“Hace 133 años, se celebró la primera Diada Nacional en 1886. Cuando un grupo de miembros del Centre Català organizó un funeral por las libertades de los catalanes en la Iglesia de Santa María del Mar. Una celebración a la cual, según la Policía de la época que levantó acta, asistieron, abro comillas, 148 separatistas, cierro comillas”.

Así arrancó el acto por la Diada Nacional de Cataluña celebrada este jueves en Madrid y que contó con la presencia de líderes y responsables políticos cercanos al independentismo. Entre ellos, el autor de las palabras, Gorka Knörr i Borràs, delegado del Gobierno de la Generalitat en Madrid o el portavoz de ERC, Gabriel Rufián.

Y es que, la Diada es algo más que una manifestación en la que, en los últimos años, se han mostrado las reivindicaciones independentistas de los ciudadanos y políticos en Cataluña. Es el Día Nacional de Cataluña, “un día de conmemoración de larga historia”, apunta Borràs. Y por ello, los catalanes que trabajan o viven en Madrid, han querido reunirse para celebrarlo.

En plena calle Alcalá de Madrid se sitúa el Centro Cultural Librería Blanquerna, uno de los puntos neurálgicos de debate y encuentro para la cultura, las tradiciones y la lengua catalana; pero también el lugar habitual para celebrar la Diada en la capital. Sin embargo, este año, se ha celebrado con 24 horas de retraso, el 12 de septimbre, y en un emplazamiento sin igual: el Círculo de Bellas Artes.

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Una hora antes de que arrancase el acto, las colas a las puertas de este histórico edificio obligaban a la espera. Decenas de catalanes esperaban con entusiasmo una celebración que contó con discursos políticos, entrega de premios, música, el canto de Els Segadors y una copa de cava catalán. Sin olvidar las reivindicaciones independentistas o las peticiones de respeto hacia las libertades de los catalanes.

Seis años de la agresión de Blanquerna

Pero también, todos los allí reunidos tenían la mente puesta en lo ocurrido hace seis años cuando, en pleno acto en la librería Blanquerna, irrumpió un grupo de extrema derecha saboteando y atacando a los allí presentes.

En 2013, la Diada en Madrid nos dejó unas tristes imágenes. Los radicales de derechas arrasaron con todo lo que encontraron en el centro cultural, dejando a su paso cinco heridos al grito de "no nos engañan, Cataluña es España".

Aunque los saboteadores alegaron que se trataba de "una protesta espontánea, individual, de patriotas indignados con el desafío separatista y totalmente pacífica", la Audiencia Provincial de Madrid condenó a cuatro de los detenidos a más de tres años de prisión. El caso llegó hasta el Tribunal Constitucional y, finalmente, los acusados no llegaron a cumplir su condena.

Pero parece que el altercado ha quedado en el recuerdo y que, poco a poco, las aguas vuelven a su cauce. Este 2019 se ha vivido una Diada más pacífica que en los años anteriores. Pese a ser definida como "pacífica", no podemos olvidar que se han producido actos de violencia como la quema de fotografías del Rey y agresiones a tres periodistas, pero que se ha definido como calmada y “pacífica”.

Queman una foto del Rey Felipe VI y de Emmanuel Macron y una bandera europea en la manifestación de la Izquierda Independentista por la Diada. EP

 

Eso sí, la polémica está servida. Mientras las cifras oficiales hablan de pinchazo, unos 600.000 los asistentes a la manifestación de la ANC, según la Guardia Urbana de Barcelona; los organizadores niegan cualquier descenso y hablan de cifras idénticas que en años anteriores. En esta línea, Borràs ha asegurado que, el hecho de que un millón de personas se reúnan en una manifestación es algo muy importante y significativo.

Pese a la calma implantada, en el Círculo de Bellas Artes en Madrid se pudieron ver lazos amarillos en las solapas y reivindicaciones independentistas. “No se trata de un conflicto social en Cataluña, sino de un conflicto político”, dijo Borràs recordando a los líderes políticos y sociales en prisión por el procés. Sin olvidar a los que ha definido como “políticos perseguidos en el exilio” en una clara alusión a Carles Puigdemont.