Cielo encapotado y aguaceros repentinos han asolado la jornada electoral en Andalucía. La comunidad más poblada de España no celebraba autonómicas, solo municipales en cerca de 800 municipios. A lo largo de una jornada nublada, el azulado del cielo se trasladó al mapa político. Moreno Bonilla continúa haciendo suya Andalucía (38%), con 5 puntos porcentuales de votos más que los socialistas (33%).

Las grandes ciudades estarán gobernadas por el PP con dos nuevas alcaldesas, candidatos heredados de la era de Pablo Casado y apuestas personales de Moreno Bonilla. El PP ha sabido atraer el voto huérfano de Ciudadanos y aprovechó la división del espacio a la izquierda del PSOE. El Ayuntamiento de Sevilla es la victoria más emblemática de los populares, tras dos legislaturas del PSOE.

Así, el PSOE pierde el que era su Ayuntamiento más importante,  con dos concejales menos que los populares (14). Málaga (con 17 concejales en azul) se reconfirma como un bastión del morenismo, donde Paco de la Torre vuelve a arrasar. Sucede igual en Córdoba (15), donde José María Bellido revalida la alcaldía y en Almería (15), donde María del Mar Vázquez se convierte en la primera alcaldesa de la ciudad .

Granada cae del lado popular, con Marifrán Carazo (15), la apuesta del presidente de la Junta de la Andalucía para sacar al socialista Francisco Cuenca de la alcaldía nazarí. Los socialistas no tienen concejales a su izquierda en los que apoyarse, lo que ha sido uno de los ingredientes de la derrota de la izquierda en Andalucía.

Resultados igualmente favorables, aunque más ajustados, para los de Moreno Bonilla en Huelva (13 concejales ante 11 por los socialistas) y en Jaén, donde las fuerzas se equiparan entre PSOE (11) y PP (11), que podrá apoyarse en Vox (2) o negociar una hoja de ruta con Jaén Merece Más (3).

Cádiz fue la capital andaluza más reñida y que alargó el recuento de votos hasta cera de la media noche. Sin embargo,  Bruno García del PP,  resiste a la marea azul con la conjunción de PSOE y Adelante Izquierda Gaditana (AI).   

La penetración del PP llega a municipios de más de 100 mil habitantes. Algeciras, (16),  Torremolinos, Linares, Roquetas de Mar, Palos de la Frontera, o Lucena (donde a modos de anécdota, sobreviven dos concejales de Ciudadanos). Solo en Dos Hermanas y en Armilla ha sobrevivido el PSOE al aluvión azul.

Respecto a las diputaciones, la debacle ha sido más atenuada respecto a las Diputaciones provinciales, donde el socialismo mantiene mayoría en Sevilla y Jaén y parece que los pactos permitirán mantener el control de las de Huelva y Cádiz. En cómputo general, el PP (1,48 millones de votos) le saca cerca de 200 mil votos a los socialistas (1,29 m).

Moreno Bonilla, en la sede del PP en Sevilla decía que llegarán “mucho más lejos y a más velocidad gracias a la alianza con los nuevos alcaldes y alcaldesas”, apuntando que se ha dado el “paso de gigante” para que Feijóo sea el próximo presidente de España.

Por su parte, el socialista Juan Espadas esquivaba la autocrítica y enfatizaba que el 46% de los municipios de los municipios andaluces serán de su partido, y enfatizó que el PP “va a necesitar a Vox en 205 municipios de Andalucía”.

El batacazo ya se veía venir para los socialistas con los sondeos a pie de urna de GAD3 para RTVE y las televisiones autonómicas que apuntaban a que las principales plazas, menos Cádiz, iban a manos del PP. El PSOE y las agrupaciones a su izquierda se aferraban a la participación, cuyo aumento es tradicionalmente una mala noticia para los populares. La comunidad más poblada de España, con 6,5 millones de votantes, subía su participación hasta tres puntos, respecto a 2019.

Aun así, quedaba por confirmar que el empuje de la marea azul que lidera Moreno Bonilla y que hace menos de un año obtuvo mayoría absoluta en las última autonómicas, atrajera a todo el voto que había dejado en el aire la descomposición de Ciudadanos. En 2019, los naranjas fueron la tercera fuerza con cerca de un 8% de votos y 447 concejales. De hecho, las estimaciones previas en Andalucía dejaban en el aire un 20% de voto indeciso que era crucial.

La victoria del PP no es solo la de sus alcaldes sino, sobre todo, la de Moreno Bonilla, protagonista y mascarón de proa de toda la campaña de los populares. El ‘efecto Moreno’ se encumbra con el bastón de mando de la Plaza Nueva de Sevilla. En la capital de Andalucía el alcalde será José Luis Sanz, un desconocido para gran parte de la ciudadanía, pero que hurta al PSOE el que era su principal Ayuntamiento. El golpe es doble, porque deja debilitado al secretario general del PSOE–A, Juan Espadas, quien lleva dos elecciones asumiendo dolorosas derrotas.

Por último, la conclusión que puede extraer una izquierda derrotada es que su división debilita. El espacio a la izquierda del PSOE concurría hasta en tres opciones en Granada capital y otras grandes ciudades como Jerez de la Frontera y Algeciras, donde el PP ha arrasado.

La victoria de los populares de este 28M se produce al compás de las sevillanas que emanan desde El Rocío y con algunos incidentes de distinto corte. En Adra (Almería) dos apoderados del PSOE fueron atropellados a las puertas del colegio electoral por un conductor que pilotaba un patinete decorado con fotos de Franco. Salvando las diferencias que impone la democracia, el PSOE ha sido arroyado bajo el tsunami de Moreno Bonilla.