Esta vez, Izquierda Unida sí ha hecho autocrítica. Al coordinador general de IU Andalucía, Toni Valero, nadie podrá reprocharle haber suavizado con paños calientes las profundas heridas del 19-J. Dicho en tono menor, no ha sido necesario desempolvar aquel viejo chiste comunista de 'camarada, voy a hacerte la autocrítica'. Valero se ha bastado y sobrado para hacérsela a sí mismo.

Su informe político sobre las elecciones del domingo, presentado este fin de semana en Málaga ante la Comisión Coordinadora de IU Andalucía, es demodelor. No se molesta en ocultar el rotundo fracaso de la coalición de Por Andalucía, integrada por IU, Podemos, Más País, Verdes Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde.

Estos son los siete puntos principales de la autocrítica expuesta por Valero:

1. "Los resultados de las elecciones andaluzas han sido muy malos. Suponen un gobierno conservador que aplicará su agenda neoliberal contra los intereses de la mayoría social, así como una pérdida notable de escaños de nuestro espacio político".

2. "No se consiguió realizar un proceso programático con la suficiente apertura e implicación del tejido social a pesar de los foros programáticos celebrados, ni se llegó a un acuerdo de candidatura en tiempo razonable".

3. "El acuerdo con la dirección estatal de Podemos fue un trágala a pocos minutos de cerrarse el plazo para el registro de la coalición. La decisión de asumir aquel pésimo acuerdo en términos de reparto de puestos de salida en detrimento de IUCA fue porque sí se alcanzaban  otros objetivos: frente amplio, candidatura a la Presidencia bajo la candidata que más consenso tenía en el frente amplio e insertar a IUCA en el nuevo ciclo electoral bajo el liderazgo de Yolanda Díaz. La alternativa a la candidatura de frente amplio conllevaba una fragmentación de la que nadie habría obtenido grupo parlamentario y se habría puesto en serio riesgo la estabilidad del espacio político estatal".

4. "Las tensiones en el espacio político estatal se trasladaron en un bloqueo de la dirección estatal de Podemos a llegar a acuerdo, alargándose indefinidamente una situación de continuo deterioro del espacio político".

5. "El mal resultado electoral ha agravado ese desequilibrio en los puestos de salida y situado a IUCA con una injusta representación en el grupo parlamentario".

6. "La campaña electoral comenzó con confusión para nuestros electores y sin una consolidación de la imagen de Por Andalucía ni de la candidata entre la sociedad andaluza".

7. "Es indudable que entramos fatal en la campaña por el ruido de aquel acuerdo, acrecentado porque Podemos no llegó a tiempo al registro de la coalición. Las consecuencias han sido graves: se dañ–ó la imagen de la candidatura y se quedó fuera de la papeleta el logo de Podemos generando confusión entre electores de Podemos que pudieron votar a AA porque todavía relacionaban a Teresa Rodríguez con Podemos. Esta mezcolanza se afirmó en muchos colegios electorales".

Texto íntegro del informe político

Aprobado con 76 votos a favor, 20 en contra y 7 abstenciones, reproducimos a continuación el texto íntegro del informe por el interés que tiene su análisis de lo sucedido el 19-J, pero también por lo inusual de que una organización política admita tan explícitamente los errores cometidos:

"Corresponde en primer lugar agradecer a las y los votantes de Por Andalucía la confianza depositada en nuestra candidatura. También a los militantes de las fuerzas políticas coaligadas en Por Andalucía que han dado su tiempo y esfuerzo a la campaña electoral y en los colegios electorales como apoderados y apoderadas. Y reconocer el ímprobo trabajo de los cuadros políticos que han estado detrás de la campaña, así como a nuestra candidata a la Presidencia, Inma Nieto, y a las y los candidatos principales de las fuerzas que componen Por Andalucía: Esperanza Gómez (MP), Juan Antonio Delgado (Ps), Mar González (Equo), Carmen Molina (AV) y José Antonio Jiménez (Iniciativa). Se hace extensivo este reconocimiento al conjunto de candidatas y candidatos de las listas provinciales.

    •    La derechización del voto en Andalucía

Los resultados de las elecciones andaluzas han sido muy malos. Suponen un gobierno conservador que aplicará su agenda neoliberal contra los intereses de la mayoría social, así como una pérdida notable de escaños de nuestro espacio político. El bloque de la derecha y ultraderecha ha obtenido 2.197.214 votos, el 59.9% del total, mientras que el bloque progresista tan solo 1.333.365 votos, el 36.4%. En 2015 el bloque progresista obtuvo 2.277.837 (57.2%) y en 2018 fueron 1.596.838 (44.1%), mientras que el bloque conservador consiguió 1.454.003 votos (36.5%) en 2015 y 1.808.756 (50%) en 2018.

La derechización  del voto en Andalucía es clara (el CIS lo advierte desde 1999), así como la normalización de la ultraderecha. La inserción de nuestros discursos es cada vez más difícil en los nuevos sentidos comunes. La derecha ha sabido asociarse a la idea de progreso mejor que la izquierda entre el electorado, el cual tiene un comportamiento más pragmático que valora positivamente la alternancia. A ese nuevo patrón se ajustaba bien la imagen de moderación de Bonilla y su pretendido papel histórico de cambio tras 37 años de gobiernos del PSOE.

El tránsito de parte del electorado desde el PSOE-A al PP ha sido natural: el PP ha sido continuista de viejas políticas iniciadas por el PSOE-A, por lo que no se han advertido cambios tan notables en la gestión para un sector que votó a Susana Díaz; el PP ha fagocitado a Cs, el cual se había nutrido en 2018 de muchos ex votantes socialistas, por lo tanto, Cs ha puesto un puente a los electores antiguos de PSOE-A hacia el PP; y el miedo a la entrada de Vox en el gobierno lo ha capitalizado un PP que se presentaba bajo la marca Juanma Moreno. Ese miedo a Vox, el falso perfil moderado de Bonilla y el continuismo en viejas políticas de las mayorías del PSOE-A han puesto puente de plata para que aproximadamente un 16% de votantes del PSOE-A en 2018 hayan votado al PP en 2022.

No obstante, en la mayoría  conservadora y en la derechización del voto en Andalucía no solo ha influido ese trasvase de votantes de Cs y PSOE al PP, sino también una notable movilización de los barrios enriquecidos frente a los barrios empobrecidos (en los históricos barrios de voto progresista viene cayendo la participación desde 2015, de un 62% a un 47%). Mientras en los primeros subió la participación 1.8 puntos respecto a los anteriores comicios, en los segundos el comportamiento fue el contrario ya que subió la abstención hasta dos puntos.

En el bloque de derecha y ultraderecha, por tanto, las consecuencias del resultado significan la extinción de Cs y situar fuera del gobierno a Vox. Por su parte, el PSOE desciende levemente si bien queda muy lejos del PP. Nuestro espacio político obtuvo 585.949 votos (16.9%) en 2018 pero en estos comicios, yendo el espacio fragmentado, se ha bajado a 451.658 votos (12.6%). El descenso en escaños no se compadece con el descenso en votos. Entre Por Andalucía y Adelante Andalucía suman 7 escaños, de haber habido una única papeleta se estiman 12 escaños. A eso hay que añadir que no habría alcanzado mayoría absoluta el Partido Popular. Nadie entendía, y menos ahora a la luz de estos datos, la apuesta por la dispersión y no por el encuentro.

    •    Los antecedentes de la campaña electoral

A la campaña electoral hemos llegado sin la acumulación de fuerzas que pretendíamos. Veníamos de una legislatura traumática para nuestra organización por la ruptura del grupo parlamentario. Aquel conflicto emitió ruido hasta la propia campaña y significó que Por Andalucía disputara electores a la anterior candidata y a la anterior denominación de nuestro espacio político. Análogas circunstancias se dieron, también, en las elecciones gallegas con letal resultado.

Hicimos una lectura de la coyuntura política y social que tradujimos en la apuesta por conformar un frente amplio. El acto de UP por Andalucía del 4D quiso acelerar dicho proceso. En coherencia, IUCA se volcó en las mesas de mediación que pretendían construir una candidatura unitaria y un programa participado.

No se consiguió realizar un proceso programático con la suficiente apertura e implicación del tejido social a pesar de los foros programáticos celebrados, ni se llegó a un acuerdo de candidatura en tiempo razonable. Las consecuencias eran obvias: en una constante tensión derivada de las continuas amenazas de adelanto electoral se transmitía incertidumbre en torno a qué fuerzas políticas iban a conformar la candidatura, a qué candidatas y candidatos irían en las listas y a quien disputaría la presidencia. El acuerdo que debía alcanzarse dando solución a dichas incertidumbres se complicó extraordinariamente a partir de marzo, en el contexto de la guerra de Ucrania. Las tensiones en el espacio político estatal se trasladaron en un bloqueo de la dirección estatal de Ps a llegar a acuerdo, alargándose indefinidamente una situación de continuo deterioro del espacio político.

Con todo, desde IUCA no renunciábamos a que el proceso avanzara y lograra cuatro objetivos: la unidad de las fuerzas progresistas en una candidatura de frente amplio, la visualización de IUCA en el frente amplio, la incorporación de la confluencia al nuevo ciclo político que debe liderar Yolanda Díaz, y la configuración de unas listas electorales bajo un equilibro razonable entre IUCA y Ps. No conseguimos el último objetivo. El acuerdo con la dirección estatal de Ps fue un trágala a pocos minutos de cerrarse el plazo para el registro de la coalición. La decisión de asumir aquel pésimo acuerdo en términos de reparto de puestos de salida en detrimento de IUCA fue porque sí se alcanzaban  otros objetivos: frente amplio, candidatura a la Presidencia bajo la candidata que más consenso tenía en el frente amplio e insertar a IUCA en el nuevo ciclo electoral bajo el liderazgo de Yolanda Díaz. La alternativa a la candidatura de frente amplio conllevaba una fragmentación de la que nadie habría obtenido grupo parlamentario y se habría puesto en serio riesgo la estabilidad del espacio político estatal.

Fue una decisión responsable con Andalucía pero también con el conjunto de la izquierda del país. En numerosas reuniones amplias con las y los dirigentes territoriales y la pluralidad, en coordinadoras andaluzas y en comisiones colegiadas de las que se pierde la cuenta (solo en el día del registro de la coalición tuvimos dos) debatimos y consideramos colectivamente los pasos a dar para conseguir un frente amplio e insertarnos en el nuevo ciclo electoral. Solo desde la cohesión expresada en dichos órganos y desde la unanimidad en las síntesis se pudieron tomar decisiones de tantísimo calado.

El mal resultado electoral ha agravado ese desequilibrio en los puestos de salida y situado a IUCA con una injusta representación en el grupo parlamentario. Es indudable que entramos fatal en la campaña por el ruido de aquel acuerdo, acrecentado porque Ps no llegó a tiempo al registro de la coalición. Las consecuencias han sido graves: se dañó la imagen de la candidatura y se quedó fuera de la papeleta el logo de Ps generando confusión entre electores de Ps que pudieron votar a AA porque todavía relacionaban a Teresa Rodríguez con Ps. Esta mezcolanza se afirmó en muchos colegios electorales.

Los ecos de las tensiones de aquel acuerdo volvieron a oírse con la inoportuna destitución, en plena campaña, de la jefa de gabinete del Ministerio de Igualdad, dirigente de IUCA e IU federal. Así, la campaña electoral comenzó con confusión para nuestros electores y sin una consolidación de la imagen de Por Andalucía ni de la candidata entre la sociedad andaluza. Un problema de posicionamiento e identificación de la marca. Eso requería de tiempo para haber hecho el proceso político que se vino frustrando desde diciembre por no entender el proceso como genuinamente andaluz. Esto, sin duda, ha impuesto una visión negativa sobre el proceso que provoca irremediablemente desinterés y desmovilización electoral.   Con esos mimbres difícilmente se podía generar movimiento por abajo y de desborde.

    •    La campaña electoral

El marco en el que se movió el debate de campaña fue la hipotética mayoría absoluta de Bonilla frente a su pacto con Olona: en ambos casos era un escenario de derrota del bloque progresista. Por Andalucía puso el foco en las cuestiones que evidenciaban la naturaleza neoliberal de las políticas del PP así como en nuestra propuesta transformadora. No conseguimos que la sanidad pública, la reindustrialización verde o las políticas frente a la crisis climática generaran un marco de debate diferente. Como consecuencia, no se divisó una alternativa factible y en ningún momento los electores pensaron que podía haber cambio de gobierno. Esto ha tenido serias consecuencias: abstención mayor entre el electorado progresista que no tenía expectativas de que su voto fuese a cambiar nada, movilización del electorado conservador que estaba motivado con la perspectiva de victoria, la concentración del voto conservador en el PP (extinción de Cs) así como trasvase de votantes del PSOE al PP para evitar un pacto PP-Vox

En la instalación de este fatalismo por el que la victoria del PP estaba decidida de antemano no solo ha influido nuestra incapacidad sino también la facultad performativa de las encuestas y el papel de los medios de comunicación públicos (Canal Sur)  y privados para instalar el marco de la división en la izquierda y reforzar un desenlace inexorable.

Por Andalucía ha sacado 281.688 votos  en estas elecciones, en 2018 la confluencia obtuvo 585.949 votos, se puede decir, a falta de  otros análisis posteriores, que 167.970 han ido a parar a la “nueva” Adelante Andalucía y el resto (136.291 votos) han ido a parar a otras opciones o a la abstención. Esto indica una bajada importante de votos y un aumento de la fragmentación, que debido al sistema electoral ha perjudicado la representación electoral de nuestra apuesta política (con un 7,7%  de los votos tenemos el 4,6% de los escaños).

Hay consideraciones, ya expuestas, que ayudan a explicarlo, como los problemas en el posicionamiento e identificación de la marca y la falta de desborde por abajo. Pero también hemos de observar los problemas en la diferenciación con Adelante Andalucía ya que tampoco hemos conseguido comunicar claramente qué significaba votar Por Andalucía en términos de utilidad.

Durante la campaña desplegamos cinco ideas sobre las que movilizar al electorado progresista a favor de Por Andalucía:

•    La posibilidad de un gobierno progresista y andalucista. En ese sentido, Por Andalucía se erigía como la garantía en ese gobierno de políticas transformadoras frente al PSOE y en opción útil frente a quienes no querían conformar dicho gobierno, AA.
    •    La defensa del autogobierno para desplegar políticas progresistas. Tratamos de evidenciar traición del gobierno de Bonilla a la vocación del Estatuto de Autonomía así como de desplegar nuestra propuesta política centrada en la defensa de la mayoría social, de los servicios públicos y de lo común.
    •    Hacer ver el contraste entre el modelo neoliberal del PP y el modelo desplegado desde los ministerios gestionados por nuestro espacio político poniendo especial énfasis en la alianza con el movimiento obrero.
    •    Poner en valor la confluencia de fuerzas progresistas y andalucistas en nuestra candidatura, algo demandado por el electorado progresista.
    •    Reforzar la alianza con el movimiento feminista y con el movimiento ecologista desde la propuesta política y desde la crítica a los retrocesos en materia de igualdad y de sostenibilidad sufridos con el gobierno de PP-Cs

Es pronto para saber el impacto de cada mensaje, si bien se constata que la situación socioeconómica marcada por la carestía del coste de la vida está generando un malestar que ha perjudicado más a las fuerzas progresistas que a las conservadoras. El gobierno central está siendo el objeto de la crítica social por una situación inflacionista, asfixiante para las familias trabajadoras e insostenible para la viabilidad de muchas pymes y cooperativas. Esta preocupación de la mayoría social por llegar a fin de mes está desmoralizando al electorado progresista y generando una desafección que también se ha pronunciado en la abstención.

Otros dos aspectos a considerar en la campaña han sido la participación de referencias estatales así como la implicación de la militancia en una campaña capilar.

La entrada en la campaña de dirigentes como Alberto Garzón, Enrique Santiago, Íñigo Errejón, Ione Belarra, Juantxo López Uralde…ha sido muy beneficiosa, especialmente la de la compañera Yolanda Díaz. Su presencia en el acto del sábado 11 en Córdoba metió definitivamente en campaña a Por Andalucía y fue continuada con dos históricos actos en Málaga y Sevilla. Se insufló enorme ilusión y motivación entre quienes estaban al pie del cañón haciendo campaña y se posicionó a Por Andalucía en el marco de expectativas y esperanzas que proyecta Yolanda Díaz. Dicha participación ha podido ser crucial para conseguir grupo parlamentario.

Hubo también un conjunto de compañeros de IU federal que se volcaron en Andalucía a los que hay que agradecer enormemente su implicación (Sira Rego, Clara Alonso, Sol Sánchez, Carlos Sánchez Mato, Vanesa Angustias, Mauricio Valiente, Manu Pineda, Marga Ferré, Ismael González, Lola Sánchez...) y permitieron extender la campaña a muchos municipios.

En cuanto a la campaña por abajo, calle a calle, todavía no tenemos una valoración proveniente de los territorios para afinar. No obstante, sí se ha percibido una desigual implicación de las asambleas locales. Con todo, ha sido la militancia de IUCA la que ha soportado el grueso de la campaña de calle (repartos de propaganda, asistencia a actos, etc.), tal y como prueba la asistencia de apoderados a los colegios electorales (4.726 apoderados de IUCA, 644 apoderados de Ps). Lo más preciado de IUCA sigue siendo su militancia.

¿Era posible una campaña diferente que podría haber dejado otro resultado? En términos estructurales, lo más probable es que la respuesta sea negativa. Las campañas son importantes, cada vez más, pero no pueden obrar milagros. Moreno Bonilla estaba perfectamente posicionado para recoger el plus de la campaña que provocarían los errores y las limitaciones de los demás.

El nuevo ciclo electoral

Las elecciones andaluzas han abierto un nuevo ciclo cuyo próximo hito son las elecciones municipales. En este sentido, el diagnóstico de los resultados de las andaluzas debe ser lo más aterrizado posible a fin de identificar las fortalezas y debilidades, en lo político y en lo organizativo, que tiene IUCA para afrontar dicha

convocatoria electoral.  Lo hacemos habiendo conseguido, a pesar de los exiguos resultados, levantar una referencia en el parlamento andaluz, Por Andalucía, expresión de un frente amplio que aglutina a seis fuerzas políticas con representación en muchas ciudades y pueblos de Andalucía.

La candidatura de Por Andalucía ha sido un primer paso, siempre difícil, en la construcción de un frente amplio, pero todavía queda todo el trabajo por hacer, especialmente por abajo: alianzas políticas, sociales y culturales en torno a la elaboración programática y el bosquejo de un nuevo proyecto de país. Es por ello que debemos vincular el ciclo electoral de autonómicas y municipales al proceso de las elecciones generales. Las elecciones municipales son una oportunidad imprescindible para construir las bases populares, sociales y territoriales del frente amplio. Sin municipalismo, en un país con más de 8.000 pueblos (785 son andaluces), no hay proyecto transformador que valga. Y ahí IUCA tiene mucho que aportar, pues es la organización mayor implantación territorial en Andalucía.

IUCA tiene que tomar la iniciativa para lograr que en las municipales  se consiga un giro de tendencia electoral con respecto a lo acontecido en las autonómicas. Desde el diagnóstico que hagamos de la situación en cada localidad debemos tener un debate amplio que dé lugar a una estrategia política clara para que la izquierda transformadora amplíe su fuerza municipal. En el proceso que debemos promover desde septiembre se han de clarificar con prontitud las alianzas partidistas para abrir el proceso político a la sociedad e incorporar al tejido social municipal a través de la elaboración programática. Las candidatas y candidatos deben ser elegidos con tiempo suficiente para desarrollar la necesaria precampaña y campaña electoral, han de ser una referencia municipal en el grueso del proceso.

Toca ponerse ya a trabajar, esta organización no tiene un minuto que perder. El municipalismo transformador es una seña de identidad de nuestra fuerza política. Es momento en el que todas las estructuras de IUCA, desde lo local hasta esta coordinadora andaluza con el presente informe, evalúen colectivamente para enfrentar las municipales con fuerza.  Por eso, corresponde una hoja de ruta para los próximos meses que contemple lo siguiente:
    •    En julio:
Análisis de las asambleas locales de la campaña andaluza en clave local: actividades realizadas, nivel de implicación de la militancia, coordinación con otras fuerzas políticas, número de apoderados, etc.
Elaboración por la coordinadora andaluza de una propuesta de cronograma y objetivos para las municipales
    •    En la segunda quincena de septiembre:
Realización de una asamblea con participación las asambleas locales para concretar la estrategia y proceso político hacia las municipales".