Un profesor del instituto Basanta Silva del municipio lucense de Villalba manifestó a lo largo del curso que está a punto de finalizar su rechazo a poner en marcha “las medidas de atención a la diversidad” que requiere un joven estudiante de este centro diagnostico de Síndrome Asperger (Trastorno del Espectro Autista -TEA-). La denuncia parte de lo padres de este alumno que, además, “tiene un buen rendimiento académico” y, según han dicho, no ha presentado problemas con anterioridad.

Estos progenitores, a pesar de que el joven que cursa primero de Bachillerato y que está diagnosticado desde hace 8 años y dispone del informe de intervención correspondiente elaborado por el equipo correspondiente de la Consellería de Educación de la Xunta de Galicia, han detallado que ha habido “trato discriminatorio” y, a su juicio, “incorrecto” por parte del mencionado profesor.

Tal y como señaló en su momento el especialista del Equipo de Orientación Específico de Educación se establecieron ciertas adaptaciones y apoyos en el aula, en particular, los relacionados con "las áreas en las que tiene más dificultades", como la organización o la psicomotricidad fina.

Estos padres han asegurado que la actitud del profesor hacia su hijo fue negativa desde el inicio del curso, "minusvalorándolo" y "prejuzgando su capacidad". Precisamente, al detectar esto, fueron ellos mismos los que reclamaron los criterios de evaluación del alumno. En ellos comprobaron que el docente "le había bajado la calificación en aspectos que son propios de su diagnóstico", han indicado.

En concreto, de su relato se desprende que "le penaliza por no planificar, por no resolver sus propios problemas, por despistarse con mucha frecuencia, por preguntar muchas veces, por llegar tarde, por canturrear, por hablar solo... lo penaliza, en definitiva, por cuestiones inherentes a su condición de persona con autismo".

En su opinión, esta no es la actitud correcta con el alumno, de ahí que hayan presentado ya varias quejas en la Inspección Educativa de Lugo. Finalmente, después de una reunión celebrada el pasado mes de abril, se propuso la incorporación de un profesor de apoyo al aula para supervisar el comportamiento del docente, algo que aceptaron.

No obstante, el propio centro educativo, en un primer encuentro, les comunicó que ese refuerzo "no se podía ejecutar por falta e medios humanos", señalan. Ya en una segunda reunión "se reconsidera" esta decisión, aunque "hay un intento por parte del centro de revisar todos los hechos y conductas del docente", llegando "a cuestionar la actitud del menor" y a "culpabilizar" a sus padres, denuncian.

Ante esto han decidido presentar una denuncia en Inspección Educativa para que se investigue lo sucedido tanto en relación a este profesor como en lo relativo a la actitud del centro.

Del mismo modo, han optado por hacer público el caso porque "la situación sigue sin resolverse" y se sienten "muy preocupados" de cara al próximo curso.