El ministro de Sanidad, Salvador Illa, candidato de los socialistas catalanes a la presidencia de la Generalitat, cumplirá lo prometido. Renunciará a su cartera ministerial e iniciará la campaña para las elecciones autonómicas la semana próxima, el jueves que viene por la noche. Se anuncian días muy intensos. 

A la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ratifique la fecha del 14 de febrero para las elecciones, según el decreto dictado en su día por la Genralitat, del que más tarde se arrepentiría al conocer el impacto del regreso de Salvador Illa a la pelea electoral. La decisión ya está tomada y su impacto electoral positivo para el PSC ya ha sido evaluado.

La última encuesta hecha por el Centro de Investigaciones Sociológicas, apunta a que el partido dirigido por Miquel Iceta ganaría. Si el candidato a President, Salvador Illa, se alzara por encima de los otros aspirantes, la situación en daría un vuelco. Según este sondeo, el socialismo catalán superaría en intención de voto a Esquerra Republicana que ha liderado todas las encuestas durante meses y meses.

Junts per Catalunya, la formación que alienta desde Waterloo Carles Puigdemont, quedaría en tercer lugar y los independentistas, según la encuesta del CIS, no alcanzarían la mayoría parlamentaria de la que hasta ahora disfrutan. El PSC obtendría entre 30 y 35 diputados, casi el doble de lo que tiene ahora, ERC sumaría entre 31 y 33, y JxCat entre 20 y 27 escaños. Por lo demás, Ciudadanos seguiría en caída libre por detrás de En Común Podem, el partido de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. La CUP subiría, pero el horizonte es negro para el PdeCat, partido heredero de la que fue todopoderosa Convergència. No conseguiría siquiera representación parlamentaria. Pero, muy preocupante sería la irrupción de VOX que podría conseguir entre 6 y 10 diputados igualando o superando al PP.

Así las cosas, se puede considerar que el aterrizaje de Salvador Illa en el escenario catalán tendría un efecto positivo. Y demostraría que el intento del Govern de retrasar las elecciones autonómicas se orientaba más bien a evitar esa irrupción, aunque la defensa de la lucha contra el Covid haya sido la bandera.

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha decidido mantener vigente el decreto de la Generalitat,  que fija este 14 de febrero la fecha de las elecciones. Su aplazamiento hubiera retrasado los comicios hasta el 30 de mayo.

Antes del 8 de febrero, el tribunal dictará sentencia sobre el fondo del asunto. El presidente en funciones Pere Aragonés, ha manifestado su disgusto atribuyendo al  TSJC “la obligación de tener que elegir entre el derecho al voto y la salud”.  Ni cortos ni perezosos, el Grupo Republicano en el Congreso y el Grupo Mixto de la mano de la CUP, han solicitado la comparecencia del ministro de Sanidad para que explique qué impacto pueden tener las elecciones en esta tercera ola de la pandemia.

En ese futuro posible que ha dibujado la última encuesta del CIS, los socialistas tendrían que buscar socios para conseguir una gobernabilidad estable. La formación de un nuevo tripartito con ERC podría ser un terreno muy resbaladizo. Las experiencias no fueron buenas.