La comparativa de subvenciones nominativas de este año del Ayuntamiento de Madrid para entidades culturales revela grandes diferencias. Diferencias que radican principalmente en las instituciones relacionadas con Gregorio Marañón, actual presidente del Teatro Real y de la Fundación José Ortega y Gasset. Y es que los beneficios de dinero público del Ayuntamiento de Madrid que reciben estas entidades relacionadas con Marañón superan por mucho a cualquier otra de calado similar.

De esta forma, el Teatro Real recibe como subvención nominativa 1.300.000 euros, casi diez veces más que cualquier otra entidad, e incrementando en 300.000 euros desde los años pasados. En cambio, otras entidades de calado similar al Teatro Real reciben cantidades muy inferiores, como por ejemplo el Reina Sofía, que recibe 65.000 euros; el Museo del Prado, 150.000 euros (reducción este año en 100.000 menos); la Fundación Thyssen, 65.000 euros; la Academia de las Artes de San Fernando, 150.000 euros; o el Círculo de Bellas Artes, 200.000 euros. Todas ellas cantidades muy inferiores al más de un millón de euros que recibe la entidad presidida por Marañón.

Pero, además, el propio Gregorio Marañón preside otra entidad, la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón, que percibe además, otros 50.000 euros de subvención nominativa.

Cesión de espacios al Teatro Real

Este ‘favoritismo’ de José Luis Martínez-Almeida hacia el Teatro Real radica también en la cesión de espacios municipales a la Fundación Teatro Real, como por ejemplo la nave Daoiz y Velarde, un espacio vecinal y cultural del Distrito de Retiro cuyos vecinos esperaban la entrega de la obra recién terminada con dinero municipal pero que el Ayuntamiento de Madrid decidió ceder su explotación a Gregorio Marañón para el proyecto de Ópera Joven y cerrar las puertas a cualquier petición vecinal.

Pero, para colmo, el convenio del Ayuntamiento firmado con la Fundación para la explotación del centro cultural Daoiz y Velarde no solo conlleva la cesión de este gran espacio, sino que también contempla que, si no les funciona bien el plan, el consistorio le paga al Teatro Real hasta 1.500.000 euros públicos al año para cubrir costes.

Concretamente, el convenio de Madrid Destino con la Fundación del Teatro Real para explotar la Nave Daoiz y Velarde (sin que la Fundación haya invertido nada en la obra) conlleva que la explotación de la nave se cede para el proyecto Ópera Joven Real Teatro y que el Ayuntamiento cubre hasta un millón y medio de euros de posibles pérdidas.

La privatización de este espacio municipal ya fue motivo de protesta entre los vecinos del distrito de Retiro, que denunciaron este nuevo uso “exclusivo, privativo, elitista y comercial”.

Tanto la cesión de este espacio como el alto montante de subvenciones que recibe Gregorio Marañón ha sido denunciado por Más Madrid, ya que supone un agravio comparativo con cualquier entidad pública de calado similar al Teatro Real, pero también con cualquier compañía, asociación, entidad o programa cultural de Madrid, que viven en una gran precariedad.

Adiós al apoyo porque “no hay dinero”

Este favoritismo de Martínez-Almeida con el Teatro Real supone, a su vez, un gran detrimento para el resto de entidades y cualquier compañía o asociación cultural, a las que a muchas de ellas se les ha recortado el presupuesto, ahondando aún más su precariedad, con la excusa de que “no hay dinero”.

Ejemplos de ellos son la desaparición de la subvención para el Programa Apertura de Galerías (ArteMadrid), la reducción de 50.000 euros (de 200.000 euros en 2019 a 150.000 euros este año) la subvención al Ateneo, o la reducción de 10.000 euros para el Museo del Prado.

Y, frente a estos recortes, el caso de las fundaciones presididas por Gregorio Marañón, que recibe este año en subvención nominativa por el Teatro Real 1.300.000 euros, por la Fundación Ortega y Gasset 50.000 euros y que por la explotación de un espacio cultural nuevo como es la Nave Daoiz y Velarde tiene un convenio que si no le sale bien la actividad el consistorio le cubre hasta 1.500.000 euros.

Marañón, una especie de “mediador” amigo de Almeida

Gregorio Marañón es una especie de “mediador” amigo de Martínez-Almeida que ha sabido cómo sacar rentabilidad a la impecable marca del Teatro Real para convertirlo en un espacio de eventos que poco tienen que ver con su objeto cultural.

En el emblemático teatro de la capital, más allá de sus óperas, flamenco real o danzas, destaca en los últimos tiempos por haberse convertido en una sala de fiestas sin igual, de alto postín y a las que no puede asistir cualquiera. Ahí se han celebrado, por ejemplo, la fiesta del 70 cumpleaños de José María Aznar o la puesta de largo de las hijas de Alberto Alcocer.

Pero para aprovechar aún más este nuevo objeto, Marañón ha trasladado lo que se conocía como ‘El Real Junior’ que tenía lugar en la Sala Gayarre del Teatro Real al Centro Cultural Daoiz y Velarde. Con este cambio de ubicación, el empresario no solo ha podido utilizar la sala en cuestión para otras actividades, sino que también le ha supuesto un ahorro en trabajadores, dado que los que prestan sus servicios en el Daoiz y Velarde ya no cobran ni tienen contrato según el convenio del Teatro Real, sino que se les aplica el convenio autonómico, que reduce sustancialmente su salario y condiciones laborales.

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