Vox vuelve a amagar con retirarle su apoyo al Gobierno andaluz de PP y Cs. Esta vez, el órdago parece ir más en serio que en las ocasiones anteriores, pero el hecho de que en el pasado nunca cumpliera sus amenazas de ruptura resta credibilidad a la que acaba de lanzar su portavoz Manuel Gavira con la crisis humanitaria de Ceuta como excusa.

A ello hay que sumar que la amenaza de ruptura tiene un perímetro muy preciso: no afectaría a lo firmado en el pacto de investidura, ni tampoco a los acuerdos fiscales, legislativos y presupuestarios suscritos hasta ahora. Por si quedaba alguna duda, Gavira la aclaró: que nadie piense que Vox podría apoyar una moción de censura de la izquierda. Eso, jamás.

Cuentas pendientes

La amenaza se produce cuando estaban a punto de comenzar las negociaciones para sacar adelante los Presupuestos de 2022. Hasta ahora San Telmo ha aprobado sin especiales dificultades tres de ellos con el respaldo de Vox: los de 2019, 2020 y 2021.

Puede que no suceda lo mismo con las cuentas de 2022, aunque también es cierto que las amenazas de Vox al Gobierno de PP y Cs han sido recurrentes desde el inicio de la legislatura. Lo novedoso ahora es que Vox quiere forzar el adelantamiento de las elecciones porque, sin pruebas que avalen su diagnóstico, piensa que Cs no es un socio fiable y en cualquier momento puede traicionar al ‘Gobierno del cambio’.

Mejor dos que tres

Las prisas de Vox por acabar la legislatura andaluza cuanto antes arrancan de la fallida moción de censura en Murcia y la posterior convocatoria de elecciones en Madrid, que han dejado a Ciudadanos al borde de la desaparición. Tiene sentido que los ultras quieran rematar a Cs forzando unas elecciones que podrían suponer su defunción definitiva, despejando así el campo de la derecha que pasaría de tener tres actores a tener solo dos, el PP y Vox.

Mucho menos interesado en las urnas está el PP y no digamos Cs. Moreno está teniendo una legislatura bastante plácida y hoy por hoy no tiene motivos de peso para embarcarse en una incierta aventura electoral.

La extrema derecha calcula que si hay elecciones pronto en Andalucía, Cs obtendría un resultado lo suficientemente malo como para que sus diputados –si lograba alguno– no fueran necesarios para formar gobierno porque PP y Vox sumarían los 55 diputados de la mayoría absoluta. Así lo certifican distintas encuestas.

Los invasores

Esta vez, la excusa la ha encontrado Vox en la aceptación por el Gobierno andaluz de 13 menores extranjeros no acompañados del contingente de cientos de ellos que han recalado esta semana en Ceuta, en el contexto de una operación política diseñada por Rabat para presionar a España y que Vox considera literalmente una “invasión de un país extranjero”. Gavira avisó ayer de la ruptura y hoy la ha hecho oficial: “Desde ahora, el Gobierno andaluz es absolutamente frágil”.

Quien con más dureza ha replicado al envite xenófobo de Vox ha sido el portavoz de Ciudadanos, Sergio Romero, a quien la formación ultra acostumbra a ignorar. La consejera de Igualdad Rocío Ruiz, el vicepresidente Juan Marín y el presidente Juan Manuel Moreno han buscado un perfil deliberadamente bajo en sus réplicas para no enfurecer a su socio ultra, limitándose a recordar que la atención a los menas es un mandato legal y un deber humanitario.