El curso escolar en Andalucía ha comenzado mucho peor de lo que terminó. Con más colegios cerrados; con más aulas cerradas; con centros educativos que se caen a trozos y no se invierte en mejorarlos; con colegios prometidos sin ejecutar; con récord de barracones; con ratios disparadas y con falta de profesores. Esta es la gestión, la pésima gestión, en materia educativa de Moreno Bonilla.
Además de las 2.600 aulas públicas que ha eliminado Moreno Bonilla desde que llegó a la Junta, este curso ha cerrado seis colegios públicos enteros: El CEIP Adolfo Castro de Cádiz, la Escuela Infantil El Vaporcito de El Puerto; los CEIP Alfonso Churruca y Dique de Rivas en Córdoba; la Escuela Infantil Adelfa en Málaga y El Nuestro Padre Jesús en Ronda.
No acaba aquí la cosa. De los seis planes de infraestructuras educativas aprobados, uno por año, no ha culminado ninguno. ¿Dónde están todos los fondos europeos extraordinarios que recibió para ello? ¿Dónde están los 491 millones más que le llegan a la consejería de educación del Gobierno de España respecto a cuando gobernaba Rajoy? ¿En qué se gasta ese dinero? Porque en mejorar la educación pública no ha sido. Moreno Bonilla no ha sido capaz ni siquiera de terminar los centros educativos que el último ejecutivo socialista de la Junta dejó planificados.
Pero lo más grave, es que la Agencia Pública Andaluza de Educación, que gestiona la realización de infraestructuras educativas, dejó sin ejecutar el año pasado el 65% de lo previsto. Dejó sin invertir 335 millones para arreglar los colegios de Andalucía. ¡Tremendo!
Sr. Moreno Bonilla deje de tomarle el pelo a los andaluces y andaluzas. Cuando usted habla de que falta financiación para Andalucía nos miente. No falta dinero, falta voluntad política y ganas de trabajar para solucionar los problemas de los andaluces. ¿Para qué pide más dinero en educación, si no invierte dos terceras partes del dinero existente para mejorar colegios?
Es vergonzosa la demagogia del PP cuando se trata de educación. Hace unos días Feijóo criticaba a Cataluña por el elevando número de barracones en los centros educativos. Se ve que no viene mucho por Andalucía, porque ésta es la comunidad de toda España con mayor número de barracones en colegios. Cuando Moreno Bonilla estaba en la oposición prometió eliminarlos todas. Nos mintió. No sólo no han desaparecido, sino que su número ha aumentado. Un ejemplo, en Málaga hay aulas prefabricadas en 41 centros, sobre todo en la Costa del Sol occidental.
La situación en muchos centros escolares andaluces deja mucho que desear. El sindicato USTEA denuncia que, aunque el plazo para retirar el amianto de los centros educativos acabó en diciembre de 2022, todavía hay colegios que contienen este material, con el riesgo que esto representa para la salud.
En cuanto a la Ley de Bioclimatización aprobada en 2020, solo el 10% de las medidas de bioclimatización se han implementado, con lo que en la inmensa mayoría de los centros educativos andaluces profesores y alumnos andaluces siguen sin beneficiarse de las medidas prometidas para adaptar las aulas a temperaturas más adecuadas.
Moreno Bonilla promete, pero no hace nada. Veamos algunos ejemplos del desastre de su gestión. En Sevilla, hay menores que no pueden asistir a clase en el IES Carlos de Haya porque siguen sin el ascensor que el presidente de la Junta siempre anuncia, pero nunca cumple. El IES El Carmen en Cazalla de la Sierra arranca este curso con graves carencias sin solucionar. En Huelva el deterioro de algunos centros es lamentable, como el colegio Santo Cristo del Mar de Punta Umbría o el IES Muriel de Lepe.
En Almería las aulas prefabricadas han pasado de 100 a más de 130 en el último curso. En Córdoba, hay centros muy deteriorados, como el CEIP Joaquín Tena en la barriada de Alcolea. La ampliación del IES Cala de Mijas en Málaga sigue paralizada y en Cádiz continúan las movilizaciones por los problemas en el colegio Albarracín en El Bosque. En Jaén la AMPAS protestan por el abandono de colegios como el Llano de la Viña en Villagordo y el IES Alfonso XI en Alcalá la Real. En Granada, el derrumbe de un muro en el CEIP Sierra Nevada el pasado curso, que causó heridas a varios alumnos, sigue siendo motivo de preocupación.
Y luego está la falta de profesores. Las ratios este nuevo curso son elevadísimas. De hecho, el curso escolar se ha iniciado con la falta de más de 3.000 profesores. Algo que ha reconocido la propia consejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía. Hay cientos de centros educativos en Andalucía donde faltan docentes.
En el instituto Pintor José Hernández de Villanueva del Rosario (Málaga) las madres han pedido bajar la ratio ya que sus hijos están hacinados, sin embargo, Moreno Bonilla en lugar de desdoblar una clase, ha aumentado el horario lectivo de los docentes del centro. En el Instituto de Campillos (Málaga) los alumnos han iniciado un paro para reclamar más profesores ante la masificación.
El CSIF en Cádiz ha hecho un estudio-sondeo en este inicio de curso escolar. En dicha encuesta realizada entre el profesorado se destaca que el 80% de los encuestados afirman que sus centros (Educación Primaria) ha arrancado sin la plantilla al completo. Además, en el 60% de sus centros hay algún grupo que supera la ratio.
Una vez más se inicia un curso escolar con las necesidades educativas especiales sin atender. Con una oferta de plazas insuficiente que provoca, que las y los profesionales de la atención a la diversidad sean compartidos en varios centros educativos, sin protocolo de alergias alimentarias, sin cumplir el compromiso de dotar a los centros educativos de enfermeras escolares, sin saber si se va a implantar o no el programa de bienestar emocional y con un recorte de 210 orientadores.
Y termino. La política de Moreno Bonilla es recortar la educación pública y destinar una lluvia de millones a la concertada. Ha cerrado 2.600 aulas públicas, mientras la red de concertada no solo no se reduce, sino que se incrementa un 5%. Mientras algunos colegios públicos se caen a trozos por falta de inversiones, se aumenta un 22% la financiación para la educación concertada, que supera por primera vez los 1.000 millones de euros. No es un problema de recursos, es un problema de prioridades.
