En principio, Vox seguirá siendo, en palabras del portavoz del Gobierno autonómico Elías Bendodo, “parte del cambio político” en Andalucía, pero a partir de hoy lo será algo menos porque, en palabras de su portavoz Alejandro Hernández, “ha habido una gravísima quiebra de confianza mutua y de cordialidad con el PP”.

En una rueda de prensa convocada de urgencia para esta tarde a raíz de la ruptura entre el PP y Vox escenificada por la mañana en el Congreso de los Diputados, Hernández ha dicho que no da por rotas las negociaciones para el Presupuesto andaluz de 2021, pero ha advertido que a partir de ahora “serán más exigentes”.

¿Significa eso que la aprobación de las cuentas andaluzas está en el aire? Es pronto para saberlo. La respuesta correcta seguramente es un no, aunque el portavoz también ha dicho, algo enigmáticamente, que “estamos en un tiempo nuevo en el que las actitudes van a cambiar”.

Aunque Hernández no ha entrado en detalles sobre cómo será ese "tiempo nuevo", sí ha dejado sobre la mesa esta advertencia: "Todo es posible ahora, incluso que el Gobierno andaluz tenga que pactar los presupuestos con sus nuevos compañeros del cordón sanitario a Vox".

Precio al alza

La consecuencia inmediata en Andalucía de la sonora ruptura de Pablo Casado con Santiago Abascal, a quien ha dedicado palabras durísimas en lo político y en lo personal, será con toda probabilidad un significativo aumento del precio político que el PP tendrá que pagar a cambio de la estabilidad que le garantiza Vox.

Parte de ese precio se conocerá el lunes 26, fecha en la que parece que Vox reanudará sus conversaciones con el Gobierno andaluz, a cuyo consejero de Hacienda le presentará un documento con sus exigencias. La reunión prevista para este jueves fue suspendida unilateralmente por Vox después de escuchar el discurso de Casado.

Hasta ahora, la formación ultra ha sido un socio parlamentario leal, y hasta cómodo, tanto con el PP como con Cs, aunque al partido naranja los ultras tienden a despreciarlo sin disimulos. Hasta ahora, Vox ha renunciado a poner en verdaderos apuros al Gobierno de Moreno, en el sentido de que no ha exigido a cambio de sus votos costosas contrapartidas que pudieran suponer un desgaste irreparable para la imagen de moderación que intenta consolidar el presidente.

¿Qué hacer?

Cabe recordar que esta misma mañana, el portavoz andaluz decía estas palabras en una entrevista en Canal Sur TV: “Vox tiene tres alternativas para influir en la política andaluza: la primera, hablar con el PSOE y plantear una moción de censura contra el Gobierno de Juanma Moreno; la segunda, no apoyar los Presupuestos y, de ese modo, complicar la gobernabilidad y dirigirnos a un escenario de elecciones, y la tercera, que es la de un partido serio, apoyar los Presupuestos".

Son declaraciones hechas antes de conocerse la ‘moción de censura’ de Casado a Abascal, aunque ningún observador de la política andaluza considera verosímil que la formación de extrema derecha pueda promover una moción contra Moreno en alianza nada menos que con los socialistas.

Vox lo sabe y el PP también. De ahí que la opción más probable siga siendo la de apoyar unos Presupuestos que, además, son particularmente trascendentales debido a la pandemia.

Como ha recordado esta tarde Hernández, Vox tiene en Andalucía el compromiso de ser "un partido útil", y ello le deja poco margen para darle una patada al tablero donde por primera vez en 37 años los suyos van ganado la partida.