Cuando la pava cae del campanario es símbolo de buena fortuna para el año venidero de aquel que la coja en brazos. Así remarca el Ayuntamiento de Cazalilla (Jaén) la polémica festividad que se celebra cada 3 de febrero con motivo del día de San Blas. “Cada uno los vecinos participa en una colecta popular para pagar la multa que desde la Junta se les impone. Dos mil euros ante el maltrato físico de un animal que parece impune”, recuerda Manuel Serrano, coordinador provincial del PACMA, Partido Animalista, en Jaén. Hasta el día de ayer el Partido Animalista ha registrado 59.105 firmas en la Delegación del Gobierno andaluz de Jaén contra el lanzamiento de la pava viva desde el campanario de la iglesia de Santa María Magdalena del municipio. “La Junta de Andalucía es imprescindible en este proceso para cumplir con la ley de protección animal vigente, así como el Ayuntamiento”, que por el momento se ha mantenido al margen de las opiniones sobre la celebración de estos actos en el municipio jienense. EL ANTERIOR ALCALDE, PRIMERO EN PAGAR LA MULTA Serrano afirma que esta situación lleva muchos años manteniéndose, desde que el anterior alcalde, Juan Galvín, fuera el principal contribuyente hora de abonar la cuota de sanción para que el festejo continuara. “Es el cuarto año consecutivo que se impone la sanción en Cazalilla y uno de los principales organismos que debería de tomar en cuenta la situación es la delegación territorial de Agricultura”, cuyo titular es ahora el anterior alcalde de esta localidad, el citado Galvín, tras gobernar el pueblo casi veinte años. “Queremos evitar a toda costa que esta situación persista. Nos da igual que la multa sea más alta. Lo que buscamos es que se cumpla la ley que ha tipificado desde julio las situaciones de maltrato animal como un delito en el Código Penal”, apunta Serrano. El informe expuesto a la administración andaluza resalta que desde PACMA piden a “la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Jaén que no autorice el lanzamiento de la pava desde la torre del campanario”. FRACASO DE LA PETICIÓN A última hora de la tarde de ayer se pudo conocer la resolución judicial en detrimento de las peticiones exigidas. El Juzgado de Instrucción número 3 de Jaén ha rechazado la imposición de medidas cautelares solicitadas por el Partido Animalista. En la resolución el juez defiende que “el animal no sufre daño alguno”cuando es arrojado desde el campanario a la multitud. Serrano relata con horror cómo una mera tradición de pueblo puede provocar una seria perturbación al animal. “No solo es lanzado desde el campanario sino que tras caer en la mano del vecino más afortunado, muchos se dedican a arrancarle las plumas de un tajo porque da suerte para un futuro casamiento a las jóvenes del pueblo. Hay muchos casos de los que no sabemos qué ha ocurrido con la pava en la fecha posterior de la festividad”, un asunto que también preocupa mucho a los miembros del partido animalista y colectivos contrarios a este festejo.