Periódicamente surge una epidemia más o menos grave y más o menos extensa. Ébola, Zika, gripe aviar. Patologías zoonóticas como se las conoce. Es decir, enfermedades que pasan de animales a humanos. Establecer los medios de detección precoz es esencial para activar los protocolos que puedan detenerlas en las fases tempranas.

Brotes debidos al cambio climático

Ahora un equipo de científicos del departamento de genética del University Collage de Londres han desarrollado un modelo de detección que relaciona los brotes con el cambios climático. En esta simulación, los investigadores relacionan los brotes y propagación de las enfermedades zoonóticas con las variaciones climáticas. Estos resultados permitirían a las autoridades prepararse mejor antes las posibles epidemias. Y también establecer definitivamente la influencia del cambio climático sobre estas patologías. Otro aspecto relevante del estudio es su potencial para observar el impacto del cambio de temperaturas global en varias enfermedades a la vez.

Fiebre de Lassa

La investigación se centró en el análisis de 408 brotes conocidos de fiebre de Lassa, una patología que contagian las ratas a los humanos. Se estudió la ubicación de estos brotes entre 1967 y 2012. Temperaturas, pluviometría, uso del suelo y rendimiento de los cultivos fueron los otros datos que se cruzaron con la afectación de la enfermedad. De este modo se pueden establecer las pautas de distribución de las poblaciones animales susceptibles de contagiar a los humanos. Y así calcular la frecuencia con las que las personas están expuestas a contraer estas patologías, entenderlas y generar una epidemia. Pero sin duda lo más alarmante del estudio es su capacidad para realizar predicciones a largo plazo. Solo para la fiebre de Lassa, los científicos han calculado que el número de afectado pasará de las 195.000 en la actualidad a más de 400.000 en el 2070. El aumento se debe a la agravamiento del cambio climático y al incremento demográfico previsto.