El president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha comparecido este miércoles pasadas las 10.30 horas de la mañana en una declaración institucional con motivo del primer aniversario de la catastrófica dana que segó la vida de 229 valencianos. El líder del Consell ha aprovechado su intervención para anunciar que el 29-O se convertirá a partir de hoy en una jornada de luto oficial en las tres provincias y de recuerdo a las víctimas de las riadas. 

Mazón, protagonista del primer aniversario por sus constantes mentiras y por no estar presente en el momento más importante de la historia reciente de la región, ha evitado pedir perdón y ha limitado la autocrítica al máximo en su intervención: "No fue suficiente", ha argumentando. De esta forma, el president ha descartado cualquier dimisión y ha insistido en su estrategia de resistir pese al grito unánime de una sociedad, la valenciana, que se ha movilizado por tierra, mar y aire para pedirle que dé a un paso al lado y deje el cargo tras la evidencia de que hace un año priorizó una sobremesa en el restaurante El Ventorro, donde se encontraba con la periodista Maribel Vilaplana, al aviso a sus conciudadanos, que, ante le negligencia, no pudieron sobrevivir a la llegada de los imparables ríos de lodo.

Al finalizar su escueta intervención en el Palau de la Generalitat y sin pedir perdón a las víctimas, más de 160 altos cargos del gobierno de Mazón se han puesto en pie para aplaudir a su líder con una atronadora y reveladora ovación que superó los dos minutos. En la tarde de hoy, acudirá a un funeral de Estado en el que las víctimas y sus familiares consideran que no debería acudir. 

Mazón y su laberinto de mentiras

El president de la Generalitat sigue atrapado en una telaraña de mentiras que él mismo ha tejido para tapar la desvergüenza de su inacción en la jornada más importante de la historia reciente de la Comunitat Valenciana. Su despreocupación y falta de profesionalidad le arrastran a la inmoralidad de seguir ocupando un cargo que no merece 365 días después de la indecencia y el horror que palpó en sus carnes toda la sociedad valenciana. Mientras se cumple el primer aniversario de la gota fría que ocasionó daños por valor de 17.800 millones de euros, solo en la terreta, seguimos sin conocer la motivación de las decisiones que tomó y no tomó Mazón en el día D.

Tampoco conocemos el contenido de su tique del Ventorro, la naturaleza del interminable almuerzo, la ruta de su coche oficial, el lugar donde se cambió de ropa, el listado de llamadas de su compañía telefónica, el contenido de sus interlocuciones, la justificación para no retirar su agenda oficial, la explicación de la hora del lanzamiento del Es-Alert, etc. Un año más tarde, seguimos sin resolver ninguna de estas y otras interrogantes.

Tensión en el Congreso por la dana

Pese a ello, el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, no ha debido encontrar razones de peso suficientes para enseñar a Mazón la puerta de salida. Nahuel González, diputado de Sumar, ha retratado con furia y rabia la permisividad de Feijóo ante el “negligente del Ventorro” y le ha reprochado su falta de liderazgo en Génova. En la Cámara Baja, durante la sesión de control, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha espetado a las señorías del PP que “llevan 229 muertos a las espaldas”. Antes de ello, en los pasillos del hemiciclo, Gabriel Rufáin, portavoz de ERC, tildó a Mazón de "psicópata", y dentro del pleno, Ione Belarra, diputada de Podemos en el grupo mixto, claudicó que Mazón "debe entrar en prisión". Por ell contrario, Miguel Tellado, secretario general y de organización del PP, mano derecha de Feijóo, no ha tenido ninguna palabra hacia las víctimas en sus intervenciones.

Feijóo, temeroso por la dimensión de la grieta, se ha limitado a pedir que su barón autonómico responda a las preguntas que se le formulen en las comisiones de investigación de Les Corts y el Senado. Un año y 229 fallecidos después, Mazón sigue siendo el titular del Palau de la Generalitat, no ha dimitido, no ha pedido perdón, no ha asumido ninguna responsabilidad, no ha colaborado con la instrucción de la jueza de Catarroja, Nuria Ruíz, y no ha dicho la verdad sobre lo que ocurrió y no ocurrió.