El consejero de Educación y Deporte, Javier Imbroda, ha conseguido poner de acuerdo a sindicatos políticamente tan distantes como CSIF y USTEA, así como a todos los demás que se ubican entre ambos extremos: ANPE, UGT y CCOO. Todos coinciden en su diagnóstico: la consejería no ha habilitado “recursos suficientes, personales y familiares” para garantizar un regreso “con seguridad” a las aulas en septiembre.

Pero no son solo los sindicatos integrados en la Mesa Sectorial de Educación quienes se sienten inquietos ante el comienzo del curso sin que la pandemia esté bajo control. También hay inquietud entre los padres, los directores de centros o plataformas como las Escuelas de Calor.

Una reunión importante

Tras difundirse el viernes un escrito unitario de los sindicatos, muy crítico con el departamento que dirige Imbroda y urgiendo a este a reunirse cuanto antes con ellos, la Consejería de Educación y Deporte reaccionaba con rapidez y anunciaba la convocatoria para mañana martes de la Mesa Sectorial de Educación y la la Mesa de Enseñanza Concertada con objeto de informar de las distintas medidas para una vuelta segura a clase.

El gran escollo al que se enfrenta el consejero es convencer a los sindicatos de la idoneidad de las instrucciones para el inicio del curso dictadas por la consejería. En la reunión de la Mesa Sectorial celebrada a principios de julio, los representantes del profesorado “expresaron de forma unánime el firme desacuerdo y rechazo hacia las instrucciones que finalmente vieron la luz el 6 de julio".

Sus motivos: "la responsabilidad conferida a los equipos docentes y, muy en particular, a los equipos directivos, además de considerar insuficientes los recursos personales y las medidas de seguridad y salud previstas".

Los sindicatos aseguran haber comprobado “una disminución de las vacantes asignadas al cuerpo de maestros respecto al procedimiento celebrado el año pasado, lo que ha afectado de forma negativa al personal funcionario e interino de este cuerpo docente, en particular al de Primaria", por lo que reclaman "un estudio pormenorizado de las vacantes en juego, en el procedimiento anual de adjudicación de destinos provisionales, actualmente en marcha".

Inquietud de los padres

Al frente sindical se suma, por otro lado, el frente de las AMPAS. La Confederación Andaluza de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado por la Educación Pública (Codapa) critica el pasado jueves con gran dureza que la Junta "siga suprimiendo unidades de la escuela pública en plena pandemia como si no pasara nada".

Los padres apuntan directamente al consejero, a quien reprochan que, "lejos de aprovechar la bajada de la natalidad para reducir el número de alumnado por clase y evitar la masificación que sufren muchos centros educativos de la comunidad”, está siguiendo “la senda de los recortes con la supresión de líneas, lo que deja a estudiantes sin posibilidad de acceder a una plaza cien por cien pública y gratuita, además de poner en peligro salud de la comunidad educativa el próximo curso".

Al igual que la oposición política y los sindicatos de profesores, la confederación de padres insiste en la necesidad de “reducir las ratios y destinar recursos suficientes para no poner en peligro a la comunidad educativa en septiembre y garantizar que se retomen las clases con las máximas condiciones sanitarias y de seguridad”.

Padres y profesores coinciden en que los centros no disponen ni de la formación ni de los medios para elaborar y ejecutar los protocolos ante la covid diseñados por la consejería.

La política no es un deporte

Además de la reunión de la Mesa Sectorial de mañana, al día siguiente, el miércoles 29, el consejero Imbroda tendrán que responder en el Parlamento a un buen paquete de preguntas de la oposición, entre ellas las relativas a la adecuación de espacios de los centros docentes públicos a las nuevas necesidades como consecuencia del Covid-19, los fondos para realizar obras en centros educativos públicos por la pandemia o las medidas económicas a adoptar para las escuelas infantiles durante agosto de 2020.

Hombre de éxito tanto en su faceta profesional de entrenador de baloncesto como en la empresarial en el sector de la formación, a Imbroda se le está resistiendo ese éxito en su faceta como político. Hasta ahora le está costando mucho lograr la complicidad de los distintos agentes de la comunidad escolar, sin cuya sintonía las políticas educativas corren el riesgo de convertirse en papel mojado.

La última intervención pública del consejero fue este domingo con unas declaraciones a los medios en las que volvió a mencionar “las medidas tomadas desde la Consejería de Salud y el esfuerzo del Gobierno, con 600 millones de inversión que se ponen a disposición de todos los centros”, pero no despejó la inquietud que acongoja a la comunidad educativa a pocas semanas del inicio de un curso cargado de incertidumbres pedagógicas y sanitarias.