El Parque Natural Los Alcornocales (Cádiz) contiene la mayor concentración de hectáreas productivas de corcho de España. Tradicionalmente la saca del corcho inicia en junio. Sin embargo, este año la sequía y una plaga que asola la región –la de lagarta peluda– están alterando las dinámicas de un sector que, hasta ahora, se regulaba al compás de la naturaleza.

El gobierno de Moreno Bonilla acata las solicitudes de entidades agrarias como ASAJA o COAG para adelantar la extracción del corcho por la sequía y la plaga, pero es una medida que dista de tener consenso. Los corcheros y arrieros, los campesinos que están en contacto directo con el alcornocal, alertan de que se antepone el negocio a la pervivencia de los árboles. Los alcornoques pueden desaparecer tras más de 400 años de coexistencia con el hombre en Andalucía .

Movimientos ambientalistas como Ecologistas en Acción alertan de que la medida de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul supone un “suicidio” para el alcornocal; pero el consejero y portavoz de la Junta, el popular Ramón Fernández-Pacheco asegura que el adelanto de la saca de corcho pretende preservar un sector esencial en Málaga, Huelva y sobre todo Cádiz.

El corcho se extrae separando la piel protectora de los alcornoques. Un árbol solo puede descorcharse cuando han pasado al menos 9 años de su anterior saca y se hace precisamente cuando el calor hace más fácil la operación. El sector del corcho en la región produce 30 mil toneladas anuales y genera unos 90 millones de euros en beneficios.

ASAJA y COAG, dos de las principales entidades agrarias, pidieron a la Junta que autorizara la extracción en los montes privados antes de tiempo y la Junta ha accedido. Fernández–Pacheco explica que el objetivo es preservar una actividad que “genera tantos puestos de trabajo, tanta riqueza y aporta tanto en positivo”.

COAG y ASAJA aplauden, ambas entidades destacan que este recurso forestal permite a los “propietarios obtener un rendimiento extra cada nueve años. Es un ingreso fundamental”. Pero las 200 mil hectáreas de Los Alcornocales ofrecen un sustento de vida a alrededor de 800 personas. Entre ellas destacan los corcheros y arrieros, los campesinos que pisan el bosque adehesado y extraen el preciado material de los árboles.

ACOAN es la principal entidad que reúne a unos 500 corcheros de toda Andalucía y también Extremadura. “Como siempre pasa con el campo, las decisiones que se toman en los despachos no solucionan nada”, deslizan los corcheros, una profesión que lleva años desapareciendo y que con la sequía está sufriendo doblemente.

“El adelanto de la saca un mes es una ocurrencia que a nosotros no nos soluciona nada”, explica a El Plural el portavoz de ACOAN, Pável Sánchez. La disposición de la Junta de Andalucía no deja de ser un mero gesto para los corcheros, “nada ha cambiado, porque hasta ahora nada se ha podido extraer”, explica desde la finca en la que ya ha empezado a trabajar. A pesar del adelanto de la Junta, el árbol no está listo para dejarse extraer el corcho, así que los arrieros apuntan a “otros intereses”, en clara referencia a las necesidades económicas de los propietarios de las fincas.

Pável recuerda que estamos en campaña electoral, las necesidades políticas priorizan intereses que “no tienen nada que ver con las necesidades del alcornoque ni con nosotros como trabajadores”. Los corcheros trabajan por jornada (cobran unos 170 euros día sin contar seguros sociales) o a destajo, en función a la cantidad de corcho extraída. Por mucho que la Junta permita explotar el alcornocal antes de tiempo, los corcheros no podrán sacarlo del árbol.

Pero las consecuencias de la decisión de despacho de la Junta podrían extenderse más allá del ámbito laboral. “Con la sequía este año el precio del corcho está como el caviar. Han antepuesto los intereses comerciales de los grandes propietarios a los del alcornocal”, explica Javier Gil, de Ecologistas en Acción. Al igual que los arrieros, define como “suicidio" y “despropósito” el adelanto al 8 de mayo de la saca del corcho.

Gil define la coyuntura que puede darse como un “triángulo mortal” para el alcornoque. La conjunción de la sequía, la extensión del brote de lagarta peluda (lymantria dispar) y el adelanto de la saca de corcho, que obligará al alcornoque a florecer precisamente en el momento que más débil está, podría llevar a la muerte del árbol.

El corcho es parte de la forma de vivir de la comarca desde hace generaciones. La creación de un bosque adehesado centenario implica la máxima expresión de convivencia entre hombre y naturaleza. Para Francisco Blanco, de la asociación de Asociación Forestal de Andalucía Amigos de los Alcornocales, el adelanto de la saca de corcho con un bosque tan debilitado “puede acabar con el alcornocal”.

La pérdida de la arboleda puede ser dramática, ya que el Parque Natural Los Alcornocales “supone el mejor ejemplo de monte mediterráneo por su conservación desde Turquía a Algeciras”. Sin embargo, el alcornoque es un “perro flaco al que todo se le vuelven pulgas”, explica Blanco, que desearía que la Junta de Andalucía se hubiera sentando con los campesinos para encontrar soluciones.

Suspender la explotación económica en lugar de adelantarla ofrece más garantías para el bosque, según Blanco, “desde la Mesa de la Sequía deberían salir fondos para compensar las pérdidas. Es la única manera de preservar al árbol y a los corcheros”. Corcheros, ambientalistas y vecinos abogan por dar un respiro al bosque, en lugar de meterle prisa en mitad de una sequía y una plaga.