La relación del dictador Francisco Franco con Galicia siempre ha sido estrecha. No por corazón sino por interés económico e inmobiliario, algo que, a la vista de los episodios que han seguido a su muerte, también han tratado de mantener sus herederos.

Desde hace muchos años, diferentes entidades, asociaciones y algunas formaciones políticas han tratado de despojar a la familia Franco de bienes que tenían a sus legítimos propietarios y que, en muchos casos, forman parte de la riqueza cultural e histórica gallega.

Uno de estos últimos casos es la conocida como Casa Cornide, situada en A Coruña. Este inmueble es uno de esas riquezas de las que la familia del dictador ha disfrutado. La diputada y portavoz de Cultura del Bloque Nacionalista Galego, Mercedes Queixas, acaba de acusar al Gobierno del Partido Popular en la Xunta, con su inacción de “amparar” un nuevo “expolio de la familia Franco”. El BNG responsabiliza al equipo de Alfonso Rueda de permitir por omisión a los herederos del dictador “vaciar la Casa Cornide” y, por extensión, “dificultar su gestión como Bien de Interés Cultural, BIC”.

Para Queixas se trata, ni más ni menos, de una “nueva burla a la democracia y a la sociedad gallega” por parte de los descendientes de Franco.

En este sentido, la parlamentaria nacionalista recuerda que este nuevo expolio quedó constatado la semana pasada con la apertura al público del inmueble para dar "por fin cumplimiento a la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia”.

Un BIC "deformado"

Cabe subrayar que esta normativa ya obligaba a que la Casa Cornide estuviera abierta desde hace dos años, precisamente cuando fue declarado Bien de Interés Cultural.

Hace una semana -el pasado lunes 4 de agosto- tuvo lugar la primera visita institucional. En la misma, tal y como denuncia la portavoz de Cultura del BNG, se pudo comprobar que en el interior de la Casa Cornide no quedan muebles ni otros bienes materiales, “haciéndose realidad lo que ya advertían los vecinos, que llegar a retratar fotográficamente furgonetas de mudanzas entrando y saliendo del edificio, con total amparo o connivencia de la Xunta".

Así, esos primeros visitantes comprobaron que el inmueble que goza de la catalogación de BIC es hoy “un espacio vacío de la memoria de José Cornide” y que su construcción interior ha sido “deformada” en comparación con la original.

A juicio de Mercedes Queixas “la Casa Cornide es representación de la Ilustración gallega y, lamentablemente, la convirtieron también en representación del expolio franquista".

Las críticas de la parlamentaria se extienden, además, a lo que considera como “raquítico régimen de visitas” de estas instalaciones, ya que los herederos del dictador “solo permiten el acceso de cinco personas por cada visita”. La duración es siempre de una hora en horario matutino (de 09.00 a 13.00 horas) y solo los lunes. La principal consecuencia es que es imposible conseguir una visita antes de febrero de 2026. En este sentido, recuerda Queixas que “la familia Franco lleva incumpliendo con su obligación de abrir el inmueble al público desde el año 2023”.

El Bloque Nacionalista Galego va a elevar este asunto al Parlamento con el objetivo de que el Ejecutivo presidido por Alfonso Rueda dé las explicaciones oportunas a las cuestiones que se plantean a raíz de la situación actual.

Entre otros temas, el BNG quiere saber si “la Consellería de Cultura era conocedora de la situación en la que se encuentra el inmueble o si se llegó a hacer un inventario de los bienes muebles y materiales existentes en su interior antes de que fuera declarado Bien de Interés Cultural”.

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