Guerra de no solo de cifras, sino también de discursos. La huelga educativa de ayer en Andalucía, convocada por todos los sindicatos del sector, dejó a la opinión públicas dos cifras incompatibles: la Junta sostiene que el seguimiento de la huelga apenas fue del 15 por ciento, mientras que los convocantes lo elevaban al 60 por ciento entre los docentes de Primaria y al 80 entre los de Secundaria.

Para el consejero Javier Imbroda se trataba, como viene repitiendo desde hace días, de una “huelga ideológica que nada tiene que ver con la educación”, ya que fue simplemente la excusa que la izquierda estaba buscando para atacar al Gobierno de PP y Ciudadanos.

En el mismo sentido, el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, publicaba en Twitter un vídeo con las bondades de la política educativa de la Junta acompañado de este comentario: “Apostamos por la educación pública y por la libertad. ¡Que no ten engañen!”.

"Andaluz, no te dejes engañar"

Este último ‘que no ten engañen’ recordaba al tristemente célebre ‘andaluz, este no es tu referéndum’ con que la derecha intentó boicotear la consulta popular de 1980 de la que acaban de cumplirse 40 años y que el propio Gobierno autonómico ha celebrado por todo lo alto. El eslogan aireado entonces por las derechas fue este: “Andaluz, no te dejes engañar, ¡ese no es tu referéndum!”.

Sea como fuere, el eslabón más frágil de la argumentación de la Junta es que la huelga supuestamente ideológica –se entiende que ideológica de izquierdas– también estuvo apoyada por los sindicatos de corte profesional o corporativo ANPE y CSIF, que no son precisamente de los denominados de clase ni están alineados ideológicamente en la izquierda.

Miles de manifestantes

En todo caso, miles de padres y profesores de manifestaron ayer en las distintas capitales andaluzas para manifestar su rechazo al decreto de escolarización que favorece a los centros concertados. En las concentraciones pudieron escucharse gritos contra el consejero y verse carteles con leyendas como ‘Se vende la educación’.

Para USTEA, uno de los sindicatos convocantes, la norma de Imbroda “supone proteger y ampliar con más dinero público a los que hacen negocio con la educación” y además “queda demostrado que no nace del consenso, si acaso del consenso con la privada-concertada, por lo que exigimos a Imbroda, nuevamente, que la retire e inicie un proceso de negociación real para afrontar las medidas urgentes que realmente necesita la escuela andaluza".

Según los sindicatos convocantes,  esta nueva norma promueve "la discriminación positiva para los centros privados-concertados al establecer la máxima puntuación por proximidad en un centro de cada tipo, y abrirá, más aún, la puerta para la supresión de unidades públicas", agravando así “la problemática del cierre de aulas, especialmente grave en los últimos años".

La novedad

La principal novedad del decreto Imbroda es que en todas las zonas o distritos de escolarización se incluirá un centro concertado aunque se ubique fuera de las mismas, de modo que las familias que vivan lejos tengan la misma puntuación que la que tienen ahora quienes viven en la zona.

Ayer en el Parlamento, el consejero se mostró abierto al diálogo, aunque no ahorró agrios reproches a los convocantes del paro, a los que implícitamente acusó “engañar” a padres y profesores.