Montejaque es un pequeño y bello pueblo malagueño enclavado en la Serranía de Ronda y en Parque Natural de la Sierra de Grazalema. Cuenta con 952 habitantes y sus orígenes son árabes así como su nombre, “Monte-Xaquez” que significa "Montaña Perdida". En su casco urbano se conserva sus antecedentes moriscos con calles estrechas y empinadas. En sus alrededores se encuentra la Cueva del Hundidero, una impresionante cavidad natural que forma parte del complejo Hundidero-Gato, uno de los sistemas subterráneos más importantes de Andalucía.
Su tranquila población ha sido protagonista de la crispación política generada por su alcalde, Diego Sánchez, un independiente que se presentó en las listas del Partido Popular y que, precisamente esta semana, ha ingresado junto a sus concejales en el partido de Feijóo. El enfrentamiento político en Montejaque ha alcanzado un nivel de tensión debido a que, tal vez por hacer méritos en su nuevo partido, el regidor ha tenido, como es habitual según denuncian los socialistas un gesto de desprecio y de actitud autoritaria hacia los dos concejales de la oposición. En concreto los concejales del PSOE han denunciado que el alcalde ha impedido una reunión ciudadana organizada por este grupo municipal que contaba con la autorización previa de cesión de un inmueble municipal, todo un acto de censura política que ha indignado a la oposición y a vecinos montejaqueños.
La mañana transcurría con la calma habitual en Montejaque, sin embargo, ese día, la oposición se encontró con una inesperada muestra de poder y autoritarismo por parte de su alcalde. Los concejales del PSOE habían organizado un encuentro con los vecinos en el Centro de Interpretación de Espeleología, un espacio municipal que el propio Ayuntamiento les había cedido con anterioridad para reuniones de militantes. La cita estaba prevista desde la 10 de la mañana hasta las 2 del mediodía, y todo parecía en orden. Sin embargo, al llegar al lugar, se toparon con una realidad bien distinta al encontrar las puertas franqueadas cerradas y, por tanto, el acceso bloqueado sin ningún tipo de aviso previo que justificara el cambio de planes.
“Porque no me da la gana"
Los socialistas, desconcertados se preguntaban porque de repente, se les negaba un espacio que ya estaba concedido. La explicación no tardó en llegar. El alcalde les dijo que no les cedía el local a última hora “porque no me da la gana”. A esta frase, añadía que “dependiendo para lo que queramos, así hará”, explican indignados los socialistas. Un gesto que creen refleja el desprecio con el que, según los denunciantes, Diego Sánchez viene tratando a la oposición. No hubo mayor argumentación, solo una justificación improvisada como que el escrito que habían presentado “no especificaba el motivo de la reunión”. Un argumento que los concejales del PSOE tacharon de absurdo, pues en la solicitud figuraba claramente que se trataba de un encuentro con los vecinos.

Los socialistas añaden además que en otras ocasiones sí se le había cedido el centro para reuniones del partido con lo que piensan que el alcalde lo que no quiere es que contacten con los vecinos y escuchen críticas y aporten propuestas. Por lo que piensan que ese trata de una estrategia premeditada para dificultar el trabajo de la oposición y evitar que pudieran mantener contacto con la ciudadanía, después de haber ha sido anunciado ampliamente esta semana con cartelería e inserciones en redes sociales.
Pero lo más grave no fue el cierre del local, sino la actitud del alcalde ante la situación. No hubo intento de diálogo ni intención de corregir el atropello, solo una rotunda negativa acompañada de un mensaje que dejaba clara su postura: “Cederé espacios municipales según para lo que se utilicen”.
Para la oposición, estas palabras son la prueba evidente de un abuso de poder, una falta de respeto a la democracia e incumplimiento de la ley. Acusan al regidor popular de boicotear cualquier intento de mantener una relación directa con los ciudadanos y de utilizar las instituciones en su propio beneficio. Además, consideran que la decisión de cerrar el local en el último momento no fue casual, sino una maniobra calculada para dejarles sin margen de reacción.
Mientras tanto, en Montejaque, lo que debía ser una simple reunión informativa se ha convertido en un símbolo de algo mucho más profundo como es la lucha por la transparencia, la participación y el respeto a la oposición en la gestión municipal.