El presidente del Partido Popular y de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, parece decidido a no renunciar a ninguna bandera. La última que intenta apropiarse es la del andalucismo, con cuyo referente histórico Alejandro Rojas Marcos ha compartido hoy un coloquio en la Casa Museo de Blas Infante, en Coria del Río, con motivo de la presentación del primer volumen del libro 'Por un poder andaluz. Historia del Partido Andalucista’, escrito por el estudioso y exconcejal del PA en el Ayuntamiento de Sevilla José Luis Villar.

Tan determinado se diría que está Moreno a convertirse en faro del andalucismo que ha anunciado que declarará oficialmente el 4 de diciembre como el Día de la Bandera de Andalucía. Ese día de 1977 los andaluces salieron masivamente a las calles para reclamar una autonomía plena que no se haría efectiva hasta el referéndum el 28 de febrero de 1980. 

En su intercambio de pareceres con Rojas Marcos, el presidente ha dicho creer "en un poder andaluz", expresión que hasta hoy no se le había escuchado y que nadie en su partido habría imaginado que pudiera salir de sus labios. La mayoría absoluta conquistada el pasado 19 de mayo, bastante sorpresivamente pero sin duda merecida, ha forjado un Moreno mucho más audaz y seguro de sí mismo que el que, un poco por carambola, llegó al palacio de San Telmo en enero de 2019.

Las derechas de las cuales Moreno es representante y heredero se opusieron ferozmente a las ansias autonomistas del pueblo andaluz, hasta el punto de boicotear el referéndum, poner trabas al proceso legislativo que desembocó en el Estatuto de Autonomía e incluso justificar sin remordimientos ni complejos el asesinato de Manuel José García Caparrós, trabajador malagueño y militante de Comisiones Obreras al que una bala policial le arrebató la vida cuando intentaba colocar una bandera de Andalucía en el edificio de la Diputación.

El 4 de Diciembre es una de las fechas emblemáticas de la izquierda andaluza: más que del Partido Socialista, de las formaciones situadas a su izquierda, aunque también del Partido Andalucista, si bien sus vaivenes ideológicos y batallas intestinas acabaron desdibujando en buena medida el importante papel desempeñado por el PA en la construcción de la autonomía.

Juan Manuel Moreno y Alejandro Rojas Marcos han compartido focos y tribuna después de que, en un gesto muy suyo, el fundador del PA y exalcalde de Sevilla decidiera invitarlo al acto. "Esto es alta política”, ha dicho el veterano político sobre la decisión del presidente de asistir a un acto de perfiles ideológicos, en principio, tan ajenos a su propia trayectoria.

Para Rojas Marcos, aquel 4 de Diciembre fue “el día más importante de expresión del pueblo andaluz”. Aunque para la derecha fue más bien todo lo contrario, pues catapultó unas esperanzas autonomistas que estaba muy lejos de compartir, Moreno ha dado sobradas muestras de sentirse cómodo en su nuevo papel de defensor del andalucismo. El mismo traje blanquiverde que, metafóricamente, hoy ha vestido Moreno ya lo lució durante décadas y con no poco éxito el Partido Socialista, hoy en sus horas más bajas.

Con la proclamación del 4-D como Día de la Bandera, Moreno da continuidad a la estrategia de San Telmo de ocupar el espacio ideológico y electoral del andalucismo, tarea emprendida en la legislatura anterior mediante la apropiación de la figura de Manuel Clavero Arévalo, a pesar de que del exministro de UCD fue en su día una de las bestias negras de la derecha andaluza, profundamente centralista.

La sugerencia de honrar la bandera cada 4-D había partido de Rojas Marcos, que no tuvo que insistir demasiado para que el presidente le comprara la idea: “Es un día muy vinculado a la bandera de Andalucía, así que la propuesta tiene sentido y, como las cosas que tienen sentido, nos las tomamos en serio, pues es probable que salga adelante".