El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el portavoz de Vox, Alejandro Hernández, parecían estar compitiendo hoy en el Parlamento de Andalucía a ver cuál de los dos proclamaba con mayor énfasis las bondades de la caza.

En el trascurso de la sesión de control el presidente andaluz reiteró el compromiso franco de su Gobierno con el mundo cinegético y recordó el protocolo firmado con la Federación Andaluza de Caza solo cuatro meses después de tomar posesión.

Moreno dijo que el cumplimiento de los compromisos con los cazadores estaba desarrollándose a buen ritmo. “Estamos trabajando para declarar la montería y la rehala como Bien de Interés Cultural en Andalucía”, informó a la Cámara después de hacer un somero repaso a los beneficios económicos, ecológicos y forestales derivados de la actividad cinegética.

Por su parte, el portavoz de la ultraderecha andaluza se quejó de que en el congreso celebrado en Doñana con motivo del 50 aniversario de su declaración como Parque Nacional los cazadores no hubieran estado suficientemente representados, al contrario, lamentó Hernández, que “multinacionales apocalípticas y globalistas como WWF”, mimadas por la organización en opinión de Vox.

Luz ver al expediente

Fue en junio pasado cuando la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico inició el procedimiento de incoación para la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural (BIC), de las rehalas y de la montería.

Las monterías, explicaba entonces la Junta, son “aquellas actividades cinegéticas practicadas por las sociedades deportivas cuyos integrantes cazan regularmente en su propio coto de caza mayor, desarrollando una actividad promovida sin fines de lucro por un colectivo integrado en una asociación de carácter voluntario, formalmente constituida y registrada”.

Por su parte,  añadía, “la rehala se define como la jauría o agrupación de perros de caza mayor, cuyo número oscila entre 14 y 24, pero en su definición es clave la relación que se establece entre el rehalero y sus perros para la eficacia y el sentido de la actividad que desempeñan durante las monterías. No es posible la montería sin la rehala, ya que su función es determinante en el resultado final. tanto es así que sin la acción de los perros, las presas continuarían encamadas y no se podrían dar los lances”.

El expediente de incoación -que se publicó en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) del viernes 28 de junio- destacaba que tanto la montería como las rehalas son “actividades de interés etnológico con incidencia social, cultural, económica y medioambiental en la mayor parte del espacio geográfico de Andalucía, sobre todo en el ámbito rural”.