Tarifa ha vuelto a cambiar de alcalde, aunque ese hecho no es políticamente excepcional. Ha ocurrido en otros municipios, sobre todo de pequeño tamaño. Lo excepcional de Tarifa es el alcalde que acabar de ser expulsado del sillón municipal: Juan Andrés Gil, del Partido Popular. Bueno, ¿y dónde está la rareza? Pues está en que antes fue alcalde por Tarifa Agrupación Independiente Popular. Bien, tampoco es tan raro, ¿no? Pero es que antes fue también alcalde por IU. Bien, pero ha ocurrido otras veces... Ya pero es que además ¡fue concejal por el Partido Andalucista! Don Juan Andrés no es un político: es un crack.Si otros nacieron para matar, él nació para militar: para militar en un partido, en que el que sea, en todos, en cualquiera, en los que haga falta. ¿Ideologías a mí? ¡Bah! Si el célebre personaje de Ivá en El Jueves había 'nasío pa matá', el ya exalcalde del PP en Tarifa 'ha nasío pa militá'.El incorregible seductor de partidos no ha sido esta vez capaz de conservar la vara de alcalde. El socialista Francisco Ruiz Giráldez se convertía este jueves en el nuevo alcalde de Tarifa tras la votación realizada en el transcurso de un Pleno extraordinario con motivo de una moción de censura presentada por el propio PSOE con el apoyo de PA e IU. El PSOE es –por ahora, solo por ahora– el único partido donde el gran Gil no ha militado; de hecho, Gil llegó incluso a anunciar que será el candidato de su –por ahora, solo por ahora– actual partido en las elecciones municipales de 2019. El PP guarda silencio al respecto: cuatro años son una eternidad para alguien tan inquieto como El indomable Gil.¡Cuatro largos años! Mucho tiempo parece para volver a su Alcaldía. Demasiado tiempo en el dique seco para un hombre de acción, para alguien tan polifacético y transversal como Juan Andrés Gil. El nuevo alcalde socialista debería estar alerta: cualquier día empiezan a ver a su antecesor merodeando por la Casa del Pueblo de Tarifa, primer paso para encontrar avalistas que respalden su petición de ingresar en el PSOE, hacerse con la ejecutiva del partido, montar unas primarias, ganarlas y defenestrar al maldito traidor que le robó su lo que era suyo.