Procuran no hacer ruido, pero todo el mundo sabe que siguen ahí, agazapadas en mansiones blindadas estratégicamente enclavadas en urbanizaciones de lujo de la Costa del Sol, paraíso de las mafias italianas, inglesas, rusas, rumanas, suecas… Cada cierto tiempo, un crimen con un determinado formato muy identificable recuerda que siguen ahí.

Un cadáver sin manos y sin cabeza flotando en una playa lleva, en principio, la marca inconfundible del crimen organizado. El cuerpo fue encontrado ayer la playa Marbella de Las Cañas, después de que hacia las cinco de la tarde el 091 recibiera una llamada alertando de la presencia del cuerpo mutilado, a la altura del restaurante Club 2000, informaba Europa Press citando fuentes policiales.

La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación, aunque no será fácil encontrar pistas que puedan llevar a los asesinos. Ni siquiera la identificación del cadáver –parece tratarse de una mujer– está siendo fácil. El cuerpo atrozmente mutilado recuerda el modus operandi de bandas criminales cuyos asesinatos suelen ser también un aviso a navegantes

La última operación policial contra las mafias tenía lugar en septiembre pasado, cuando la Guardia Civil, con colaboración con las Policías de Bélgica y Holanda, detenía a dos capos de una organización criminal que traficaba con cocaína a gran escala. Los agentes se incautaron de más de 2,8 toneladas de cocaína, tres vehículos de alta gama, numerosos terminales móviles con importante información, dispositivos de memoria de interés para la investigación y abundante documentación para su análisis. 

Aunque vienen produciéndose periódicamente asesinatos que parecen llevar la marca de las mafias, el crimen quizá más escalofriante tuvo lugar en 2004, en la peluquería Cosmos: tres hombres con el rostro cubierto y armados con fusiles Kalashnikov se bajaron de un coche y comenzaron a disparar: murió un niño de siete años y el peluquero del establecimiento. El pequeño José Manuel Contreras había llegado poco antes a Marbella a pasar el fin de semana con su familia.

También llevaba marca mafiosa el asesinado en mayo de 2018 del traficante de drogas David Ávila Ramos, conocido como 'Maradona’. Ocurrió el día de la primera comunión de su hijo, cuando un sicario lo abatió en plena calle.