“Los laicistas estamos contentos porque, por primera vez desde que se inauguró la ancestral costumbre de que distintas corporaciones granadinas rindan honores a la Virgen de las Angustias en septiembre (es decir, desde que cierto concejal comunista se la inventara a principios de los 80), los representantes públicos civiles y militares no asistirán a la gran procesión ni a la ofrenda floral multitudinaria”.

Así comienza el comunicado difundido hoy por Granada Laica a propósito de la suspensión de actos religiosos con participación de representantes políticos en honor de la patrona de la ciudad.

El resto del comunicado íntegro de Granada Laica dice así:

“Nos dirán: pero, jóvenes, ¿no sabéis que se debe a los imperativos sanitarios de la pandemia de la covid-19, y que ni siquiera hay procesión ni ofrenda? Sí, lo sabemos, pero nos abre la esperanza de que acaben haciéndolo por otros imperativos: los del respeto democrático a la aconfesionalidad del Estado y a la ciudadanía diversa”.

“La verdad es que, bromas aparte, ni siquiera estamos contentos por la no asistencia apuntada, pues esos representantes y corporaciones sí que irán pasando por la basílica de las Angustias a lo largo del mes para rendir honores a la Virgen”.

“Lo que es una afrenta pública a la ciudadanía de Granada, tan diversa en sus convicciones y creencias, la encabezará el alcalde, de Ciudadanos, pero los concejales de PP, PSOE y VOX lo secundarán, de modo que sólo los de Podemos-IU-Adelante Granada permanecerán, en esta ocasión, como representantes de todos los granadinos. También merecen reprobación otros representantes del Estado y sus instituciones: de Subdelegación del Gobierno, Guardia Civil, Policía Nacional, Agencia Tributaria, Instituciones Penitenciarias, Fiscalía, Tribunal Superior de Justicia, Ayuntamiento de Granada, Ejército,... Y en la lista negra confesional tampoco faltarán Corporaciones de Derecho Público como los Colegios Oficiales (Médicos, Farmacéuticos, Enfermería, Notarios, Abogados,…)”.

“Por supuesto, esas mismas personas a título privado pueden legítimamente, en base a su libertad de conciencia, participar o no en los rituales que deseen. En cambio, cuando participan en ellos como servidores públicos, faltan gravemente a su deber de servir a todos los ciudadanos por igual, sin identificarse con los de ningún credo particular”.

“Desde Granada Laica exigimos que las instancias, autoridades y cargos públicos se abstengan de participar en actos de cualquier ideología o creencia particular (los aquí citados y tantos otros) sin necesidad de que tengan que venir pandemias para ello, sino que sea por acatamiento de la aconfesionalidad estatal y respeto a toda la ciudadanía”.