Castilla-La Mancha ha terminado 2025 exhibiendo un rumbo propio, ajeno al ruido de la política nacional y sostenido en la estabilidad institucional, el crecimiento del empleo y el diálogo social. Ese ha sido el hilo conductor del balance realizado por el Gobierno regional a término del año, que ha reivindicado un modelo de gestión marcado por la previsibilidad, la planificación a medio plazo y la capacidad de llegar a acuerdos, en un contexto estatal donde la confrontación permanente ha acabado por convertirse en norma.

En ese escenario, la portavoz del Ejecutivo autonómico, Esther Padilla, ha situado el balance del año en una idea central que el Gobierno regional ha venido repitiendo durante toda la legislatura: Castilla-La Mancha ha funcionado mientras otros territorios se han instalado en el bloqueo. Una afirmación que, según ha defendido, no se ha sustentado en eslóganes, sino en datos que han avalado la gestión desarrollada desde 2015 bajo la presidencia de Emiliano García-Page, el único dirigente socialista que ha conservado una mayoría absoluta autonómica y que ha logrado, además, un acuerdo político con el Partido Popular para reformar el Estatuto de Autonomía.

Padilla ha subrayado que la personalidad política del Ejecutivo castellanomanchego ha estado definida por la coherencia entre lo prometido y lo ejecutado, una circunstancia que ha permitido cerrar 2025 con indicadores sociales y económicos claramente mejores que al inicio del mandato. La región ha crecido en población, ha superado por primera vez los cuatro millones de pernoctaciones turísticas y ha conseguido que parte de ese crecimiento se haya dirigido a zonas afectadas por la despoblación, un fenómeno que ha desmentido algunos de los discursos alarmistas que la derecha regional ha tratado de instalar sin respaldo estadístico.

Cifras históricas de empleo

El balance económico ha ocupado un lugar central en la comparecencia. Castilla-La Mancha ha alcanzado la cifra histórica de 940.000 personas ocupadas, tras haber pasado, en una década, de destruir empleo de forma diaria a crear 53 puestos de trabajo cada día. Un cambio estructural que ha situado a la comunidad entre las que más han crecido en términos de PIB en los últimos diez años y que ha ido acompañado de un aumento de la confianza empresarial, del interés de la inversión extranjera y del volumen de exportaciones. Un contexto que ha contrastado con las críticas reiteradas de PP y Vox, que han insistido en dibujar un escenario de estancamiento económico que no ha encontrado reflejo en los datos oficiales.

La portavoz regional ha insistido en que estos resultados no se han producido de forma aislada, sino que han sido fruto de una estrategia basada en el diálogo social y en la firma de acuerdos con sindicatos y organizaciones empresariales. Frente a la política de confrontación permanente que ha marcado el discurso de la derecha, el Ejecutivo autonómico ha defendido haber optado por pactos “por convicción y no por necesidad”, una vía que ha permitido dotar de estabilidad a las políticas económicas y sociales.

Protección de los colectivos más vulnerables

En el ámbito social, Padilla ha recordado que 2025 ha estado marcado por avances en la protección de los colectivos más vulnerables, con la firma del acuerdo institucional contra la violencia machista, la creación de la Mesa contra el Acoso Escolar y el refuerzo de los servicios públicos. Ha destacado, además, la apertura de nuevas escuelas infantiles, la bajada de ratios educativas coincidiendo con el aniversario del traspaso de las competencias de Educación y la apuesta por la modernización sanitaria, con la renovación de tecnología clave y la inauguración del nuevo hospital público de Cuenca.

El balance también ha mirado hacia fuera de la región. Castilla-La Mancha ha ganado presencia en foros europeos e internacionales y ha reforzado su posición en debates clave como la financiación autonómica, la defensa del agua o la oposición a los recortes previstos en la Política Agraria Común. Un papel activo que, según ha señalado la portavoz, ha evidenciado una voz propia frente a un contexto nacional marcado por la falta de mayorías claras, la ausencia de presupuestos y una gobernabilidad cada vez más frágil, una situación que ha servido al Ejecutivo regional para reivindicar, por contraste, su modelo de estabilidad institucional y acuerdos parlamentarios.