El jueves 3 de noviembre tuve la oportunidad de intervenir en las I Jornadas comarcales de industria y desarrollo sostenible que organizaba UGT en Algeciras. El tema central de ellas, la industrialización de Andalucía, es uno de las grandes reivindicaciones de nuestro Sindicato y no podíamos faltar a la cita.

Desde antes incluso de que, allá por mediados de 2007, estallara la burbuja financiera dando así origen a esta “maldita” crisis de la que no conseguimos terminar de salir, UGT Andalucía ya exigía la necesidad de llevar a cabo un profundo cambio en el modelo productivo andaluz.

A pesar de lo continuado de aquel periodo de bonanza económica (14 años con tasas de crecimiento superiores a las de las regiones más desarrolladas de la UE), nuestro Sindicato no se cansaba de alertar sobre la debilidad de las actividades económicas que estaban sustentando dichas cifras. La experiencia ha demostrado que ese crecimiento a base de actividades económicas con poco o nulo valor añadido, no ha hecho más que acentuar, y en qué medida, los efectos negativos que esta crisis ha tenido y está teniendo sobre Andalucía.

Aquellas exigencias sindicales por las que abogábamos hace ya diez años, desgraciadamente, siguen tan vigentes como entonces. Una década después, nada se ha hecho por favorecer la que debe ser la gran apuesta de Andalucía: un desarrollo industrial moderno, basado en la innovación, en la excelencia empresarial y en el empleo de calidad.

Mucho sabe de ello Algeciras y el Campo de Gibraltar. A diferencia de lo ocurrido en la mayor parte de nuestra Comunidad Autónoma, esta comarca siempre ha tenido claro la importancia que, para la sostenibilidad futura de su economía, tiene el sector secundario.  A pesar de ello, las características sociales de sus municipios (más de 200.000 habitantes), unido a la situación geográfica y a cuestiones geopolíticas que afectan, en gran medida, al día a día del Campo de Gibraltar, ponen de manifiesto la urgente necesidad de profundizar en el crecimiento sostenible de la industria gibraltareña para, de una vez por todas, lograr que sus municipios dejen de estar a la cabeza en lo que a las tasas de paro más altas de Europa se refiere (30%).

La apuesta por esta industria tiene que ser una cuestión de todos. Aunque el Gobierno y la Junta de Andalucía, son los grandes responsables de que la misma llegue a buen puerto, el resto de agentes sociales y económicos interesados no podemos eludir nuestras responsabilidades.

El desarrollo industrial de esta tierra tiene que ser lo suficientemente fuerte como para ser capaz de hacer frente a los nuevos retos a los que tiene que enfrentarse a corto y medio plazo. Por ejemplo, con un proceso de diversificación para, sin dejar de apostar por actividades tan tradicionales como la petroquímica o el refino, lograr instalar en toda la zona del Campo de Gibraltar nuevas actividades industriales que afiancen el sector. Hace falta un desarrollo de sus infraestructuras acorde a la importancia que el sector tiene para el conjunto de la economía andaluza. Ni que decir tiene el papel relevante que el Puerto de Algeciras tiene que jugar en el mismo.

Otro reto es avanzar en términos de sostenibilidad ambiental, las exigencias en esta materia cada vez son mayores y el cumplimiento estricto de todas y cada una de ellas tiene que hacer que sirvamos de ejemplo para el resto de polos industriales andaluces.

Nuestra exigencia, por tanto, es clara: Necesitamos un Plan Específico de Empleo Industrial para Andalucía, basado en el fortalecimiento de la negociación colectiva, en la mejora de las condiciones laborales, donde se tenga en cuenta las particularidades del Campo de Gibraltar y que propicie un importante incremento de las retribuciones salariales de los trabajadores, capaz de hacer mejorar el poder adquisitivo y las condiciones generales de vida del conjunto de la ciudadanía de la comarca, y por extensión de toda Andalucía.