No todo Málaga es la conocida y exclusiva calle Larios y la zona comercial del Centro. La Capital de la Costa del Sol no es solo los establecimientos de ocio de El Puerto, las tiendas del Soho, los chiringuitos y restaurantes de La Malagueta, el bullir de turistas en típicas calles que ascienden hasta el Picasso, los guiris hacia el Pompidou o el Thyssen y los cruceristas con 120 euros de media de gasto diario. Hay otra Málaga porque Málaga es mucho más que las imágenes anteriores de postal al antes de la Covid. La ciudad es la suma de los espacios mencionados y de sus barrios. Estos numéricamente son el gran aporte al censo de habitantes aunque la imagen exterior sea otra.
 

La otra Málaga, la de mayor densidad de Europa

Es la otra y mayoritaria Málaga en la que conviven miles y miles de familias carentes del mimo con el que la derecha, más de un cuarto de siglo instalada en el poder local, prodiga a la otra Málaga del centro y del turismo. Barrios con endémicas carencias evidenciadas en sus aceras, limpieza urbana, tráfico, escasez de zonas verdes o en sus carencias de aparcamientos públicos. Según diferentes estudios, hay zonas como la de Cruz del Humilladero (casi 90.000 residentes) con el dudoso y nocivo honor de ser uno de los barrios con más habitantes por metro cuadrado de toda Europa.

Al castigo del Covid y la penalización del paro, el equipo de Gobierno del PP y Ciudadanos del Ayuntamiento de Málaga ha sumado el de la reciente implantación de la zona azul en Cruz de Humilladero y Huelin, ambas populosas barriadas capitalinas. Por ello los vecinos ya no pasan, parece la expresión de lo que ha ocurrido. Han sido muchas las protestas y movilizaciones que esta impopular medida ha generado desde hace meses junto a otras decisiones municipales y reivindicaciones latentes pero calladas y que ahora salen en erupción.

Cucharas de percusión y cacerolas acústicas


La lava del volcán vecinal se mostró, en la tarde del viernes, con protestas en forma de sonoras y estruendosas caceroladas desde balcones de vecinos de los barrios de Huelin y Cruz de Humilladero. En la mañana del sábado se han vuelto a oír los sonidos metálicos de protesta pero, esta vez, las cacerolas provenían no de balcones de chalets de clases altas engominadas e indignadas por confinamientos anteriores o por intentos de derribar a un gobierno con la excusa pandémica. Ahora los portadores de cucharas de percusión y cacerolas acústicas han sido los vecinos de modestos barrios de Málaga. Hombres y mujeres que protestaron ayer y hoy con estruendosas caceroladas tras poner en marcha el equipo de Gobierno conservador su decisión de implantar la zona azul en sus calles. Cacerolas con menos gomina y más callos, caceroladas sin “cayetanos” y más “manolos”… con menos banderas y más necesidad.

Conexión vecinal


Un movimiento impulsado por plataformas y conectadas con asociaciones vecinales bien protagonizando desde hace tiempo distintas movilizaciones en la calle y que esta semana, en previsión del virus solicitó a los vecinos que las protestas se hicieran desde los balcones de las casas como muestran los vídeos adjuntos.

Con estas protestas los colectivos sociales y vecinales que rechazan la zona azul no van a cejar en la reivindicación por la puesta en funcionamiento de casi 650 plazas de plazas de estacionamiento regulado (SARE). También a esta repulsa colectiva se han unido los apoyos que le brinda la oposición política. El portavoz socialista, Daniel Pérez, se ha preguntado tras comprobar los resultados de la protesta “¿Hasta cuándo va a seguir la sinrazón de un equipo de gobierno que prefiere seguir fingiendo que esta medida ayuda cuando la realidad es que se están cargando el tejido económico y social de estos barrios obreros?”. Pérez ha mostrado su apoyo a las caceroladas al entender que los vecinos se están expresando de manera clara. No quieren pagar por aparcar en sus barrios”.  

Lección de dignidad”


“Quizá el alcalde De la Torre y Del Río (concejal del área) esperaban que esto acabase el día después de pintar las calles de azul, pero se equivocaban. Los vecinos de ambos barrios están dándoles una lección de dignidad al PP y su sordera política. Esta lucha va a seguir hasta que se pare la injusticia que está suponiendo la puesta en marcha de la zona azul en barrios trabajadores”.