de la iglesia sonaron este sábado, repicando la “llamada a fuego”.