Lo único que repetían el lunes pasado tanto los políticos como los medios de comunicación es que menos ciudadanos que viven en Catalunya habían salido a la calle en comparación con otros años. Conclusión: el independentismo se desinfla.

Y están muy equivocados. Seguramente menos gente salió a la calle pero lo hizo mucha, muchísima y a pesar de que Convergencia, Esquerra Republicana y la CUP siguen vendiendo humo y haciendo hojas de rutas que no se llevarán nunca a cabo, los ciudadanos de esa comunidad necesitan una esperanza, un cambio, una ilusión.

Los catalanes están tan mal como el resto de españoles. Los ricos son más ricos, los pobres más pobres, la clase media ha pasado a baja, cierran ambulatorios constantemente, este verano los hospitales públicos han cerrado miles de camas, los pensionistas tienen las mismas dificultades para llegar a mediados de mes que los de Sevilla o Bilbao.

Social y económicamente la sociedad catalana es exacta a la del resto de España y mucha gente está desesperada, angustiada, en una palabra, cabreada.

Y ¿cuál es el punto que marca la diferencia? Pues que un grupo de partidos los cuales han financiado a Plataformas y Movimientos han explicado a la población un relato de ilusión. De cambio. La diferencia es el relato.

“Si tomamos nosotros las decisiones, viviremos mejor” y una parte importante de las personas que viven en Catalunya se lo han creído. Insisto: de las personas que viven en Catalunya, no de los catalanes exclusivamente porque si por algo se destaca dicha Comunidad es por su diversidad étnica, lingüística, religiosa.

Cuando una persona está angustiada necesita que le ayuden a poner en orden sus ideas, que le hagan llegar un relato de esperanza y eso lo han hecho muy bien los tres partidos antes citados, aunque podríamos pasarnos horas hablando de sus divergencias, luchas internas, contradicciones y demás.

Por el contrario, los políticos del resto de España y especialmente los madrileños que son los que más ruido hacen y salen más en televisión, sólo saben decir NO.

Durante los años que Rajoy lleva en el poder además de NO, se ha fumado un puro mirando a la Meca porque cree que no haciendo nada el globo se deshinchará y se ha equivocado, como no podía ser de otra manera, porque año tras año se ha ido inflando de tal forma que hasta los menos independentistas ahora consideran razonable que lo mejor sería poner el problema en manos de la democracia y hacer un referéndum.

Si esa consulta se hubiese hecho hace seis años la cifra de independentistas hubiese sido inferior al 20%. Ahora ya están al 50-50% más o menos.

Rajoy ha demostrado ser un inútil como político pero el partido socialista tampoco ha sabido construir un relato. Muchos de sus militantes más conocidos desertaron, otros no hubiesen visto mal una consulta (a tiempo, ahora ya es tarde) y otros con mucho retraso y escasa audiencia han intentado explicar lo que es el federalismo.

Estoy convencida que el federalismo sería la solución, pero no han sabido explicarlo. Dicho sistema no hace vibrar a nadie, ni crea ilusiones, ni se sabe muy bien qué es y qué supone aunque personajes como la filósofa Victoria Camps haya encabezado un grupo de expertos federalistas para escribir un libro : “¿Qué es el federalismo?".

Lo que vende es otra cosa, aunque sea irreal……pero los políticos que circulan por Madrid, sean de donde sean, no lo captan, no lo entienden, es algo que les sobrepasa.

Aun así, suerte tienen en el resto de España  que los “vende humo” son más feriantes que políticos con planteamientos serios. Insisto desde el centro de la península el único humo que se ve es el de los puros de Rajoy mirando a la Meca.