Pablo Miyar, actual miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, músico en la plantilla de TVE y profesor del Instituto Oficial de RTVE, nos concede una entrevista acerca de su último trabajo para la gran pantalla: la banda sonora de “Lo Posible y lo Necesario”, película documental que gira en torno a la vida de Marcelino Camacho y producida por Coop. De Cine Lo posible y lo necesario. Después de más de cuarenta obras de concierto, ocho largometrajes, música para teatro, comedias musicales, más de 400 documentales y música para tv y haber dirigido a orquestas como la Sinfónica de RTVE o la Nacional de España nos presenta ahora –en esta ocasión- un auténtico concierto para violonchelo y orquesta al calor de las emociones vividas en el convulso y determinante período de la historia de nuestro país: desde la Guerra Civil a la Transición, pasando por el exilio, personificándose en la figura del fundador de Comisiones Obreras y posterior diputado del PCE.

Con la poderosa interpretación de la Orquesta de Córdoba y José Enrique Bouché al violonchelo solista, Pablo Miyar nos desgrana hoy los pormenores artísticos de su última composición musical para cine, que dará mucho que hablar.

En primer lugar, me gustaría que hiciéramos una consideración en torno a la relación entre la música de orquesta y el obrerismo. Es un punto de encuentro durante el siglo XX que no es frecuente hoy día, ¿qué te ha hecho decidirte por una composición tan épica?

En principio, no es que yo vea una relación directa entre uno u otro concepto, ni connotaciones semánticas que vayan paralelas… El sonido orquestal siempre ha sido uno de los recursos utilizados preferentemente en la creación de bandas sonoras. Cuando existe presupuesto o hay posibilidades logísticas se utiliza una orquesta, un grupo instrumental de cámara o algún solista. En otras ocasiones sólo trabajamos con samplers o electrónica. Todos estos elementos están al servicio de la narrativa y del concepto argumental de la película. El hecho de pensar que pudiera existir un paralelismo entre la orquesta sinfónica y el mundo sindical –los trabajadores-  sólo podría relacionarlo con la idea de que todos juntos “trabajan” para conseguir un resultado final.

Por otro lado, el que el mundo sinfónico (el de las salas de concierto) se considere elitista o que no pertenece a las clases trabajadores es un error que debemos evitar. La llamada “música clásica” se ha popularizado. Las redes sociales, Internet, Youtube, etc. han hecho posible que cualquier persona pueda disfrutar de la mejor música y de los mejores intérpretes sin moverse del salón de su casa. Y, curiosamente, las grandes bandas sonoras de películas han ayudado a conocer y disfrutar, al ciudadano de a pie, de ese sonido tan maravilloso que es el sonido orquestal.

En mi caso, lo que le propuse a Adolfo, fue crear un hilo conductor que siguiera la vida de Marcelino, representado por un violonchelo solista, que en varios momentos de la película se ve en pantalla junto a los actores que encarnan a Marcelino y Josefina. Este violonchelo sería el pensamiento íntimo de Marcelino. Así, va a aparecer desde el principio, en planos muy cortos, hasta el final, como solista con la orquesta.

La orquesta va a proporcionar un aspecto envolvente en la narración, enfatizando aspectos dramáticos o líricos, los íntimos sentimientos del protagonista en el deambular de su ajetreada vida. Al final la partitura se ha convertido en una especie de gran concierto para violonchelo y orquesta.

A medida que la película va avanzando, y sobre todo en su tercera parte, el estilo de la música se va modificando con la aportación de elementos electrónicos que van a modificar la emoción aproximándonos más a la dura realidad. La música será entonces más dura, fría, cerebral, vanguardista, expresionista… Esa parte corresponde a los momentos más dramáticos, como son las persecuciones, la Guerra Civil, la cárcel de Carabanchel…

Tus referencias o inspiraciones, ¿son contemporáneas, de corte clásico, o no necesariamente has bebido de composiciones orquestales?

Aunque yo tengo formación clásica y he estudiado a los grandes compositores de todas las épocas, los que más tengo presentes son los primeros revolucionarios del siglo XX. Desde Ravel en su aspecto armónico y orquestal hasta Stravinsky con sus ritmos agresivos, contundentes. A partir de ahí, toda la evolución de la música clásica como la vivimos en el siglo XX…. y además, la aportación de los grandes maestros en la música cinematográfica, como Jerry Goldsmith, John Williams, Ennio Morricone, James Horner…

Ocurre que a ese nivel, en función de las secuencias, los planteamientos musicales tienen que estar enfocados para que puedan acompañar lo mejor posible a la narración. No es tanto qué te gustaría poner por tus gustos o preferencias, sino lo que mejor se adecúa a la idea del director y que no desvirtúe el concepto que quiere darle a la película en su conjunto.

Después de muchas conversaciones con Adolfo Dufour (director del film) nos dimos cuenta que lo mejor sería acompañar de manera más discreta y melódica toda la parte de inicio, lo que corresponde a sus padres, sus vivencias iniciales y sus primeros pasos. Todo el desarrollo orquestal está más dirigido a potenciar esa primera parte. A medida que nos adentramos en aspectos más políticos del país la música se convierte en más electrónica, incluyendo elementos de música concreta. Por ejemplo, he utilizado una olla de cocina de los años 50, como la que llevaba Josefina la comida a la cárcel; pues hemos traído una olla similar a la grabación de la orquesta y una de las percusionistas estuvo tocando con cucharas de madera y aluminio, y hemos hecho ritmos y estructuras dentro de la olla. Otros elementos también utilizados han sido sonidos de viento modificados, sonidos sintetizados puntuales que luego he ido variando para crear una sensación anímica de rechazo, frialdad, ambientes hostiles….

Testimonios, fotografías, memorias escritas… desde el punto de vista de la creación, ¿cómo ha sido el proceso de conjugar la historia real con la ingeniería musical?

Primeramente leí el guion de Adolfo Dufour, Pablo Mínguez y de Marcel Camacho; después, me empapé del libro de memorias de Marcelino, que realmente explica todo lo que ha sido su filosofía y su testimonio humanista, que probablemente sea uno de los aspectos de Marcelino que más se desconocen. Una vez que estaba en su mundo y en su manera de pensar, básicamente lo que intenté fue conjugar esos tres elementos musicales para dar mayor realce y profundidad a cada una de las secuencias.

¿Cuál es tu relación con la Orquesta de Córdoba? ¿Por qué te decidiste por ella?

Fue una relación totalmente inesperada. En principio no teníamos previsto grabar con una orquesta, y entonces yo iba a plantear un pequeño grupo de cámara, solamente como apoyo para esa parte emocional de la película. Comentándolo con el productor, hizo gestiones y entabló contacto con la Orquesta de Córdoba, les encantó la idea y quisieron implicarse de manera totalmente altruista, sin cobrar nada, y entonces han colaborado con nosotros en la producción ofreciendo todo su apoyo. Tengo que agradecer también a la Diputación de Córboba su entrega desinteresada.

Respecto al trabajo final de la banda sonora, he oído buenas críticas. Pero, ¿cuál es tu valoración final como artista?

Como profesional, después de treinta y tantos años componiendo música para imagen, haciendo todo tipo de programas, películas, teatro, spots, documentales… ¿qué te puedo decir sobre mi trabajo? Primero, que siempre uno piensa que la última obra es la que mejor le ha quedado. No sé si por la proximidad o porque las anteriores se te olvidan… Por otro lado, suelo ser muy concienzudo en mis proyectos y éste en concreto está muy trabajado desde un punto de vista histórico y narrativo. Además hemos contado con colaboraciones extraordinarias como las del violonchelo solista, J. Enrique Bouché,y de la Orquesta de Córdoba al completo. Además, yo he hecho un trabajo de manipulación sonora en mi Estudio particular aportando elementos electrónicos, samples y texturas muestreadas que nos ayudan a que la narración tenga más riqueza de timbres.

Desde mi punto de vista personal te diría que es una banda sonora sólida, bien construida y preparada perfectamente para competir con cualquier otra banda sonora de producciones nacionales o extranjeras. Nos han seleccionado para los Goya y estamos presenten en varios concursos y festivales de cine de todo el país. ¡Veremos hasta dónde llega Lo Posible y lo Necesario!.

¿Qué más te puedo decir como artista? Quizás, que me siento muy identificado con el sonido del violonchelo. Ha sido mi segundo instrumento en la carrera. Es muy interesante por la expresividad que transmite y porque la musicalidad fluye de manera espontánea en su timbre… Aquí, con la maravillosa interpretación de José Enrique, el violonchelo adquiere el protagonismo necesario y estoy seguro que Marcelino Camacho hubiera disfrutado escuchándolo.

Para terminar, querría agradecer la colaboración de Gloria Vega cantando dos melodías andalusís-argelinas con una delicada dulzura. Quiero mencionar de una manera especial a mi asistente María José Cardona, que desde el control de grabación ha estado supervisando todas las tomas y revisando constantemente que el equipo diera su máxima calidad. A nuestros técnicos, Enrique Saavedra y Fran Jiménez, por su dedicación y su buen hacer para que todo el sonido resultara espectacular.

Gracias a Joaquín Recio –nuestro productor-, a la Diputación de Córdoba y a todos los que han hecho posible que este proyecto tan bonito haya llegado a materializarse.