PP y Ciudadanos o, más concretamente, Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado, cumplieron el pasado viernes 14 de agosto un año de gobierno al frente de la Comunidad de Madrid. Estos 12 meses no solo han estado marcados por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, sino que entre los socios de Ejecutivo ha habido otros fuertes que han manchado su candidatura.

Ayuso llegó a la presidencia madrileña después de recibir el apoyo de su partido, de Ciudadanos y de Vox en la Asamblea, aunque ese apoyo no haya seguido de la mejor manera a lo largo de la legislatura. Las reticencias y los reproches no solo han ido dirigidos hacia el Gobierno central liderado por Pedro Sánchez; ambos socios de gobierno han protagonizado polémicos momentos y declaraciones públicas de sus evidentes diferencias. Ello ha sido motivo para que la moción de censura haya estado en el aire a lo largo de estos doce meses.

Hay quien asegura que este gobierno está casi roto, y no sin fundamentos, ya que las palabras “ruptura”, “elecciones anticipadas” y “moción de censura” han estado sobre el tapete en varias ocasiones en la política regional. PP y Ciudadanos no han conseguido sacar adelante unos presupuestos en Madrid, pero tampoco han logrado aprobar ninguna ley en la Asamblea. El primer roce que mostró sus diferencias en público surgió con el caso de Avalmadrid y el presunto trato a favor e irregularidades.

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Con la llegada del coronavirus, siendo la región madrileña una de las más afectadas de España y donde sus residencias experimentaron el mayor número de fallecimientos de ancianos, las diferencias se hicieron mucho más notorias, además de florecer otros escándalos que rodearon a la presidenta regional. El momento de mayor tensión entre los socios de gobierno se hizo evidente entre el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero (PP), y el de Políticas Sociales, Alberto Reyero (Ciudadanos), por el drama de las residencias de mayores. Pero antes de estallar esta crisis ya hubo otro episodio público donde mostraron sus diferencias: el fichaje de Miguel Ángel Rodríguez como jefe de gabinete por parte de la presidenta. Fue entonces cuando Aguado mostró su “disconformidad” con el mismo.

Ayuso también fue objeto de polémica cuando durante los peores meses de la crisis sanitaria decidió alojarse en un apartahotel de lujo propiedad de Room Mate y del empresario Kike Sarasola. Fue entonces cuando, a pesar de asegurar que la cuenta iba a cargo de la presidenta, surgieron las dudas tras la publicación y la desaparición de un contrato adjudicado a la misma empresa.

A todas estas polémicas hay que sumar la falta de rastreadores en la nueva normalidad, el coste millonario y desproporcionado del hospital de campaña levantado en Ifema en comparación con los mismos servicios que se desarrollan en otros hospitales de la región, la construcción del hospital de pandemias en Valdebebas mientras se mantienen plantas cerradas en hospitales y el notable aumento de contagios que se están produciendo en la Comunidad de Madrid mientras la líder popular se encuentra de vacaciones.