Así explica El Correo de Andalucía los mitos y falsedades que en torno al PER y a los subsidios agrarios se han creado. La mayoría tópicos erróneos cuando no malintencionados desde la derecha

No es un subsidio, es un fondo para obras municipales
Hay que distinguir entre el Programa de Fomento de Empleo Agrario (antes PER) y el subsidio por desempleo para los jornaleros. El primero existe también en Castilla-La Mancha, Murcia o Valencia. El segundo, no. El PER consiste en que el Estado destina un fondo anual (en Andalucía, 142,9 millones este año más 4,7 que aporta la Junta) para que los ayuntamientos hagan obras y contraten a jornaleros en paro. El dinero va a los consistorios, que presentan sus proyectos de obras a los directores provinciales de Empleo para que los aprueben. A priori reciben el 70% y el resto al acabar las obras y justificar los contratos hechos. Si no, deben devolver el dinero. A andaluces y extremeños esos contratos les sirven para completar las peonadas que necesitan para cobrar el subsidio.

No todos lo cobran.El subsidio depende de jornales y renta
El jornalero no tiene derecho a paro. En 1986 se creó un subsidio para los andaluces y extremeños que reúnan 35 peonadas al año y con renta inferior a 7.696,8 euros anuales. Solo pueden contar los días trabajados en obras del PER los mayores de 35 años o con cargas familiares. En Andalucía lo cobran unos 250.000 de los 470.000 jornaleros y ronda entre los 426 euros mensuales y los 569.

Control del fraude: Cobrar el paro y trabajar se sanciona
Como cualquier prestación por desempleo, no se puede compatibilizar con un trabajo (salvo los mayores de 52 años y siempre que sean contratos cortos del sector) ni con otra prestación. Es la Inspección de Trabajo quien lo controla y las sancionas van de uno a seis meses sin subsidio o la retirada definitiva del mismo. En 2010, la inspección sancionó a 1.609 andaluces de todos los sectores por trabajar cobrando el paro. El subsidio agrario se pierde si el jornalero se muda a otra comunidad o cambia de régimen.

El sistema cambia: Hoy conviven tres tipos de prestación
Hay tres tipos de subsidios para jornaleros. Unos 133.000 afiliados al régimen agrario antes de 2005 reciben, si logran 35 peonadas al año, 426 euros al mes fijos. Si trabajan más cobran lo mismo. En 2002, el decretazo del PP quitó este subsidio y creó un paro para los jornaleros de todo el país que lograran cotizar 360 días en 6 años. En el campo solo se cotiza el día trabajado. La campaña media dura un mes y el jornalero solo cotiza los 22 días laborables. Hay 4 o 5 meses sin campañas. Los sindicatos veían inviable reunir esas peonadas y convocaron una huelga general. El PP restituyó el subsidio a partir de las 35 peonadas pero con dos cambios: se cobra más cuantos más días se trabaja (hasta 569 euros) y solo se podía recibir seis veces en la vida. En 2005, el PSOE eliminó ese límite pero mantuvo la cuantía variable según los días trabajados. Así cobran los que se han incorporado al campo desde entonces, otros 130.000.

El subsidio fijo tiende a desaparecer
También se mantiene en toda España la prestación para los que logren 360 días en 6 años pero la cobran muy pocos. La integración en enero del Régimen Agrario en el General, una histórica reivindicación del sector, no cambiará el paro. Solo permitirá que el jornalero cotice, para su jubilación, todos los días que está contratado y no solo los que trabaja. Los laborables el empresario le descuenta la cuota de su nómina y el resto la paga él del sello del campo.

Más agricultores y campañas cortas
Cuando el Gobierno de González crea el PER, Andalucía y Extremadura tenían una economía basada en la agricultura, un sector sin derecho a paro y sin trabajo al menos los meses de verano. Además, en otras comunidades los fondos del PER se usan no solo para obras sino para contratos más largos en industrias del manipulado y las conservas. Más de la mitad de los 813.102 trabajadores agrarios son andaluces. El Estado siempre ha aportado fondos para el sector mayoritario de cada comunidad autónoma como las reconversiones de la automoción en Cataluña, la minería en Asturias o los astilleros del norte.