Lo anunció, entre aplausos, esta mañana en un desayuno informativo celebrado en Málaga bajo los auspicios del diario Sur y lo repitió en su cuenta de Twitter: "Estoy en condiciones de decir que el martes que viene (9 de abril) se aprobará por decreto el fin del impuesto de sucesiones y donaciones".

Lo que no hizo el presidente andaluz, Juanma Moreno, fue entrar en demasiados detalles porque algunos de ellos resultan políticamente embarazosos incluso para un partido conservador, y más en plena precampaña: los principales beneficios de la bonificación del impuesto de sucesiones serán quienes hereden más de un millón de euros, lo que para el presidente andaluz suponía una limitación al desarrollo y una injusticia.

El regalo fiscal a los millonarios supondrá para las arcas públicas andaluzas una merma de algo más de 40 millones de euros.

Moreno sí se detuvo en un aspecto de la supresión del impuesto que resulta políticamente mucho menos comprometido: los padres y madres con hijos con dificultades a los que quieran auxiliar económicamente –dijo el presidente– podrán hacerlo sin tener que pagar una elevada cantidad. Por ejemplo, añadió, si unos progenitores quieren donar a sus hijos 10.000 euros ahora tendrían que pagar 782 euros y a partir del día 9 de abril, 7,82 euros.

La bonificación del 99 por ciento (se trata de un impuesto estatal y su supresión total es competencia del Gobierno central) significa que cuando el decreto entre en vigor con su publicación en el BOJA los contribuyentes cuya herencia individual supere el millón de euros –siempre que sean cónyuges, hijos, nietos y padres– solo pagarán el 1 por ciento.