Ha llegado a mis manos esta carta de un lector de El País, enviada a su director en junio pasado a propósito de un artículo de Juan Luis Cebrián y reenviada de nuevo tras haber leído el remitente el artículo publicado hoy en el mismo diario por quien fuera su director. Esta es la transcripción de la carta:

“Soy suscriptor de El País y no acabo de entender por qué su periódico sigue publicando los artículos políticos de Juan Luis Cebrián, y no porque sean malos sino porque en las páginas de este diario chirrían. El problema no está en el contenido de los mismos, sino en su tono; sin duda conocerá usted el viejo chiste: “No me molesta que me diga hijo de puta, lo que me molesta es el tonillo con que me lo dice”.

No dudo, más bien todo lo contrario, de la solvencia intelectual y periodística del exdirector de El País, cuyas nuevas ideas respeto sin reservas y cuyas viejas fobias sobrellevo sin protesta, pero desde hace ya algún tiempo sus artículos sobre la actualidad política encajarían mucho mejor en La Tercera de ABC que en el diario que con tanto éxito y acierto dirigió durante tantos años.

No pretendo que hagan ustedes un periódico sectario ni monolítico, pero sí atento a salvaguardar su coherencia editorial lo suficiente como para no desconcertar a sus lectores.

El Cebrián que dirigió El País no habría, creo yo, aceptado incluir en sus páginas los artículos enconadamente antigubernamentales que hoy firma el exconsejero delegado de Prisa; casi todos sus lectores de entonces y bastantes de los de ahora, tampoco”.