El camarero fascista.- Estamos muy en el centro (diríase supercentro) pero el bareto es cutre aunque se ubique en el dédalo de callejuelas que inspiran a los pregoneros bajopalios y azahares. Veo que mi altocargo orienta oreja a su izquierda (¿cómo si no?) y que de pronto se levanta y de pronto quiere pagar y salir corriendo. Mi mirada perpleja obtiene premio: hay un camarero pregonando odio contra los emigrantes. Roban carteras y no quieren trabajar, grita para que se oiga la bilis: ¿hacen falta más encuestas?

La peor noche de Redondo, Iván .- Así que durante semanas nos preguntábamos, es decir, si este tío (Sánchez) se tira de cabeza es porque hay agua (léase votos) y sus prescriptores masajean su ambición para que vaya a por ellos. Su nombre se pronunciaba con cierta devoción, la de esa gente que sabe más allá y nosotros los humanos nos consolábamos las angustias y los regomeyos, coño, si se lo habrá dicho Iván. Pues toma Iván. Aquello de Los Secretos (Urquijo): pero como explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de los escenarios. Hablando de vulgaridad: ¿es necesario que siga Tezanos vulgarizándonos?

Ay, Rivera.- Ni siquiera Savater, con todo su talento de anciano cabreado podría salvar del espanto que fabrica (no encuentro sustantivos más amables) este muchacho Rivera. Parecía un líder pero nos salió un vendedor de feria. De los malos. Resucitó a Casado, que se había muerto en abril a cambio de nada.  Así que en vez de dimitir convoca a la dirección del partido para que decida si la parte contratante de su responsabilidad es susceptible de ser responsable de su estupidez política. Miraba en la tele a Inés (dolorosa) y los surcos de las lágrimas arrasaban el maquillaje. Si será el mushasho que quiere enterrarse con el personal dentro.

Pedrojota it’s back.- Íbamos a ver el resultado en la uno y de pronto aparece Pedrojota y además con pelo. Lo cual que nos hemos equivocado de canal por lo menos veinte años. Pero no hay tal. Uno que sabe nos dice por wassap que está en plano porque es  aliado de uno de los asesores (¿otra vez Iván?) de Pedrosánchez y eso justifica su fantasmal presencia entre nosotros. Sabíamos que el tiempo se estaba dando la vuelta… Pero no era necesario tanto horror invertido.

Fijos discontinuos.- Dados los resultados, la parte proporcional del fracaso de Iglesias&Montero podrá exigir a Sánchez con la calculadora en la mano un cuarto de hora de dirección general de TVE, tres ministerios a media jornada y cinco subsecretarios que se den ellos mismos de alta como autónomos.Y si no, que se jodan los putos socialdemócratas de los huevos y Abascal entre a caballo en el Congreso. Por cierto, ya se sabe el precio verdadero del chalé: siete diputados.

Tomad y comed.- Tal vez la noche del 23 de febrero de Tejero, entre lágrimas. Tal vez la odiosa mañana de la matanza de Atocha, vomitando contra el terror. La banalización del mal tiene sus consecuencias. Pocos sobreviven para contarlo. La irresistible ascensión del ultraísmo fascista de Vox es seguramente la peor tercera noticia de mi vida como periodista o como persona o como ciudadana o como mujer o como madre o como andaluza o como hija de emigrante (¿nostalgia de los señoritos, de los tablaos, de los cortijos, de volver a vivir de rodillas?). A mí me van a encontrar mirándolos de frente: tomad y comed. Así que, buscando el nombre de las cosas entre mis papeles di a parar con un visionario texto de Orson Welles escrito para noches tan desagradables como esta: ¨La gente inventa a sus opresores y desea que la liberen de la libertad”.