El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, cree que ha llegado el momento de que los trabajadores recuperen salarios y derechos perdidos durante la crisis, aunque para ello será preciso dar la batalla. El líder sindical, que ha visitado Sevilla esta semana para asistir a una asamblea de delegados de UGT-Andalucía para analizar la situación económica y social actual, ha respondido a las preguntas de EL PLURAL sobre la precariedad laboral, la crisis de los sindicatos o el futuro de las pensiones.

Si usted fuera presidente del Gobierno ¿cuáles serían sus tres primeras decisiones, además de derogar la reforma laboral, claro? ¿Le permitiría Bruselas hacerlo?

Bruselas siempre es una buena excusa. En realidad el Gobierno de España no tiene limitadas sus competencias en materia de relaciones laborales, por tanto puede y debe derogar la reforma laboral. Más allá de eso, es evidente que el desempleo es el problema número 1 que tiene nuestro país y, por tanto, un plan de choque por el empleo con toda seguridad que a corto plazo habría que hablar sobre todo de políticas que empiecen a generar expectativas de empleo que no sea precario. Por eso hay que hablar de industria y hay que hacerlo ya. Y finalmente, como solo puedo elegir tres, me parece fundamental la revisión de las pensiones de acuerdo con los precios al consumo.

¿Habrá otoño caliente o pasaron a la historia por la debilidad de los sindicatos?

El otoño caliente depende fundamentalmente de la capacidad que tenga el Gobierno de atender nuestras demandas. Los sindicatos tenemos más o menos debilidad, eso es una constante que se comenta, pero en todo caso como se ha demostrado en los últimos meses, los trabajadores y trabajadoras de este país están dispuestos a luchar y si ellos están dispuestos a luchar, nosotros lo estamos para ser el canal para poder mejorar sus condiciones de trabajo. 

¿Habrá acuerdo en la mesa de la función pública sobre el incremento salarial a los empleados públicos?

Es importante el incremento salarial pero no es lo único. Hay que recuperar poder adquisitivo. Los salarios de los empleados públicos no solo tienen que mantener si no que tienen que mejorar ese poder adquisitivo. Esto, por un lado. Por otro, hay otros elementos no menos importantes como son la jornada u otras condiciones en relación a la baja por enfermedad que tienen que formar parte de esa negociación.

Proponen ustedes un SMI de 1.000 euros. ¿Es viable? ¿Saldrían las cuentas para muchas pequeñas empresas?

Por supuesto que saldrían las cuentas. La propuesta de un salario de 1.000 euros beneficiaria también a esas pequeñas y medianas empresas que verían como la economía mejora, el consumo avanza y se podría crear más empleo. En nuestro país pensar que alguien puede vivir con mil euros es muy difícil. Por debajo es imposible.

¿La patronal española es más egoísta y corta de miras que otras patronales europeas?

Las patronales se mueven en función de intereses, y en el caso de la española son muy cortoplacistas. Por eso a mí me parecería bueno que no solo pensaran en el hoy si no también en el mañana. Y eso significa subir salarios para mejorar condiciones de vida, para repartir la riqueza y, sobre todo, pensar que mañana en nuestro país para seguir compitiendo hay que mejorar el sistema productivo.

¿Diría que se va a recuperar la jornada de 35 horas en 2018 en la función pública en todo el país, como ya se hizo en Andalucía?

En Andalucía, en todo caso, se ha repuesto un derecho que el Gobierno había quitado. Ya estaba la jornada de 35 horas y en el Estatuto anterior se permitía. En el conjunto del Estado no ha habido nunca la jornada de 35 horas. En todo caso creemos que hay que restablecer jornada máxima y eso permitiría seguir avanzando no solo en las Comunidades Autónomas sino en todo el territorio.

¿Qué han hecho mal o qué han dejado de hacer los sindicatos para que estén en un momento tan bajo en el que su capacidad de presión o de intimidación parece haberse reducido drásticamente?

A mí me parece que la afirmación no es del todo acertada, ni tiene que ver con la situación de los sindicatos. Es evidente que hemos pasado momentos de dificultad, en estos momentos creo que los estamos superando, y con toda certeza eso no ha sido porque sí. Sabían que tenían que debilitarnos, seguro que nosotros nos hemos equivocado, pero lo importante ahora es mirar al futuro. Hemos tomado decisiones para corregir algunos de estos errores, la transparencia, la propia democracia interna en el sindicato, elementos que tenemos en marcha que forman parte de nuestras acciones de futuro. Sin sindicatos no hay derechos, y la prueba evidente es que los países donde el estado del bienestar, los salarios, las condiciones de trabajo son mejores, hay sindicatos fuertes y potentes.

¿Los sindicatos deberían darle un poco de miedo a las patronales?

Yo no creo que sea una cuestión de miedo, en cualquier caso, de respeto. Creo que les damos respeto. Las patronales saben perfectamente que necesitan interlocutores sociales para poder hablar, para solventar los problemas de los trabajadores, y ahí creo que es donde radica nuestro papel.

España es el país europeo en el que más poder adquisitivo han perdido los salarios. ¿Hasta cuándo?

Creo que este año 2017 no hemos recuperado pero tampoco hemos perdido, y desde luego el 18 esperamos que haya una ganancia neta de salarios muy destacable. De hecho, nuestro lema de ningún salario por debajo de los 1.000 euros, creo que nos va a permitir no solo mantener si no recuperar de manera significativa.

¿Por qué no se afilia la gente joven, no solo aquí sino en toda Europa?

Los jóvenes se afilian si tienen trabajo. Aquí, en Francia, en Alemania, se afilian si hay un entorno de trabajadores y trabajadoras afiliadas. Y no se afilia si van a una empresa donde no hay sindicato. Lo que tenemos que mejorar es nuestra relación con los trabajadores jóvenes, sobre todo, los que están en empresas sin representación y los que no tienen trabajo. Es evidente que el prestigio social de las organizaciones sociales con los jóvenes dista bastante de lo que sería optimo, y es en ese sentido en el que estamos trabajando, creando espacios en el sindicato para que sean los jóvenes protagonistas de las propuestas y políticas que debe hacer el sindicato dirigido a ellos.

¿Un autónomo puede encontrar buenas razones para afiliarse a un sindicato?

Todo trabajador o trabajadora de este país debe encontrar buenas razones para afiliarse a la UGT. Somos un sindicato plural y debemos ayudar a todo y cada uno que esté empleado y sin empleo en este país.

El declive de las industrias manufactureras de gran escala en las que los sindicatos siempre tuvieron una fortaleza importante y la privatización de los servicios públicos ¿están acabando con los sindicatos, como piensan algunos analistas?

Yo creo que no, ni está acabando con los sindicatos ni debemos hablar de declive de las industrias. De hecho, en el sindicato somos firmes defensores de que el Gobierno lleve a cabo una importante política industrial. La industria puede ser la clave del crecimiento de este país y, sobre todo, de recuperación de derechos. Nosotros hemos pedido abrir un debate en una subcomisión parlamentaria que nos permite abordar este tema tan importante. La industria puede generar empleos dignos y dejar atrás la precariedad que nos azota desde hace tiempo.

En algunos países, la mitad de la afiliación se jubilará en el plazo de 10 años; en Italia, el 50% de ellos son pensionistas. ¿No es un panorama muy complicado para el sindicalismo y por tanto para los trabajadores?

El que se jubile una parte importante de trabajadores afiliados no quiere decir que no haya otros afiliados que les sustituyan. Por lo tanto, yo preveo que en los próximos años la afiliación al sindicato continuará creciendo e irá manteniendo una parte importante de los que se jubilan. Será importante su acción sindical para mantener las pensiones.

Ahora que menciona las pensiones, ¿es sostenible un buen sistema de pensiones públicas? Quienes dicen que no es posible, ¿nos están engañando?

Claro que es sostenible. El problema principal en el sistema de pensiones es que el Gobierno está trabajando para cargárselo. La deuda cada vez aumenta más y, en cambio, no se buscan soluciones a ese problema. Desde la UGT hemos planteado tres propuestas que podrían ayudar a saldar casi toda la deuda. Estamos hablando de un ingreso de 15.500 millones de euros a la Seguridad Social que nos permitirían garantizar el futuro. Se basa en tres ejes. En primer lugar, imprescindible, derogar la reforma que llevó a cabo el PP para asegurar el poder adquisitivo de las pensiones. Debemos aplicar una previsión de la inflación más una cláusula de revisión para adecuarla al momento actual. En segundo lugar revisar inmediatamente las fuentes de financiación. Debemos restituir el equilibrio entre ingresos y gastos de la Seguridad Social y para ello necesitamos impuestos. Y, evidentemente, es necesario acabar con las bonificaciones a la contratación, financiar los gastos de la Seguridad Social desde los Presupuestos Generales del Estado y destopar las bases de cotización.

Muchos trabajadores jóvenes (y no tan jóvenes) tienen la impresión de que la precariedad ha venido para quedarse. ¿Lo cree así? ¿Qué puede hacerse para que no sea así?

La precariedad ha venido para quedarse en función de lo que queremos producir como país. Si no mejoramos los estándares por lo que hace referencia a la industria, a la calidad de lo que producimos y servimos, pues sí podemos decir que ha venido para quedarse. Pero si no, no ha venido para quedarse. Nosotros creemos que trabajar para la industria, trabajar para un turismo de calidad y con valor añadido, son elementos que van a acabar o debilitar de manera sustancial la precariedad laboral. La reforma laboral ha sido el elemento fundamental, pero no nos hemos de engañar: antes de ella ya había precariedad.

En Andalucía, por cierto, el turismo es un motor de primer orden. ¿Cómo hacerlo para que se pague mejor a la gente teniendo en cuenta que el negocio parece que va muy bien?

Se puede pagar mejor a la gente, ya mismo. No hay por qué no hacerlo. De hecho, los excedentes que tienen los hoteles, los restaurantes, etc, permiten pagar sueldos mejores. Pero, en cualquier caso, yo creo que el turismo en nuestro país necesita un cambio de filosofía, hay que ir hacia contar el turismo no en el número de personas que vienen sino los recursos que invierten. Y en ese sentido cuanta más calidad tenga el turista, más calidad deberán tener las personas que lo atienden, más formación y mejores salarios y estabilidad.

¿Cuál es su punto de vista sobre el referéndum catalán del 1-O?

Nuestra organización lo vive como lo hace la sociedad, pero no debe tomar partido en ello. Nosotros nos fundamos con un carácter internacional, y dentro de nuestras resoluciones hasta día de hoy no hay ninguna expresión que vaya dirigida con una preocupación especial al tema nacional. Es un debate en el que no vamos a entrar porque no es fundacional para nosotros, porque además somos el reflejo de la sociedad. El mayor favor que podemos hacer a la sociedad es no fragmentarnos. Nuestra patria son los trabajadores, nuestra bandera son sus derechos, y ese es el camino que vamos a emprender. Que hemos mantenido siempre. Cuando pase el 1 de octubre, o el 10 o el 15, nosotros en Cataluña tendremos que continuar haciendo nuestro trabajo, así como también en Andalucía. No queremos que se fragmente, aunque a algunos les gustaría. Vamos a hacer todo lo posible para que eso no ocurra y siga siendo un gran instrumento.