Galicia celebra este lunes su día grande y los reyes no han querido perdérselo. Felipe VI y la Letizia han viajado hasta Santiago de Compostela, acompañados por sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, para participar en la tan tradicional Ofrenda al Apóstol.

Antes, y tras escuchar el himno de España, el monarca se ha encargado de pasar revista a las tropas.

Junto a la familia real, han estado el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda; las vicepresidentas primera y segunda del Gobierno, Nadia Calviño y Yolanda Díaz; el titular del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices; el alcalde de la capital gallega, Xosé Sánchez Bugallo; y el presidente del PP y líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo; entre otros.

Felipe VI, quien en este segundo Año Santo ha vuelto a acudir personalmente para dirigir la Ofrenda Nacional --lo habitual es que lo haga un delegado regio--, ha escuchado el himno de España y, acto seguido, ha pasado revista al desfile de tropas antes de su retirada.

Entre gritos de "¡Viva el Rey!", y a través del Pórtico de la Goloria la comitiva ha accedido a la catedral, en la que, durante la letura de la ofrenda, el monarca ha pedido la intercesión del Apóstol Santiago para "encontrar certezas" que permitan afrontar momentos de "incertidumbre" como los actuales, momentos "muy duros" como los vividos por la situación sanitaria y económica, así como por la guerra en Ucrania. Del mismo modo, Felipe VI, ha subrayado la fortaleza de la ciudadanía. "Nunca nos ha faltado ni ambición ni coraje", ha precisado. 

El Rey ha arrancado su discurso con palabras de recuerdo para los afectados por los incendios forestales, los fallecidos y las personas que luchan contra ellos. "Esta tierra, Galicia, sabe bien lo que es sufrir el azote de los incendios", ha recalcado. 

 Reivindicando el espíritu europeo plasmado en el Camino de Santiago, ha instado a retomarlo, especialmente, cuando la guerra reaparece en el viejo continente. Para sus afectados también ha tenido palabras de consuelo, haciendo su dolor "intensamente propio".

Incertidumbres y retos

El monarca ha precisado también que, tras un 2021 marcado por la pandemia, este segundo Año Santo del bienio Xacobeo está lleno de "incertidumbres" en el ámbito sanitario y económico, a lo que se suman las que tienen que ver con la guerra de Ucrania.

"La complejidad de la situación actual es evidente y supone nuevamente un reto colectivo de gran envergadura", ha dicho, subrayando, no obstante, que la dureza de estos años "no ha doblegado nuestra capacidad para seguir adelante". "Nunca nos ha faltado ambición ni coraje. Porque España tiene valores, los valores de un pueblo responsable, decidido, fuerte, solidario, que ha recorrido su camino con entereza", ha dicho.

Con "la mente y el corazón consagrados al futuro de Europa" y de la sociedad española, el Rey se ha encomendado al Apóstol para "que nos ayude a encontrar certezas que sirvan de guía en nuestro camino de aquí en adelante". "Los valores inmutables de la peregrinación nos guiarán de nuevo en la superación de las adversidades", ha añadido.

Felipe VI han concluido su intervención, realizada en gallego y castellano pidiendo al Apóstol Santiago ayuda para que España "dé los pasos correctos en esta etapa del camino no exenta de obstáculos". "En cada español hay un peregrino que, en compañía de sus compatriotas, pondrá -como de costumbre, como siempre-- toda su voluntad para superar las adversidades que se le presenten, para superar su propio y personal Pórtico de la Gloria", ha zanjado.