A Francisco Igea no se le vio buena cara en 2019, el día que se anunció el pacto entre Ciudadanos y el Partido Popular para sellar la presidencia de Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León, impuesto por Albert Rivera desde Madrid, que le hurtó el gobierno autonómico al socialista Luis Tudanca, ganador de aquellas elecciones.

Lo cierto es que el acuerdo se daba de tortas con el discurso del propio Igea durante la campaña electoral, en la que se hartó de cargar contra los de Mañueco: “32 años de gobierno del PP en Castilla y León son excesivos hasta para ellos”, llegó a decir, antes de verse obligado a sonreír junto al actual presidente de la Junta para la foto del pacto con los populares.

Hoy, el único procurador de Ciudadanos en Castilla y León, y también único baluarte de los naranjas en la Comunidad, ha dado a conocer que su partido le expulsa, definitivamente, tras numerosos tiras y aflojas y su cercanía al crítico Edmundo Bal, con el que rebuscó el centro en los últimos meses y finalmente acabó sellando la marca Nexo, heredera de todos los intentos centristas nacidos y fallidos en el país.

Igea resiste

Sin embargo, Francisco Igea resiste. Este jueves daba a conocer el email en el que se le comunicaba propuesta de resolución de expediente disciplinario, abierto antes del verano, que se traduce en su expulsión definitiva del partido.

Tiene cinco días para recurrir, pero no lo hará. Tampoco entregará su acta, que conservará, manteniéndose en el Grupo Mixto de las Cortes de Castilla y León y le convertirá, en lugar de “procurador de Ciudadanos”, en el “procurador por la provincia de Valladolid”.

“No puedo sino lamentar la deriva final de un partido en el que siempre tuve la posibilidad de defender mi postura, incluso cuando no coincidía con la de la ejecutiva nacional, e incluso siendo miembro de la ejecutiva nacional, como cuando manifesté abiertamente mi discrepancia cuando se decidió no pactar con Sánchez, con quien se sumaban 180 escaños”, dice.

Insultar, degradar y vejar

En su comunicación por escrito al procurador, el partido basa su decisión en el supuesto insulto, vejación y degradación por parte de Igea a Ciudadanos, algo que él desmiente.

“No admito que se diga que hemos insultado, degradado ni vejado, sólo hemos mantenido otras opiniones sobre unas decisiones políticas y estratégicas del partido, pero esperaré la resolución definitiva con tranquilidad”, ha asegurado esta mañana.

Su intención, subraya Igea, es “no engañar a los electores de la comunidad autónoma, a los que se les ofrecieron un candidato y un programa que siguen en activo”, de modo que mantendrá su escaño en el Parlamento Autonómico, del que, incide, según el Reglamento de la Cámara, en su artículo 23.1, nadie le puede expulsar.

El mordaz político vallisoletano, cuyas intervenciones en los plenos de las Cortes son siempre controvertidas, apuesta por no dar a los castellanos y leoneses “gato por liebre”, y recuerda que su sucesor en la lista de Ciudadanos en las elecciones de 2022, el número dos, Miguel Ángel González, trabaja actualmente para la Presidencia, junto a Alfonso Fernández Mañueco.

Hasta el número seis de esa lista de quince, Ciudadanos ya no tiene afiliados. “Ya le dimos al Partido Popular el gobierno en su día”, concluye, “y ahora no le daremos la oposición; sería demasiado”.