Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, ha defendido en su intervención en la Asamblea Regional y Local Euromediterránea que se celebra en Palermo (Italia), la necesidad de que la desalación sustituya al trasvase del Tajo-Segura.
“Creo que la estrategia europea tiene que priorizar el principio de desalación. Donde se puede utilizar el agua desalada, se tiene que utilizar. Hay tecnología de sobra que optimiza los costes, que minimiza los daños ambientales, y en España ahora mismo no se utiliza toda la capacidad de desalar que se tiene instalada”, asegura.
Page defiende, además, que “donde se puede desalar el agua no tendría por qué consumirse agua de recursos naturales escasos”, como es el río Tajo, clamando por que “no se puede sobreexplotar la capacidad natural de los ríos”, justificando, por otro lado, que “la sobreexplotación de un canal superficial solo se traduce en contaminación para el propio Mar Mediterráneo a medio y largo plazo”.
Una intervención que ha llegado justo después de la del presidente de la Asamblea de Murcia, Fernando López Miras, y que Page ha centrado en la necesidad de que “reconozcamos entre todos que hay un problema”, refiriéndose al cambio climático, y lamentando que aún existan discursos negacionistas que impiden abordar una estrategia común.
La prioridad es el abastecimiento de población. El 90% del gasto del agua tiene que ver con la agricultura
El presidente de Castilla-La Mancha ha centrado su discurso en tres premisas. En primer lugar, establecer la prioridad en el abastecimiento de la población ya que el 90% del gasto del agua tiene que ver con la agricultura: “Por consiguiente, no debería existir ningún rincón de la región ni del Mediterráneo que no pueda beber. Este principio que parece sencillo no se aplica prioritariamente en todos los sitios de la misma manera”.
En segundo lugar, Page habla de establecer un calendario de que la gestión del agua para el regadío cumpla condiciones de eficiencia, riego sostenible o riego por goteo: “Sobra tecnología hoy como para que todo el regadío se haga con mecanismos de máxima eficiencia”, e insiste en el calendario de regadíos que no cuente con autorizaciones si no se ajusta a las condiciones de eficiencia que señalaba.
Por último, el presidente regional defendía que la gestión del agua no puede provocar diferencias entre territorios: “El agua no debe comportar nunca que se gestione en unos territorios a costa de la dificultad de gestionarlo en los territorios vecinos”.
Hay una gran falsedad cuando se habla de excedentes
Page denuncia que “es muy difícil encontrar que realmente existan excedentes” porque “nadie está dispuesto a reconocer los excedentes”. En este sentido, defiende la necesidad de establecer un criterio que hable de que cuando el agua se comparte, “se tiene que hacer siempre sin perjuicio de los vecinos”.
“Se dan casos en el que la sobredimensión de gasto de agua para regadío ha comportado que las zonas de donde procedía el agua, a través de trasvases, no ha permitido ni siquiera el consumo de población, teniendo que abastecer a pueblos con abastecimiento de cisterna”, denuncia el presidente castellanomanchego, para concluir en que estas normas, que son elementales, lo serán aún más en el futuro porque el cambio climático no cesará de mandar mensajes nítidos.