La escena era premonitoria: en un acto de campaña a 6 días de las elecciones, el equipo de gobierno de Sevilla capital mantenía gesto sombrío. Venían de visitar el popular barrio de Pino Montano; allí, una vecina que tiene a sus dos hijos en paro y que frecuentaba el comedor social del Ayuntamiento espetó al ex ya alcalde socialista: “¡No hay derecho a que los de Bildu se nos metan en el Ayuntamiento!”

“¿Eso es lo que le preocupa a esa mujer?”, se preguntaba uno de los concejales socialista. El relato trumpista ha calado hasta en Sevilla, una ciudad con problemas de sobra como para contar con una agenda propia y exclusiva, sobre todo si hablamos de focos de pobreza y desigualdad: Sevilla tiene a Polígono Sur, Los Pajaritos y Amate, que pasan por ser los barrios más empobrecidos de España desde hace años… pero incluso allí se ha hablado de Bildu esta campaña.

En la comunidad más poblada de España, los populares se han hecho con todas las capitales y principales ciudades, solo Jaén capital podría mantenerse en manos de los socialistas, previo acuerdo con Jaén Merece Más. La lectura es unánime, la ola azul del PP ha sido azuzada por el efecto Moreno, por el rechazo a Pedro Sánchez y por la consolidación del Vox a la par que la izquierda se diluía en divisiones intestinas.

La campaña andaluza empezó hablando de sequía y cambio climático por Doñana y terminó salpicada de escándalos y corruptelas, que incluían desde presuntas compras de votos hasta colaboraciones en secuestros que salpican al PSOE. A la espera de qué dictamine la Justicia.

El negacionismo climático no es una apuesta segura

El ‘Moderado’ Moreno Bonilla se vio más acosado que nunca en esta legislatura cuando tocó defender su Proposición de Ley para legalizar hectáreas de regadíos ilegales en la corona Norte de Doñana. El PP diseñó una estrategia en la que defendían a los campesinos locales frente a Pedro Sánchez. Sin embargo, en ese movimiento que emprendieron formalmente PP y Vox, pero que la Junta de Andalucía acabó haciendo suyo, Moreno se enfrentó a parte de los agricultores legales, a la comunidad científica, ambientalistas e incluso a la Comisión Europea y la UNESCO.

La Proposición de Ley era un arma demasiado volátil e inestable para seguir manejándola, a semanas de las elecciones, así que los populares la dejaron en standby. Los resultados no son tan contundentes como esperaban los populares en los Ayuntamientos, pero sí en el cómputo general provincial. El PP gobernará por primera vez la Diputación de Huelva y lo hará con mayoría absoluta. En cualquier caso, enfocando el vuelco electoral a la cornoa norte de Doñana, la promesa de agua a los campesinos en plena sequía, ignorando la legalidad, no ha dado unos resultados evidentes.

Hay cinco municipios afectados por la legalización de hectáreas. En Almonte la alcaldía recae en la agrupación Ilusiona, con un exalcalde socialista. El PP no ha evolucionado. Sí lo ha hecho, en cambio, en Lucena y, sobre todo, en Rociana del Condado, donde arrebata las alcaldías al PSOE, sumando 10 concejalías respecto a 2019.  Los socialistas mantienen los consistorios de Moguer y Bonares, aunque en ambos los populares crecen en comparación con las anteriores municipales.

Llama la atención el caso de Trebujena. La localidad gaditana, que orilla con el Parque Natural de Doñana ha protagonizado otro escándalo con el proyecto de una macrourbanización de lujo que los populares metieron en la campaña. En este caso, la jugada no les reportó beneficios, ya que el reparto de poder en Trebujena se mantiene intacto, con liderazgo de Izquierda Unida respaldado por concejales socialistas exclusivamente.

La falta de un rédito evidente por parte del negacionismo climático que puso a Doñana en el ojo del huracán evidencia como el apoyo unánime de los agricultores de la zona que los populares esgrimían no era tal. No existe unanimidad y no hay un solo gobierno que haya obtenido la mayoría simple, pues hay diversos tipos de explotaciones agrarias y de perfiles, y sobre todo, de agricultores que durante décadas se han mantenido en la legalidad.  

Aguas demasiado turbias como para buena pesca

Otros escándalos como los de Mojácar (Almería) o Maracena (Granada) no han alterado los resultados, pero han servido para enturbiar una campaña que se ha alejado mucho del tono moderado que proponía Moreno Bonilla.

En el levante almeriense la UCO de la Guardia Civil anunció la implicación de diez vecinos por presunta compra de votos, dos de los cuales pertenecían a la lista del PSOE. La noticia no ha alterado en nada la correlación de poder en la localidad de cerca de 7.500 habitantes, tras 16 años en el poder, el PP revalidad la alcaldía.

Tampoco hay beneficios para el PP respecto a la investigación que el juzgado de Instrucción número 5 de Granada hizo pública a tres días de las elecciones. El caso salpica al secretario de Organización del PSOE–A, Noel López, por el secuestro de una concejala socialista que amenazaba con desvelar presuntas ilegalidades en materia de urbanismo en el municipio granadino. La rocambolesca historia no ha sacado al PSOE del Ayuntamiento, con un concejal más que el PP.

De Adelante Andalucía a una ensalada que no llega ni a entrante

En las últimas elecciones municipales de 2019 las confluencias entre Adelante, Podemos, IU Andalucía y Primavera Andaluza consiguieron un peso relativo de 529 concejales en la comunidad más poblada de España.

Sin embargo, la imposibilidad de ofrecer una propuesta conjunta que unificara a Adelante, Podemos, IU y Más País Andalucía ha restado peso al bloque de izquierda, diluido frente a la consolidación de Vox que, de media, crece en la misma proporción que desapareció Ciudadanos.

El espacio a la izquierda del PSOE se queda en sombra de lo pudo ser, si comparamos con los resultados de 2019 en las grandes ciudades: pierde un escaño en Málaga, Córdoba o Jerez de la Frontera, dos en Sevilla o Algeciras –donde desaparece del consistorio– y hasta tres en Huelva y en Granada.

El batacazo es histórico en Cádiz: AI (Adelante Izquierda Gaditana) convivía con otras candidaturas de izquierdas como Ahora Cádiz, Podemos, UA o Justicia Social entre las que aglutinaron más de 6 mil votos que, sin embargo, reportan cero concejalías al espacio a la izquierda del PSOE. Así, con siete concejales menos, la izquierda pierde el gobierno de la tacita de plata.

Especialmente significativo es el caso de Granada, donde en 2019 Adelante Andalucía contó con 3 concejales. En esta ocasión, la izquierda concurría en tres propuestas diferentes que no alcanzaron acuerdo. Así, obtuvieron cerca de 10 mil papeletas que, sin embargo, se traducen en la desaparición de estas propuestas del salón de Plenos nazarí. Vox, con casi mil votos menos tendrá en cambio 2 concejales en Granada.