La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha prometido que incluirá en el temario de Historia de la Filosofía, en Bachiller, enseñanzas de la Escuela de Salamanca, vinculada a la figura del religioso Francisco de Vitoria. Un anuncio que ha hecho tras recibir precisamente el premio Escuela de Salamanca de manos del polémico Club de los Viernes, un think tank ultraconservador muy cercano a Vox y a la parte más radical del Partido Popular a los que ha prometido esta novedad. Esta novedad llega justo después de meses en los que Ayuso y su Ejecutivo han estado criticando un supuesto adoctrinamiento en la nueva Ley de Educación del Gobierno de Pedro Sánchez, hasta el punto de amenazar con censurar libros de texto.

A través de una nota de prensa emitida por la propia Comunidad de Madrid, su presidenta, la popular Isabel Díaz Ayuso “ha anunciado que la conocida Escuela de Salamanca y algunos de sus autores, a los que se les recuerda por dar soluciones a los problemas de la época en forma de libertad, Derecho y Economía, se incluirán por primera vez en el temario de la Historia de Filosofía de 2º de Bachillerato” Así lo declaró tras recibir el pasado lunes en la Real Casa de Correos, el IV Premio Escuela de Salamanca, que concede el llamado “Club de los Viernes” a “las personas e instituciones que destacan por su defensa de los principios y valores liberales”.

Ayuso prosigue así su particular batalla contra el “adoctrinamiento” en las escuelas que, según ella, lleva a cabo el Gobierno de España, para lo cual ella y su consejero de Educación, Enrique Ossorio, han emprendido una campaña de censura de libros de texto. Aunque ella misma haya reconocido después que no se ha encontrado nada de lo que ella misma denunciaba y que su particular cruzada se debía a “lo publicado en los medios”.

De Oviedo a la Puerta del Sol

El “Club de los Viernes” se define a sí mismo como una “trinchera liberal” y fue fundado por varias personas que se han presentado a las elecciones en las listas de Vox, como Ignacio Blanco, actual portavoz de la formación ultraderechista en la Junta General del Principado de Asturias u otro de sus fundadores, Javier Jové. Aunque ha ido reuniendo también a afiliados del PP y de Ciudadanos, especialmente desde que la formación naranja experimenta su proceso de desintegración. En estos momentos, puede que por las tensiones entre los afiliados de las tres formaciones, este club, opuesto a toda intervención estatal (excepto a la hora de recibir sueldos públicos para sí mismos o subvenciones para la escuela concertada, por ejemplo) tiene a sus miembros más notables enfrentados entre sí desde 2018, intercambiando acusaciones de “opacidad” y de “acumular deudas con el club”.

El Club de los Viernes nació en Asturias, “son parte del grupo que terminó rellenando las listas de Vox aquí”, explica Luis Ordoñez, periodista de La Voz de Asturias. “Se meten en todos los berenjenales posibles, contra la oficialidad del asturiano, apoyando a los autobuses de Hazte Oír o una campaña contra el impuesto de Sucesiones”. En general, suelen publicar bulos en redes como Twitter y luego los borran, especialmente después de haber entrado en las listas de Vox, recuerda Ordóñez. “Su estrategia es muy clara: se ofrecen a escribir en todos los periódicos posibles y a ocupar puestos en tertulias” para ganar visibilidad e influencia mediática.

Una escuela no tan conocida y no tan liberal

La llamada “Escuela de Salamanca”, que reivindican por igual Ayuso y los miembros de este particular Club, es como se denomina a un conjunto de académicos del Siglo de Oro, que fueron más o menos contemporáneos del religioso Francisco de Vitoria. Si bien en su momento pasaron más o menos desapercibidos en su día (salvo el jesuita Juan De Mariana y sus teorías acerca del tiranicidio), se les empezó a reivindicar bien pasada la mitad del siglo XX, debido a que algunos de ellos elaboraron teorías acerca de la inflación que se parecen notablemente a las que luego defenderían los economistas conservadores de “La Escuela de Chicago”. No así en lo demás, dado que las teorías económicas de la “Escuela de Salamanca” se engloban dentro del llamado “arbitrismo”; esto es: que defendían la intervención de un monarca absoluto como algo beneficioso para la economía. Y defendían que el comercio era una actividad innoble y casi pecaminosa, pero a la vez necesaria. También defendían medidas fuertemente proteccionistas, especialmente en lo relativo a la naciente industria textil catalana.

Nada que ver con el auténtico germen del liberalismo y de las teorías económicas mercantilistas, que tuvieron su origen en Inglaterra, con Adam Smith y John Locke como máximos exponentes.

Aunque Juan de Mariana y Francisco de Vitoria defienden en sus escritos que el poder político nace del consentimiento de los hombres libres, tampoco tenían ningún problema en defender al absolutismo como el mejor de los regímenes posibles o en que España declarase la guerra a todo pueblo indígena americano que se negase a ser convertido al cristianismo. Sin embargo y para gran disgusto de la orden jesuita de la época, algunos revolucionarios franceses usaron las teorías de Juan de Mariana para descabezar al Rey y, dicen, que por eso llamaron “Marianne” a la personificación de la Revolución Francesa, que ocurrió más de 150 años después de la muerte del religioso talaverano.

Con razón o sin ella

La inclusión de estos filósofos y protoeconomistas en el temario madrileño responde, según la presidenta de la Comunidad de Madrid, al “rodillo” del temario fijado por el Gobierno de España, aunque luego reconozca en la Asamblea de Madrid que “la inspección educativa no ha encontrado nada relevante en la revisión que ha efectuado de 180 libros de texto”.

Por otro lado, Isabel Díaz Ayuso, que calificó al indigenismo como “en nuevo comunismo” en una de sus escapadas a los Estados Unidos, entraría en clara contradicción con la Escuela de Salamanca, cuyos miembros defendían el derecho de los indígenas a conservar sus costumbres y sus propiedades, así como el de no ser convertidos por la fuerza, salvo que se resistieran activamente a la evangelización. En cualquier caso, estas opiniones de la Presidenta de la CAM le valieron un sonoro plantón por parte de 33 congresistas estadounidenses, muchos de ellos pertenecientes a la comunidad latina.