La cuarta acepción del verbo capitalizar que recoge el Diccionario de la Academia es esta: “Utilizar en beneficio propio una acción o situación, aunque sean ajenas”.

De eso justamente, de practicar con respecto a Adelante Andalucía la cuarta acepción de ‘capitalizar’ es de lo que Izquierda Unida y Podemos acusan a Anticapitalistas, el partido de la exlíder de Podemos Teresa Rodríguez, presidenta a su vez del grupo parlamentario en el que todavía conviven cinco diputados adscritos a Izquierda Unida y doce elegidos como cuota de Podemos, pero hoy de espaldas al partido y alineados con Rodríguez después de que esta abandonara la disciplina morada.

Sello de garantía

Las otras dos columnas de la endeble fábrica de Adelante son las dos Pilares, González y Távora, líderes de las pequeñas formaciones nacionalistas Primavera Andaluza (andalucista de izquierdas) e Izquierda Andalucista (también de izquierdas pero abiertamente soberanista).

Su aportación a la confluencia es políticamente importante porque son el sello de garantía andalucista del proyecto; sin embargo, el tamaño orgánico de una y otra formación es insignificante comparado con IU o Podemos, y de ahí que en la confección del cartel electoral de las autonómicas de 2018 ningún candidato andalucista ocupara un puesto con opciones de salir elegido.

Después de abandonar Rodríguez Podemos, a estos cuatro socios fundadores se añadió Anticapitalistas, que, sumado a los dos grupos andalucistas, conforma dentro de la confluencia una mayoría nominal -aunque poco equitativa- de tres contra dos.

Malos augurios

Las dos reuniones habidas en Adelante, una hace dos semanas y otra el pasado lunes, han certificado que el entendimiento entre los dos bloques es poco menos que imposible. La primera reunión duró siete horas pero acabó en tablas; la segunda duró menos pero acabó en ruptura.

IU y Podemos exigen a Rodríguez que devuelva o al menos comparta con ellos la propiedad de Adelante, registrada como partido político por militantes de Anticapitalistas sin contar con los socios fundadores.

Rodríguez se niega porque entiende que solo en sus manos hay garantías de que Adelante se mantendrá fiel a la idea fundacional de construir un ‘sujeto político andaluz’, un objetivo de difícil, si no imposible, materialización si no se tiene un partido si acaso confederado con la matriz estatal de Unidas Podemos, pero en todo caso propio y soberano en todos los sentidos, algo que IU y Podemos nunca aceptarán.

Una doble crisis

Adelante Andalucía vive hoy una doble crisis: una crisis de identidad y una crisis de propiedad. La combinación de ambas ha situado a la confluencia al borde del precipicio.

Crisis de identidad porque sus fundadores discrepan profundamente sobre qué es y qué debe ser Adelante; y crisis de propiedad porque IU y Podemos piensan que Anticapitalistas “ha usurpado” la marca y están dispuestos, llegado el caso, a acudir a los tribunales de justicia para recuperar lo que consideran suyo. Retumban tambores de guerra civil en la casa común.