La autonomía fiscal andaluza no se toca. Cuidado con “maniobrar” contra ella desde el Gobierno de España porque en ese caso tendrá que vérselas en los tribunales con el Ejecutivo que preside Juan Manuel Moreno.

Es la advertencia que ha hecho hoy el presidente de la Junta en declaraciones a la Cadena Cope, recogidas por Europa Press: "Si el Gobierno de España hace cualquier maniobra para restar autonomía en el ámbito de nuestras competencias y que nosotros no podamos bajar los impuestos o nos quieran obligar a subirlos, tendrá una contundente respuesta judicial".

Moreno cree que cuando el Ejecutivo socialista “habla de recentralizar o de armonizar los impuestos, siempre es para subirlos, nunca para bajarlos”. En realidad, el debate sobre la armonización fiscal no es nuevo ni ha nacido a raíz de la bonificación al cien por cien por Andalucía del Impuesto sobre el Patrimonio, que eliminó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2008 aunque lo instauró nuevo en 2011. Si sigue vigente es porque el Gobierno de Mariano Rajoy lo mantuvo.

La reacción de Moreno a los reproches del Gobierno, de los partidos de izquierdas y de muchos economistas a la supresión de un impuesto que solo pagan los ricos tiene mucho de sobreactuación. Baste recordar que el comité de expertos que elaboraron durante casi un año el llamado Libro Blanco de la Reforma Fiscal proponía justamente esa armonización fiscal que defiende el Ejecutivo y que evitaría la competencia fiscal entre CCAA.

En su informe de recomendaciones proponían fijar un mínimo para los impuestos de Patrimonio, Sucesiones y Donaciones: “El Gobierno debe estudiar el establecimiento de límites mínimos de gravamen efectivo para estos impuestos”, explicaba en su día en rueda de prensa el presidente del comité, Jesús Ruiz-Huerta.

Moreno también ha dicho estar sorprendido la reacción del Gobierno de Cataluña tras haber invitado a los empresarios catalanes a fijar su residencia fiscal en Andalucía porque aquí se pagan menos impuestos. La Generalitat ha convertido Cataluña en "un infierno fiscal y ahora le molesta que desde Andalucía hagamos una invitación" a ciudadanos de esa comunidad para que fijen su domicilio fiscal en una "tierra hermana" y con vínculos históricos, culturales y sociales. "No tiene ningún sentido que se pongan de esa manera cuando planteamos una invitación amable".