Todos los buenos argumentos acumulados por el presidente Juan Manuel Moreno para justificar un adelanto de las elecciones andaluzas al verano se vieron arrojados ayer por el sumidero del 13-F. La amarga victoria del popular Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León, donde fue primero pero quedó en manos de Vox, ha enfriado las opciones de una anticipación de las urnas manejadas en el palacio de San Telmo.

Lo último que aconseja la lección del 13-F es un adelanto en Andalucía: Moreno se arriesgaría a quedar en manos la extrema derecha, como le ha sucedido a Mañueco, que únicamente tiene garantizada la investidura si cede a las pretensiones de Vox de entrar en el Gobierno de Castilla y León. De entrada, Mañueco se niega, pero no se atreve a proclamar rotundamente que no dará cobijo a la ultraderecha en su Gobierno: puede que acabe no quedándole más remedio.

Las razones de Moreno para adelantar los comicios eran consistentes: su Gobierno está en minoría tras la espantada de Vox, se ha visto obligado a prorrogar los presupuestos de 2021, la legislatura está prácticamente agotada en términos políticos, los sondeos son claramente favorables al PP, el liderazgo del socialista Juan Espadas aún está un poco verde, la izquierda no socialista está dividida… pero ninguna de esas razones tiene ya mucho valor después de lo sucedido en Castilla y León, donde esta vez las encuestas no han errado en lo esencial al presagiar que el PP necesitaría a Vox para gobernar.

También los sondeos andaluces vienen prediciendo que Moreno necesitaría a Vox para gobernar, pero algunos de ellos auguran que en Andalucía podría suceder lo que sucedió el 4 de mayo en Madrid y no lo sucedido este 13 de febrero en Castilla, es decir, que Moreno no alcanzara la mayoría absoluta pero quedara muy cerca de ella.

Un resultado de Mañueco equiparable al de Isabel Díaz Ayuso habría sido interpretado en San Telmo como el mejor presagio para seguir sus pasos adelantando los comicios. Con el decepcionante resultado de ayer, mejor dejar las cosas correr en el feudo andaluz.

En todo caso, desde el Gobierno andaluz han manejado la posibilidad de un adelanto electoral con ambigüedad hábilmente calculada: la suficiente como para disponer ahora de margen tanto para justificar, llegado el caso, un adelanto en junio como para prolongar la legislatura hasta octubre y aun después.

El coordinador autonómico de Cs en Andalucía y vicepresidente de la Junta, Juan Marín, ha afirmado este lunes que "las elecciones de Castilla y León no tienen nada que ver con Andalucía". "Aquí vamos a agotar la legislatura, no va a haber elecciones", ha asegurado antes de mostrarse convencido de que en Andalucía no va a haber resultado parecido porque "los andaluces saben perfectamente cuál es el espacio de centro que ocupa Cs".

En cambio, el pasado 30 de enero el mismo Marín decía algo muy distinto: en una entrevista en 'La Opinión de Málaga' recogida por Europa Press, el vicepresidente decía que las elecciones "serán cuando termine el primer periodo de sesiones", pues "eso fue lo que dijo" el presidente: "El primer periodo de sesiones termina en junio. A partir de ahí. Estarán más o menos por el verano. No se puede empezar el segundo periodo de sesiones en septiembre porque, prácticamente, la ley no lo permite", dijo literalmente entonces.

Por si acaso y olvidando que es vicepresidente de la Junta merced a un pacto con Vox, Marín intenta erigirse en garantía y muro de contención ante el empuje electoral de la ultraderecha, precisamente el papel que pretende atribuirse a sí mismo el Partido Socialista cuando se abran las urnas.

"Mientras que los andaluces confíen en mí y mi formación política, en Andalucía la extrema derecha no va a gobernar. Los populismos, la extrema derecha y la extrema izquierda no tienen cabida en nuestra comunidad autónoma", ha dicho este lunes el vicepresidente de la Junta, cuya alusión a la extrema izquierda es más bien retórica pues ni Unidas Podemos es extrema izquierda en el sentido en que Vox es extrema derecha ni sus perspectivas electorales son hoy por hoy equiparables a las de Vox.

El consejero de la Presidencia, Elías Bendodo, ha dicho también hoy que "en Andalucía no tocan unas elecciones ahora, el Gobierno andaluz de PP y Cs quiere seguir rodando hasta que se agote la legislatura".

"Entre Andalucía y Castilla y León hay bastantes miles de kilómetros, no hay clave andaluza de estas elecciones, en Andalucía todavía no tocan", ha recalcado, aunque ha evitado responder a la preguntado de si el PP estaría dispuesto a gobernar con Vox en Andalucía si ocurriera algo similar a Castilla y León.

En la misma línea, la secretaria general del PP andaluz, Loles López, ha apostado este lunes por "agotar la legislatura" en Andalucía, ya que la "realidad sociológica y política" de esta comunidad es "muy distinta" de la de Castilla y León.