Se titula ‘Así que pasen cinco años’ y es una de las obras no más fáciles pero sí más emblemáticas de García Lorca, dentro de lo que la crítica dio en denominar ‘teatro imposible’. Pues bien, ‘Así que pasen 14 años’ podría ser el imposible título de la historia del Centro Lorca, ideado en 2004 y abierto en 2015 pero que no cumplirá hasta 2018 el propósito para el fue creado: albergar el legado del poeta. La fecha y el acuerdo fueron solemnemente anunciados ayer en Granada.

Año 2004: se cierra entre las instituciones y la familia del poeta el acuerdo para crear un centro específico en Granada para acoger trasladar los valiosos fondos de la Fundación García Lorca, con sede en Madrid. Año 2017: se anuncia oficialmente que los fondos llegarán a Granada antes del verano de 2018.

Como antesala de la llegada de los fondos, antes del 28 de febrero se abrirá la exposición 'Una habitación propia' en el Centro Lorca.

El edificio

El Centro Lorca, que abrió sus puertas el 29 de julio de 2015, está ubicado en la Plaza de la Romanilla, tiene una superficie total de 4.700 metros cuadrados y su coste ronda los 23 millones de euros.

El edificio cuenta con un archivo acorazado, que se aloja suspendido en el espacio de la biblioteca y custodiará los casi 5.000 manuscritos del poeta, 3.000 de otros autores, 50 dibujos de pintores como Dalí o Ismael de la Serna, archivo fotográfico, documentos de prensa, biblioteca... que, esta vez parece que sí, pronto estarán en casa.

Diferencias político-familiares

Habrán pasado, pues, 14 largos años entre el acuerdo inicial y su materialización definitiva. No parece tener suerte Granada a la hora de dar acomodo a algunas de sus grandes iconos artísticos, como el poeta Lorca o el pintor José Guerrero, cuyo centro ha sufrido igualmente largos retrasos y penosas vicisitudes por las discrepancias entre las administraciones púbicas y entre, por una parte, y todas ellas con la familia del artista, por otra.

Las diferencias político-familiares también han marcado la creación, construcción, apertura y dotación del Centro García Lorca. Con el anuncio de ayer, el buque insignia que acogerá el legado lorquiano dobla por fin su particular cabo de Hornos y enfila por fin hacia el destino para el que estuvo llamado desde hace casi tres lustros.

El traslado

La noticia la comunicaba ayer el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Miguel Ángel Vázquez, tras el acuerdo de las instituciones integradas en el Consejo Rector del Consorcio del Centro Lorca y la fundación con el nombre del poeta que custodia el legado de Federico, guardado actualmente en la Residencia de Estudiantes de Madrid, para que los fondos sean trasladados a Granada antes del próximo 30 de junio, abriéndose un periodo máximo de tres años para la constitución de una fundación pública que asumirá su titularidad.

Auditoría y desfase

El traslado obtenía al fin luz verde tras liquidar el Consejo Rector la encomienda de gestión otorgada a la Fundación Federico García Lorca para la construcción del centro cultural, situado en el centro de la capital granadina. Una auditoría ha certificado un "desfase" de aproximadamente un millón de euros que asumirá la futura fundación de próxima creación, quedando el legado como "dación en pago".

Según los datos aportados por el consejero de Cultura, la Fundación Federico García Lorca, en la que están representados los herederos del poeta, ha aportado facturas por un importe de 23,1 millones de euros, mientras que el montante de los fondos allegados por las instituciones públicas para crear el centro fue de 21,3 millones.

Cosas difamatorias

Además de autoridades de todas las administraciones del consorcio –Ministerio de Cultura, Junta, Diputación y Ayuntamiento de la capital–, en la rueda de prensa también estuvo presente la sobrina del poeta.  Laura García Lorca se mordió la lengua, pero no del todo.

Recordó que había sido un proceso “muy largo y a veces muy doloroso” durante el cual se habían dicho “muchas cosas, algunas incluso difamatorias sobre las intenciones de la familia". Aun así, pelillos a la mar: Laura se mostró muy “emocionada y contenta” porque al fin se cumpliera el deseo largamente acariciado por la familia del poeta.

Como el legado de Juan Ramón

Para que nadie perdiera de vista el alcance cultural del legado, el secretario de la Fundación Lorca, José Guirao, sentenció que se trata del "mejor del legado de un escritor español que existe en España,  comparable con el de Juan Ramón Jiménez, pero está en Puerto Rico".

No ocultó Guirao que, en efecto y pese al acuerdo final, la fundación sigue sin estar de acuerdo en que no se considere imputable al proyecto de construcción y puesta en marcha del Centro Lorca un millón aproximado de euros. También aludió al proceso judicial abierto contra su antecesor en el cargo por "no justificar bien las cosas o  por robar" y recordó que en el pasado hubo personas que quisieron utilizar el centro como una "puerta giratoria".

En cuanto a la deuda pendiente con empresas que participaron en la construcción, las administraciones se harán cargo de ella proporcionalmente a la parte que cada una en el consorcio.

Un sueño difícil

Todavía en enero de 2012, la sobrina del afirmaba con desaliento: “Nunca pensamos que fuera un sueño tan difícil de alcanzar”. Poco podía imaginar Laura García Lorca que todavía habrían de pasar seis años más hasta cumplirse el sueño compartido de que Granaba albergara la memoria gráfica y escrita del poeta asesinado por los fascistas en el verano de 1936.

La tardanza contrasta con el que siempre fue el deseo de la familia, que ya en 1986 ofreció que los fondos estuvieran en Granada. No obstante, el proyecto para construir el centro no tomaría cuerpo hasta 2004, merced a un acuerdo entre el Ministerio de Cultura, la Junta, la Diputación, el Ayuntamiento de Granada y la Fundación Lorca.

El acuerdo se firmó solemnemente en un lugar tan significativo como la Huerta de San Vicente, la residencia de verano en la que el poeta escribió gran parte de su obra.

Problemas, problemas, problemas

Tras la firma de aquel acuerdo pronto empezaron los obstáculos: desde la problemática expropiación de una churrería contigua a la parcela en la que se levanta el edificio hasta problemas con las excavaciones arqueológicas, falta de acuerdo de las instituciones, enfrentamientos entre sus representantes, trabas burocráticas, recelos de la familia, sobrecoste de la obra, dificultades de financiación...

La construcción del edificio, que ya había empezado con retraso, fue acumulando demoras y más demoras. Una consecuencia de ellas fue la pérdida de parte de la subvención de 14 millones de fondos europeos, que no se pudieron consumir en el periodo establecido. Otra consecuencia fue que se disparó el presupuesto: de 18 millones a 22,5.

La apertura del centro prevista en principio para finales de 2009 se aplazó a junio de 2010, pero tampoco entonces pudo ser. De hecho, el centro no abriría sus puertas hasta ¡el 29 de junio de 2015!