El Partido Socialista no se lo pensó dos veces ayer a la hora de emitir su dictamen sobre el Barómetro de Opinión Pública de Andalucía: "Una encuesta de chiste, de Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como", sentenció en rueda de prensa el portavoz de Presidencia del partido en Andalucía, Carmelo Gómez.

El dirigente socialista no entró en un análisis detallado de las razones que llevaban a su partido a considerar “una charlotada” el estudio demoscópico financiado por la Junta, pero sí recalcó que "no hay más encuestas que la realidad, que las encuestas que se hacen en las urnas y las últimas cinco elecciones ha ganado el PSOE-A superando el millón de votos".

Popularidad bajo sospecha

El trabajo de campo, realizado por la empresa Nexo SCA aunque diseñado por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, se llevo a entre el 25 de noviembre  el 12 de diciembre y su muestra fue de 2.627 personas.

Más allá del juicio interesado que suelen hacer los partidos sobre las encuestas en función de si les son favorables o adversas, es cierto que el Barómetro contiene algún que otro dato bajo sospecha, como su coincidencia con el escalafón gubernamental a la hora de determinar quiénes son los políticos mejor valorados por los andaluces: el primero el presidente Juanma Moreno y el segundo el vicepresidente Juan Marín.

Aunque todos los consejeros del Gobierno aventajan a sus dos jefes, la buena nota que obtienen es estadísticamente irrelevante dado el bajísimo porcentaje de conocimiento: buena parte de ellos por debajo del 13 por ciento, frente al 81 del presidente o el 92 de Susana Díaz.

¿En qué quedamos?

En el diseño de la encuesta sí parece advertirse un cierto peaje a Vox al incluir el cuestionario asuntos que han regresado al debate público de la mano del partido de extrema derecha, como el de si Andalucía debería devolver al Gobierno central competencias como educación o sanidad.

Precisamente en esta materia el Barómetro ofrece conclusiones no ya dispares, sino incluso incompatibles, al menos a primera vista: un 54,3 por ciento de andaluces dicen estar de acuerdo o muy de acuerdo con devolver las competencias de sanidad y educación al Gobierno central, pero al mismo tiempo un 57,3 de ellos también creen que “Andalucía debería luchar por tener más competencias y poder autonómico”.

Pero quizás el dato más llamativo del sondeo de la Junta sea el referido a la autoubicación ideológica de los andaluces: llamativo por cuanto difiere de forma muy significativa con el dato arrojado por la mayoría de las encuestas conocidas.

¿Y tú de quién eres?

A la pregunta de dónde se colocaría usted en una escala de 1 a 10 donde 1 fuese la extrema izquierda y 10 la extrema derecha, la media calculada por el Barómetro es de un 5,3, es decir, más bien a la derecha.

Sin embargo, la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de septiembre-octubre pasado, apenas dos meses antes del Barómetro, sitúa la autoubicación ideológica media de los andaluces en un 4,5, es decir más bien a la izquierda.

Por su parte, las sucesivas encuestas del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (CAPDEA) el conocido como ‘CIS andaluz, también han venido situando a los andaluces en posiciones más cercanas a las del CIS que a las del Barómetro. Entre 2007 y 2018, los andaluces oscilaron mínimamente, entre el 4,6 y el 4,8, según el CAPDEA.

Resulta poco verosímil, o en el mejor de los casos muy llamativo, que en solo dos meses –los que distancian al CIS del Barómetro Andaluz– los andaluces se hayan escorado hacia la derecha de un modo tan pronunciado: nada menos que ¡ocho décimas!, cuando durante una década apenas se movieron dos décimas y siempre sin salir de la izquierda.

Algo parecido sucede en los datos que ofrece el Barómetro sobre cómo puntúan los andaluces ideológicamente a Vox en la escala de 1 a 10: su nota es un 8,54, mientras que el CIS la eleva al 9,2, la misma que le otorgaba meses atrás Sociométrica para el digital El Español.