En la noche de ayer Alfredo Pérez Rubalcaba protagonizaba un acto en Nueva Carteya, un municipio de 5.000 habitantes, de economía agrícola basada en el aceite y donde la derecha ni está ni se la espera. Esta localidad ha estado gobernada alternativamente desde 1979 por gobiernos del Partido Comunista, IU y PSOE. Parece más que evidente que así va a seguir siendo. Por ello extrañó inicialmente que en una apretada agenda del Vicepresidente hubiera hueco para este acto.

Acto a petición de Cándido Méndez
El mismo lo aclaró al comienzo del acto. Era un compromiso adquirido hace meses a las cinco de la madrugada negociando con Cándido Méndez el Pacto sobre las pensiones. Méndez se lo pidió por las vinculaciones de su esposa con la localidad del Guadajoz cordobés. Y el cántabro cumplió su palabra.

“Presidente, Presidente”
A tenor del ambiente de calor humano y de apoyo de los asistentes al acto en una Casa de la Cultura a rebosar, Rubalcaba se marchó satisfecho por la promesa cumplida a Méndez. Desde el inicio del acto fue recibido al grito de “Presidente, Presidente”, ante la presencia de dirigentes provinciales y alcaldes socialistas de la comarca que se dirigían sonrisas traviesas y guiños de complicidad por la espontánea reacción de militantes y simpatizantes socialistas.

Rubalcaba manda callar
Ya sentado, durante la alocución de la presentadora, tuvo de nuevo Rubalcaba que escuchar las proclamas presidenciables. En esta ocasión, fuimos testigos personales de un gesto semiescondido del Vicepresidente primero del Gobierno, que, con la mano, invitaba a la candidata introductora del acto a a proseguir con su discurso interrumpido y aplacar los ánimos exteriorizados verbalmente de adelantarse a las primarias.

Vaticinios presidenciales y anécdota con Felipe González
Pero esta “orden” no le valió nada cuando el candidato socialista a la alcaldía de Nueva Carteya, Matías Oteros Feria, subió al estrado para agradecer la presencia del cántabro y diputado por Cádiz. El propio candidato, sin ambages ni rodeos relató la siguiente anécdota: “En el 82, nos visitó Felipe González. Dos meses después fue elegido presidente. Espero, y estoy seguro, que en un año tú también lo vas a ser y deseo que entonces, como presidente, promociones fuera 'el mejor aceite del mundo', el de Nueva Carteya, tu pueblo talismán a partir de ahora'”. De nuevo, pero en esta ocasión provocado por el propio líder local del PSOE, el público profería el “Presidente, presidente” por tercera vez.

¡Dale caña a la derecha, Alfredooo!
Y en eso llegó Rubalcaba al escenario. Entre sonrisa cómplice y tono agradecido, dijo estar encantado de “sentirme tan querido” para matizar que “demasiado querido tal vez” en cariñosa regañina por las aclamaciones anteriores. Entonces, desde el público, una voz gritó ¡”Dale caña a la derecha, Alfredoooo”! y claro, Rubalcaba, al que no le hace mucha falta que le sugieran esta propuesta mitinera, hizo caso al público y se entregó a la “dura” labor de repartir estopa a diestros como Rajoy y a más diestros como Soraya, De Cospedal, González Pons y al “rey de la victorias”, al “triunfador Arenas”. Fueron los minutos de un Rubalcaba en estado puro y en su salsa.

El infalible método “Rajoy”
Describió Rubalcaba lo que es el “método Rajoy”, un método “infalible”. Es el que utiliza el líder del PP nacional y que consiste en que para que una idea no falle, lo mejor es no proponerla; para que una iniciativa no prospere, lo recomendable es no proponerla y así sucesivamente provocando la hilaridad y el aplauso del público.

“Remover huesos de víctimas de la guerra civil
Situó al PP y a su coro “en la derecha de la derecha” por lo que se peguntó si es que Rajoy no manda en el PP o está de acuerdo con las barbaridades que dicen. Y en este punto hizo referencia a José María Aznar por sus declaraciones en el sentido de que “este Gobierno se había dedicado cuatro años a remover huesos”. Visiblemente molesto se interrogó Rubalcaba sobre que “tendrá este hombre en la cabeza y en el corazón” por criticar que se hayan “enterrado, precisamente como Dios manda”, a víctimas de la guerra civil. Dicho esto en un pueblo como Nueva Carteya, donde la represión franquista y caciquil fue especialmente cruenta, concita el consenso de quien escucha al orador, a la vez que emociona.

Defensa del Estado de Bienestar y Felipe “El Mejor"
Entre defensa del Estado de Bienestar y las medidas sociales adoptadas “que en España llevan el nombre de Felipe González -‘el mejor’ se oyó decir desde la grada-  y José Luis Rodriguez Zapatero y en Andalucía, los de Manuel Chaves y Pepe Griñán, Rubalcaba fue desgranando una a una todas las iniciativas socialistas de avance social aprobadas por los gobiernos socialistas. Medidas y leyes que en localidades como Nueva Carteya, la de la Córdoba de jornaleros del campo, la de Andalucía la “roja”, no son meras normas, sino realidades que han ayudado a transformar esa sociedad. Becas para que los hijos de los trabajadores del campo sean universitarios, sanidad pública y centros de salud, educación gratuita, Ley de Dependencia, infraestructuras y la reciente e histórica medida aprobada de equiparación de los trabajadores agrarios con el régimen general de la Seguridad Social. Por ello en este pueblo, la derecha ni está ni se le espera… ni falta que hace, no se le debe nada.

Finalizado el acto vuelven los vítores presidenciables
A la misma hora, ya en el cierre del acto y con un Rubalcaba que decía que “salía disparado” hacia Madrid por el luctuoso suceso de Lorca, Carmen Chacón en Sevilla era elogiada por José Antonio Griñán con la frase de que la sucesión está asegurada con ella. En ese mismo momento centenares de gargantas de la Andalucía roja y profunda, centenares de manos encallecidas por el duro trabajo del campo, con carnet y sin carnet socialista, despedían a Alfredo Pérez Rubalcaba de nuevo vitoreado como “Presidente, Presidente”. Con seguridad que esta mañana el Vicepresidente primero habrá llamado a su amigo Cándido Méndez para agradecerle la petición de ir a Nueva Carteya en campaña. Seguro que sí.